Videojuegos que enseñan ciencia: la apuesta educativa que gana terreno

En el mundo de la ciencia ya no todo pasa por microscopios y ecuaciones. Ahora, también hay máquinas arcade y aplicaciones móviles que despiertan curiosidad en niños y adultos. Así lo demuestra la experiencia de Melek Villanueva y Patricia Bondía, dos investigadoras españolas que fundaron Scientific Videogames, una empresa que convierte conceptos complejos en videojuegos accesibles .

Su aventura comenzó en plena pandemia, cuando Villanueva terminaba su doctorado en Física y conoció a Bondía, biofísica formada en animación 3D y desarrollo de videojuegos. Lo que inició como un experimento terminó siendo un proyecto empresarial que hoy ofrece soluciones a universidades, centros de investigación y ferias científicas .

Una carrera de moléculas en una máquina arcade

El primer gran reto fue la Nanocar Race, una competencia internacional organizada por el Instituto Madrileño de Estudios Avanzados en Nanociencia. Allí, los equipos diseñan moléculas con forma de coche y las hacen avanzar sobre superficies atómicas. Villanueva y Bondía transformaron esa idea en Nanocar Racing, un arcade donde los jugadores compiten pilotando moléculas. El éxito fue tal que instalaron el juego en una recreativa y lo llevaron a ferias, donde los niños, después de jugar, preguntaban: “¿qué es una molécula?” .

Ese fue el momento en que entendieron que un videojuego podía convertirse en puerta de entrada al conocimiento.

De investigadoras a emprendedoras

Tras la buena acogida, decidieron formalizar la empresa en 2023. Gracias al programa Madrid in Game, impulsado por el Ayuntamiento de Madrid, recibieron mentorías, asesoría legal y acceso a tecnología avanzada como gafas de realidad virtual y tabletas gráficas. “Para nosotras fue clave, porque veníamos de la ciencia, no de la gestión empresarial”, explicó Villanueva .

Hoy desarrollan productos a medida: desde juegos de ordenador hasta experiencias inmersivas en realidad virtual. Cada proyecto comienza con una conversación con los investigadores para adaptar el lenguaje científico a una narrativa atractiva .

Ciencia que se juega

Entre sus proyectos recientes está una aplicación para el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (CSIC, Valencia), con personajes coleccionables inspirados en Pokémon para enseñar nutrición infantil. También crearon una experiencia de realidad virtual para la Universidad de Southampton, presentada en la Royal Society de Londres, donde los visitantes aprendían cómo se usan virus como alternativa a los antibióticos .

Ahora trabajan en una propuesta europea que permitiría a pacientes de ensayos clínicos simular su tratamiento con realidad virtual y dialogar con un chatbot de inteligencia artificial. Además, preparan un videojuego educativo tipo Candy Crush que enseña la tabla periódica formando átomos con protones, neutrones y electrones .

Una visión a largo plazo

El sueño de estas investigadoras es crear una plataforma online de videojuegos científicos, abierta a todo público, que funcione como alternativa digital a las revistas de divulgación. Sería un espacio donde se pueda aprender desde lo básico hasta la investigación avanzada de manera lúdica .

En un contexto donde aún se cuestiona el valor educativo de los videojuegos, ellas defienden que, usados con propósito, pueden despertar curiosidad y convertirse en un poderoso lenguaje de aprendizaje.

Gamificación: cómo el juego está transformando la educación y el trabajo

El artículo “Así es la gamificación, la estrategia que revoluciona el aprendizaje y el desarrollo profesional”, publicado por El País, el año pasado, describe cómo la gamificación se ha convertido en una metodología clave tanto en el ámbito educativo como en el corporativo.

La gamificación consiste en aplicar mecánicas propias de los videojuegos —como puntos, niveles, insignias, recompensas y competencia— en procesos de enseñanza y formación profesional. Según explica el artículo, estudios recientes demuestran que estas dinámicas favorecen la concentración, el trabajo en equipo, la resolución de problemas y el pensamiento crítico.

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emocionales reales

Según, Josh Crossick, director en la empresa Preply, quien señala que esta estrategia es una forma eficaz de “hackear la motivación”, ya que ofrece recompensas inmediatas que estimulan la dopamina y el reconocimiento constante. Preply es una plataforma global de enseñanza online de idiomas, que conecta estudiantes con tutores en distintos países y aplica elementos de gamificación para mantener la motivación en el aprendizaje.

Plataformas educativas como Duolingo, Babbel y Khan Academy, que emplean insignias, recompensas y niveles son ejemplo del uso de recursos propios de los juegos, aplicados en procesos de aprendizaje. No obstante, su implementación requiere reflexión: planificar, conocer a los estudiantes, identificar contenidos adecuados y evitar sobrecargar al docente son aspectos clave.