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Con pequeños cambios de actitud y comunicación, las reuniones familiares pueden convertirse en momentos más llevaderos, respetuosos y hasta entrañables.

Secretos para convivir con tu familia política sin drama en estas fiestas

¿Las reuniones con tu familia política te generan tensión? Con estos consejos prácticos y realistas vas a poder vivir las fiestas con más paz y menos drama.

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Por Betty Carranza
Publicado el 15 de diciembre de 2025

 

TU RESUMEN

¿Sentís que lidiar con tu familia política en fiestas es un reto? No sos el único. Aunque no los hayas elegido, hay formas de convivir en paz sin renunciar a vos mismo. Con el apoyo de expertos como Tracy Dalgleish, Jeffrey Gardere y Terri Apter, esta guía ofrece consejos prácticos y realistas: desde acordar límites con tu pareja hasta tomar descansos estratégicos, pasar de los temas conflictivos y cuidar tu bienestar emocional. La clave está en ser cordial, no perfecto, y crear un ambiente donde todos puedan disfrutar sin tensiones. Porque sí, es posible vivir las fiestas sin drama familiar.

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No hace falta que adores a tu familia política para poder llevarte bien con ellos. A veces alcanza con que haya respeto, una dosis de paciencia… y un buen plan bajo la manga. Porque seamos honestos: todos tenemos historias algo tensas con suegras, cuñados o consuegros. Pero en vez de cruzar los dedos esperando que este año sea distinto, ¿por qué no prepararse con algunas estrategias que realmente funcionen?

La psicóloga Tracy Dalgleish, autora del libro You, Your Husband & His Mother, lo deja clarísimo: “No se trata de evitar a la familia política, sino de saber cómo manejar ciertas situaciones para que no te afecten más de la cuenta”. Con esa idea como guía, te compartimos diez claves para enfrentar las fiestas con buena vibra y sin perder la paz (ni la sonrisa).

1. Acordá un plan con tu pareja antes de llegar

No hay nada más incómodo que sentir que estás solo lidiando con una situación tensa. Por eso, antes de cualquier reunión, conversá con tu pareja. ¿Qué temas son sensibles? ¿Qué tipo de apoyo necesitás si las cosas se salen un poco de control? Dalgleish aconseja ir preparados: “Hacete una idea de las áreas incómodas y pensá en posibles respuestas que mantengan la calma”.

2. Hacé una lista mental de temas “prohibidos”

Si ya sabés que ciertos temas siempre terminan mal (como política, crianza o dinero), no tenés que entrar en ellos solo porque alguien los lanza a la mesa. Por ejemplo, si tu suegra insiste en opinar sobre cómo educás a tus hijos, Dalgleish sugiere responder con respeto, pero firmeza: “Comprendo tus preocupaciones, pero la crianza es diferente hoy. ¿Querés que te cuente por qué lo hacemos así?”.

3. Incluí a todos, incluso si no son tus favoritos

Una de las razones por las que las reuniones familiares se tensan es cuando alguien se siente excluido. El psicólogo clínico Jeffrey Gardere, entrevistado por The New York Times, propone buscar intereses en común y, sobre todo, evitar los chistes internos o anécdotas privadas. “Si hablás de una historia familiar, explicales de qué estás hablando”, dice. Hacer sentir a los demás parte del grupo puede cambiar el ambiente por completo.

4. Rompé el hielo antes de la reunión

Un simple mensaje unos días antes puede suavizar el tono de todo el encuentro. “Hola, sabemos que se acercan las fiestas y queríamos saber cómo desean pasarlas este año” es una frase sencilla pero poderosa. Ese gesto, dice Dalgleish, ayuda a crear un clima más relajado incluso antes de que todos estén sentados a la mesa.

Saber cuándo responder y cuándo dejar pasar un comentario es clave para cuidar tu paz y evitar que una conversación se convierta en un conflicto innecesario.
Saber cuándo responder y cuándo dejar pasar un comentario es clave para cuidar tu paz y evitar que una conversación se convierta en un conflicto innecesario. / Shutterstock

5. Apuntá a la cordialidad, no a la perfección

No hace falta que seas el alma de la fiesta ni el nuevo mejor amigo de tu cuñado. Gardere lo resume así: “Está bien aspirar a ser cordial, no perfecto”. Y eso es liberador. La meta no es encajar a la fuerza, sino convivir con respeto y buena onda.

6. Tomate un break cuando lo necesités

En plena reunión, si sentís que te estás saturando, no tenés por qué quedarte clavado en la silla. La psicóloga Terri Apter, autora de Grandparenting, recomienda salir a caminar unos minutos o encontrar un lugar tranquilo para respirar. “Ayuda mucho intentar controlar tu propio estado de ánimo”, dijo en declaraciones también recogidas por The New York Times. Incluso podés escribirle un mensaje a tu mejor amiga si necesitás desahogarte un poco.

7. No respondás a todo, no todo vale la pena

No todas las batallas se tienen que pelear. Hay comentarios que se pueden dejar pasar con una sonrisa o cambiando sutilmente de tema. Si alguien tira una indirecta, no le des más poder del que merece. La clave está en elegir bien en qué sí poner energía.

8. Poné tus límites con elegancia (y sin culpa)

¿Sabés que el vino te pone más irritable? Establecé un tope. ¿Te agota estar hasta la madrugada con la familia? Hacelo como una amiga de la periodista del New York Times, que le dice a sus suegros que es madrugadora y se retira después de cenar. “En realidad soy un ave nocturna”, confesó. “Me quedo horas viendo reels en la cama”.

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9. No todas las relaciones tienen que ser profundas

Aceptar que algunas personas simplemente no van a ser tus favoritas te libera. Gardere explicó que, a diferencia de los familiares de sangre, con los que existe una historia compartida, con la familia política “podemos estar un poco más a la defensiva”. Por eso, lo ideal es mantener la relación dentro de lo cordial y funcional. Y eso está más que bien.

10. Si es demasiado, buscá ayuda sin dudarlo

Si cada reunión familiar te deja emocionalmente drenado o afecta tu relación de pareja, no está mal considerar una consulta profesional. La terapia puede ayudarte a establecer límites claros, entender mejor tus emociones y encontrar formas más sanas de vincularte, incluso si la otra parte no cambia.

Un enfoque más relajado, más real y más sano

Las fiestas no tienen que ser perfectas para ser disfrutables. A veces, lo más valioso que podés hacer es prepararte emocionalmente, hablar las cosas antes de tiempo y tener recursos listos para cuidar tu paz mental.

Recordá: no estás solo en esto. Muchas personas sienten ansiedad ante las reuniones familiares, pero con estos consejos podés cambiar tu experiencia sin necesidad de grandes confrontaciones. Y si con eso lográs una cena tranquila y una sobremesa sin drama… misión cumplida.

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