Posiblemente has escuchado su nombre o incluso la has visto anunciada en algún almanaque o revista, pero ignorabas su utilidad. Sin embargo, en los últimos tiempos su uso ha resurgido, por lo que hoy te contamos más acerca de los amplios beneficios que reportan.
La sal de Epsom es un compuesto de sulfato de magnesio que se ha utilizado durante cientos de años como agente curativo y analgésico, y que nada tiene que ver con la que se usa en la cocina. Muchas personas las utilizan en baños calientes de cuerpo o de pies para reducir el estrés y aliviar dolores musculares. E incluso algunos la emplean para cuidar el jardín.
Por su parte, la Clínica Cleveland la describe en su portal como una herramienta que algunos especialistas en medicina integrativa (conocida por tratar la mente y el cuerpo del paciente) recomiendan a menudo por sus beneficios para la salud física y mental. Y aunque no existen ensayos clínicos que hayan confirmado los beneficios, muchos profesionales de la salud las promueven porque son de uso fácil, su precio es razonable y además son mínimamente invasivas. Pero siempre hay que ser prudente.
EN LA SALUD
La pureza de este compuesto importa en los resultados finales, por ello debes estar seguro de adquirir sulfato de magnesio al 100 %. Para que conozcas más sobre las sales de Epsom y sus usos, te compartimos algunos consejos del doctor Naoki Umeda, del Centro de Medicina Integrativa de la Clínica Cleveland:
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No son como la sal de mesa. La sal de Epsom fue nombrada por un manantial salino amargo, localizado en Epsom en la región de Surrey, Inglaterra. Es una de las muchas sales minerales naturales que existen, compuesta por magnesio y sulfato.
Hacen bien a la mente. Estas sales son ideales para estabilizar el estado de ánimo, así como para aliviar el estrés, la ansiedad y la depresión. De hecho, algunos investigadores afirman que tomar magnesio aumenta la producción de serotonina (hormona de la felicidad o la relajación) en el cerebro.
Reducen inflamaciones. Algunos investigadores también piensan que el magnesio es bueno para reducir la inflamación en los órganos internos, con lo cual se podría reducir el riesgo cardiovascular y mejoraría la digestión al facilitar la evacuación instestinal. Los médicos integradores también la recomiendan a pacientes con síndrome de fatiga crónica e intolerancia al frío.
Son de rápido efecto. Prueba a poner 300 gramos de sal de Epsom en una bañera llena de agua caliente. Deja que se disuelva, sumérgete y en solo 15 minutos comenzarás a experimentar sus beneficios mentales y físicos.
De uso externo. Si bien hay quienes sugieren usar estas sales para desintoxicar el organismo, el doctor Umeda sostiene que beber sal de Epsom hace que algunas personas experimenten efectos secundarios graves, como diarrea severa. Esto puede ser peligrosos y causar deshidratación e incomodidad. Por otro lado, no hay estudios que demuestren los beneficios de estas sales si son ingeridas.
USOS EN LA JARDINERÍA
¿Por qué poner sales de Epsom en las plantas? Porque de acuerdo con el portal Gardening Know How, el magnesio permite que las plantas absorban mejor valiosos nutrientes, como el nitrógeno y el fósforo. Por otro lado también ayuda en la creación de clorofila, que es vital para la fotosíntesis y mejora la capacidad de la planta para producir flores y frutos.
Las plantas como la rosa, los tomates y los pimientos, por otro lado, requieren mucho magnesio y, por lo tanto, podrían beneficiarse de las sales de Epsom. Lo mejor en todo caso es diluirla en agua y aplicarla en forma de aerosol foliar.
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El mismo portal sugiere utilizar dos cucharadas de sal de Epsom por galón de agua y rociar las plantas una vez al mes, o reducir la cantidad de sal a una cucharada por galón y pulverizar las plantas con la mezcla cada dos semana.
“En las rosas, puedes aplicar un aerosol foliar de una cucharada por galón de agua por cada pie de la altura del arbusto. Aplica a medida que aparecen las hojas y después de la floración. Para tomates y pimientos, aplica una cucharada de gránulos de sal de Epsom alrededor de las plántulas luego de trasplantarlas y nuevamente después de la primera floración”, sugiere Gardening Know How.
También debes tener en cuenta que muchas plantas, como los frijoles y las verduras de hoja, crecen mejor con bajos niveles de magnesio, así que con ellas lo mejor es no utilizar las sales.
COMO PESTICIDA
Puede usarse diluida para el control de insectos como escarabajos y otras plagas del jardín, para ello prepara una solución de una taza (240 ml) de sal de Epsom y 5 galones de agua. Luego rocíala con un atomizador sobre el follaje.
En seco: rociar la sal de Epsom en una banda estrecha alrededor de las plantas puede ser eficaz para controlar las babosas , ya que los gránulos rasgan la “piel” de las plagas viscosas, con lo cual se secan y mueren.