Lo que la vida digital está provocando en tu cuerpo sin que te des cuenta
Pantallas, auriculares y GPS están transformando la forma en que usamos nuestros sentidos. La neurociencia lo explica y da claves para adaptarnos mejor.
Por
EFE
Publicado el 16 de diciembre de 2025
La vida digital está transformando nuestros sentidos sin que lo notemos. El uso constante de GPS reduce la memoria espacial; las pantallas afectan la vista y el sueño; y los auriculares, el sentido auditivo. Incluso el gusto y el olfato pierden protagonismo en un entorno sobreestimulado. Según la neurociencia, el estrés digital afecta la atención y la orientación. Sin embargo, hábitos como dormir bien, leer sin interrupciones, practicar yoga o hacer pausas lejos de pantallas ayudan a reconectar con el cuerpo. Vivir con tecnología sí, pero sin descuidar lo que nos hace humanos: nuestros sentidos y presencia plena.
En la era digital, nuestros sentidos están viviendo una revolución silenciosa. La vista, el oído, la orientación e incluso el gusto y el olfato se están viendo afectados por el uso constante de tecnología. Desde el momento en que abrís los ojos y revisás el teléfono, hasta que te dormís con los auriculares puestos, tus sentidos reciben una carga de información que no siempre está pensada para el bienestar. Pero no todo está perdido. La ciencia también propone caminos para reencontrarnos con nuestros sentidos de forma saludable.
Tu GPS interior se está apagando
Según la neurocientífica Emilia Redolar, investigadora del Cognitive NeuroLab y profesora en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), los dispositivos digitales están modificando la forma en que el cerebro procesa la información sensorial. Uno de los efectos más evidentes está en nuestra capacidad de orientación. ¿Hace cuánto no llegás a un lugar nuevo sin usar GPS? Esa dependencia ha provocado una menor activación del hipocampo, área del cerebro clave para la memoria espacial. El resultado: una mente menos entrenada para recordar caminos o ubicarse por sí misma.
Pantallas y sonidos que sobrecargan
El impacto también se siente en la vista y el oído. El uso prolongado de pantallas afecta la acomodación visual y puede alterar los ritmos biológicos, provocando fatiga y dificultades de atención. En paralelo, los auriculares y la contaminación sonora de las ciudades exigen que el cerebro filtre constantemente qué sonidos son importantes, generando un desgaste auditivo que muchas veces pasa desapercibido.

Y aunque el olfato y el gusto no estén en contacto directo con la tecnología, también sufren las consecuencias. Al estar expuestos casi todo el tiempo a estímulos visuales y auditivos, estos sentidos pierden protagonismo en nuestra vida diaria. Algo tan simple como disfrutar del aroma de una comida o identificar cómo reacciona tu cuerpo al entorno puede quedar relegado por el exceso de información digital.
El estrés digital también afecta tus sentidos
Otro factor determinante es el estrés. Vivir conectados todo el día eleva los niveles de ansiedad, lo que interfiere con el funcionamiento de la corteza prefrontal (encargada de la atención y toma de decisiones), y del hipocampo. La sobreestimulación digital no solo afecta la salud emocional, también reduce la capacidad de concentrarse y mantenerse presente en el momento.
Pero la buena noticia es que podemos revertir estos efectos con hábitos simples y sostenibles. Dormir bien es uno de los pilares. Un sueño reparador ayuda al cerebro a consolidar la memoria, mantener la atención y procesar mejor los estímulos sensoriales. Otro recurso clave es gestionar el estrés. Dedicar tiempo a la lectura sin interrupciones digitales, por ejemplo, refuerza la capacidad de concentrarse y disminuye la ansiedad.
Hábitos que te ayudan a reconectar
La neurociencia también recomienda ejercicios para activar la propiocepción (la capacidad de percibir dónde está nuestro cuerpo en el espacio) y la interocepción (la percepción de señales internas, como la respiración o el hambre). Actividades como el yoga, la respiración consciente o incluso caminar sin distracciones tecnológicas permiten reconectar con nuestro cuerpo y afinar la percepción.
También se recomienda establecer pausas visuales y auditivas durante el día. Alejarse de las pantallas cada 20 minutos, ajustar el brillo y mantener distancia adecuada mejora la salud visual. En cuanto al oído, lo ideal es usar auriculares con volumen moderado y limitar el tiempo de uso continuo.
Por último, contar con una base de conocimientos bien asentada nos permite filtrar mejor la información digital que recibimos. No se trata de desconectarse del mundo, sino de tener criterio para decidir qué consumir y cuándo.
Conectás con la tecnología, pero también con vos
La vida digital no es el enemigo, pero sí exige que tomemos un papel activo en el cuidado de nuestros sentidos. Al final, se trata de reconectar con lo que somos, más allá de las pantallas, y de aprender a vivir con la tecnología sin dejar que domine todos nuestros sentidos.
TAGS: Estrés | Inteligencia Emocional | Plataformas digitales | Salud Mental | Tecnología
CATEGORIA: Vida | Cuerpo y mente
