Ante situaciones estresantes, muchas personas encuentran en la comida una manera de escapar y sentirse reconfortadas, sobre todo si se trata de alimentos ricos en azúcares, grasas y sal. El problema es que esto conduce a complicaciones de salud y a un aumento de peso.
“La comida chatarra estimula el centro del placer en el cerebro, especialmente durante épocas del estrés. La dura realidad es que el factor de bienestar que obtenemos al consumir estas golosinas y alimentos grasos es de corta duración”, explica la exatleta olímpica y nutricionista Samantha Clayton.
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Por lo mismo, la experta sugiere la práctica del yoga y la meditación para relajarse. De acuerdo con Clayton, el ejercicio de la mente es tan importante como el ejercicio del cuerpo a la hora de recuperar el enfoque y calmar la mente.
Una rutina de yoga suave es una gran manera de comenzar el día, ya que despeja tu mente y fija un tono positivo para el día con algunos movimientos simples, sostiene la exatleta. En cuanto a la meditación, indica que es simplemente un término para pasar un tiempo desconectado en un estado de conciencia tranquila.
Sin embargo, Clayton también sostiene que esta última técnica a menudo es malinterpretada, lo cual es un obstáculo para que la gente la pruebe. Por lo mismo, ella comparte algunos consejos prácticos y simples
1. No pienses que necesitas un lugar completamente silencioso y aislado para practicar. En el mundo real y especialmente en una casa con niños o en la oficina, encontrar silencio completo es casi una tarea imposible.
2. Intenta eliminar todas las distracciones importantes como teléfonos, pantallas de computador y espacios increíblemente ruidosos. Si estás en la oficina solo gira tu silla lejos de la pantalla; en tu casa, cierra la puerta de tu habitación.
3. “No necesitas ningún equipo especial, como un tapete, campanas o mantas, quiero que entiendas que puedes meditar en cualquier lugar. Entre menos cosas necesites, más fácil será tomar un momento rápido para practicar”, indica Clayton.
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4. Intenta sentarte o acostarte en un lugar cómodo donde te sientas relajado. Puedes mantener los ojos abiertos o cerrarlos, lo importante es que hagas lo que sientes que está bien para ti.
5. No te fuerces a empezar a respirar con un estilo específico, como respiración de vientre o de nariz. Al principio puedes desanimarte o incluso hacer que te sientas mareado. Trabaja dicha técnica una vez que empieces a sentirte más cómodo con la meditación.
6. Solo concéntrate en tu respiración. Siente el aire entrando y saliendo de tu cuerpo. Simplemente sé consciente de tu respiración y cómo se siente.
7. No des lugar a pensamientos negativos cuando tu lista de quehaceres pendientes comience a escabullirse en tu mente.
8. Si te asaltan otros pensamientos, intenta concentrarte de nuevo en la respiración.
9. No tengas una larga lista de afirmaciones o metas que pienses o digas en voz alta.
10. Ten una o dos palabras claves que te ayuden a relajarte o guiar hacia un sentido positivo de bienestar.