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Niños pequeños ya interactúan con tecnología que responde, canta o cuenta historias: la IA forma parte de su día a día casi sin que lo notemos.

Tu hijo ya tiene un “amigo” que no es humano

La IA redefine cómo crecen, aprenden y se relacionan los niños. Un fenómeno que abre oportunidades, pero también plantea retos urgentes.

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Por Betty Carranza
Publicado el 26 de diciembre de 2025

 

TU RESUMEN

La inteligencia artificial está transformando profundamente la infancia: desde juguetes que “conversan” hasta asistentes virtuales que se vuelven parte del día a día de niñas y niños. Según DW Español, esto plantea oportunidades educativas, pero también riesgos emocionales, como la confusión entre relaciones humanas y vínculos con máquinas. Expertos advierten que la IA no reemplaza el afecto real y que los adultos deben acompañar activamente este cambio. Organizaciones como UNICEF piden regulaciones que protejan la privacidad infantil. El impacto dependerá de cómo usemos la tecnología: con conciencia, supervisión y poniendo siempre al niño en el centro.

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La infancia ya nunca volverá a ser la misma. La irrupción de la inteligencia artificial está transformando la forma en que los niños juegan, aprenden e incluso se relacionan con el mundo. Así lo expone un reciente video de DW Español, que muestra cómo esta tecnología está influyendo en la niñez desde edades cada vez más tempranas, a través de juguetes inteligentes, asistentes virtuales y plataformas educativas que interactúan con sorprendente naturalidad.

En el video, se destaca el caso de niños que establecen vínculos afectivos con asistentes de voz o con robots que, gracias a la IA, son capaces de responder preguntas, contar historias y hasta recordar conversaciones anteriores. Aunque estas interacciones pueden parecer inofensivas o incluso educativas, expertos advierten sobre los riesgos de que los pequeños confundan estos dispositivos con amigos reales.

"Estos sistemas no entienden emociones ni tienen conciencia. Su función es simular interacción humana, pero no pueden reemplazar el vínculo afectivo de una relación humana auténtica", explicó la pedagoga digital Katharina Zweig en una entrevista con DW.

La línea entre lo real y lo artificial

Uno de los cambios más profundos que se están observando es la difusión de juguetes y plataformas que integran IA para comunicarse con los niños. Muñecos que responden con voz personalizada, videojuegos que se adaptan al estado de ánimo del usuario, o apps educativas que siguen el ritmo del aprendizaje individual, son apenas algunos ejemplos de esta nueva realidad.

Pero cuando una niña le cuenta sus secretos a un robot o un niño cree que su asistente virtual es su mejor amigo, surgen preguntas urgentes: ¿qué consecuencias emocionales tiene esto? ¿Están preparados los adultos para acompañar esta transformación?

Las pantallas ya no son solo entretenimiento: también educan, acompañan y estimulan, pero requieren supervisión adulta para un desarrollo sano.
Las pantallas ya no son solo entretenimiento: también educan, acompañan y estimulan, pero requieren supervisión adulta para un desarrollo sano. / Shutterstock

Según el Instituto Alemán para la Investigación Educativa en la Era Digital, muchos padres y educadores subestiman el poder emocional que estos dispositivos ejercen sobre los menores. "Hay que reconocer que la IA no es solo una herramienta, sino un nuevo agente en el entorno del niño", señalan en su informe anual.

Supervisión y alfabetización digital

Para los expertos, el papel de los adultos es clave. La presencia de IA en la infancia no debe ser vista solo como amenaza, sino como una oportunidad para acompañar activamente el desarrollo de habilidades críticas, sociales y tecnológicas.

La organización UNICEF, en su documento "Guías para el uso de la inteligencia artificial en la infancia", remarca que los niños tienen derecho a una infancia segura también en entornos digitales. Esto implica diseñar tecnologías que respeten su privacidad, que no recopilen datos de forma abusiva y que prioricen el bienestar infantil.

"No se trata de prohibir la IA, sino de asegurarnos de que su uso esté guiado por valores humanos y por una mirada que ponga al niño en el centro", afirma el documento de UNICEF.

Brechas que también se amplían

La inteligencia artificial promete personalizar la educación y hacerla más accesible. Sin embargo, también existe el riesgo de que aumente la desigualdad entre quienes pueden acceder a estas tecnologías y quienes quedan excluidos por falta de conectividad, dispositivos o acompañamiento adulto.

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El informe "Infancia y futuro digital" publicado en el portal del Centro de Estudios Tecnológicos Globales señala que "el acceso desigual a la IA puede crear una brecha cognitiva entre niños hiperestimulados y otros que no pueden participar en estos nuevos entornos de aprendizaje".

Por eso, los especialistas coinciden en que se necesitan políticas públicas que promuevan una alfabetización digital inclusiva, tanto para los niños como para sus familias y educadores.

¿Qué podés hacer como madre, padre o educador?

  • Observá con atención cómo interactúa tu hijo con dispositivos de IA.
  • Conversá sobre la diferencia entre seres humanos y máquinas.
  • Promové espacios de juego libres de tecnología.
  • Acompañá su uso digital con preguntas y diálogo.
  • Buscá aplicaciones y juguetes con principios éticos y educativos claros.

Tecnología con humanidad

La inteligencia artificial puede ser una aliada en la infancia, siempre que se integre con conciencia, afecto y sentido crítico. No se trata de temerle al avance tecnológico, sino de entenderlo y humanizarlo.

Como concluye el video de DW Español, el futuro no está escrito. La manera en que acompañemos hoy a las nuevas generaciones frente a la IA definirá si esta revolución mejora la infancia o si nos aleja de su esencia más valiosa: la capacidad de imaginar, sentir y crear en libertad.

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