Ayuno intermitente o cinco comidas qué es mejor para vos

Ayuno intermitente, tres comidas, cinco al día… ¿Cuál es el mejor camino para una alimentación saludable? Según EFE Salud, la clave no está en la cantidad, sino en la estrategia personal. La nutricionista Raquel Capel lo explica así: la mejor dieta es la que se adapta a vos.

La crononutrición: escuchar al sol y al cuerpo

Para entender cómo y cuándo comer, primero hay que hablar del reloj biológico. La crononutrición, como explica Raquel Capel, dietista y entrenadora colegiada en el Colegio de Dietistas-Nutricionistas de Madrid, propone comer en sintonía con los ciclos de luz y oscuridad.

“Cuando amanece, se activan unas hormonas: sube el cortisol, baja la melatonina… Tu cuerpo está ávido de nutrientes. Y cuando el sol se va, entra en modo recuperación”, explica Capel. Comer durante el día y permitirle al cuerpo ayunar de noche puede favorecer procesos como la regeneración celular y el descanso profundo.

Por eso, la experta recomienda cenas tempranas y ligeras, no solo para facilitar la digestión, sino también para mejorar la calidad del sueño. Comer bien también es dormir mejor.

Ayunar con propósito, no por moda

Los tiempos de ayuno se han popularizado como una estrategia rápida para perder peso. Pero Capel invita a mirar más allá de la báscula. “El para qué es clave”, subraya. Si el objetivo es perder grasa, lo importante es lograr un déficit calórico adecuado, sin importar cuántas comidas hagás al día.

“Sabemos que comer en exceso envejece, y los patrones de alimentación apuntan ahora a que cuanto menos comamos, mejor”, afirma. Sin embargo, advierte que el ayuno no debe convertirse en una regla inflexible ni en una moda más. “La nutrición no es blanco o negro, es una gama de colores”, recuerda.

El ayuno intermitente puede ser útil, pero no es para todos. Capel advierte que no es recomendable para personas con una relación emocional conflictiva con la comida. En esos casos, puede empeorar el control de la alimentación.

¿Cinco comidas al día? Solo si te funcionan

Durante años se promovió la idea de que cinco comidas al día eran esenciales. ¿La razón? Evitar picos de hambre, controlar la glucosa y mejorar el rendimiento. Pero como bien aclara la nutricionista, esa estrategia sirve solo en ciertos contextos, como el de una persona embarazada o un atleta de alto rendimiento.

Entonces, ¿cuántas veces hay que comer al día? La respuesta, otra vez, es: depende. “Lo que yo hago es ceñirme al contexto de la persona. Si alguien me dice que no suele desayunar, no le voy a obligar a desayunar. No tengo dos casos iguales”, asegura Capel.

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Y es que forzar horarios o cantidades sin un análisis profesional puede ser contraproducente. “Decidir tiempos de ayuno ‘motu proprio’ adolece de una carencia considerable: que ningún profesional ha revisado tu patrón alimenticio”, advierte.

Tu cuerpo, tus reglas (con guía profesional)

Escuchar tu cuerpo es esencial, pero también lo es contar con el acompañamiento de alguien que sepa interpretar lo que ese cuerpo necesita. Por eso, Capel defiende el rol del nutricionista como una brújula en el camino hacia una vida más saludable.

En su opinión, el mejor consejo alimenticio se resume en una frase poderosa: “Comé poco, pero que sea suficiente”. Cita al biólogo Carlos López Otín, referente en envejecimiento saludable, para ilustrar esta filosofía: “¿Cuánto es poco? Aquí es donde entra el nutricionista”.

La buena alimentación no debería ser una batalla diaria, sino una práctica amable, consciente y flexible. Ni obsesiones ni prohibiciones, solo decisiones informadas que te ayuden a sentirte mejor cada día.

La clave está en el equilibrio

No existe una receta universal. La cantidad de comidas, el ayuno o los horarios no determinan por sí solos una buena alimentación. Lo que sí marca la diferencia es cómo estas decisiones se integran en tu estilo de vida, tu ritmo y tus emociones.

“Cada cuerpo es un mundo”, dice Capel, y entender ese mundo es la puerta de entrada a una vida más plena y saludable. La buena noticia es que no estás solo en ese proceso. Con orientación adecuada, podés encontrar una forma de comer que te nutra, te respete y te acompañe.