Por qué el alcohol afecta más a las mujeres que a los hombres
Aunque hombres y mujeres beban la misma cantidad de alcohol, los efectos en el cuerpo femenino suelen ser más intensos y duraderos. La ciencia explica por qué.
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elsalvador.com
Publicado el 20 de diciembre de 2025
Diversos estudios han demostrado que el alcohol afecta más intensamente a las mujeres que a los hombres, incluso cuando consumen la misma cantidad. Esto se debe a factores biológicos como menor cantidad de agua corporal, menos enzimas para metabolizar el alcohol y un sistema hormonal que intensifica sus efectos en el cerebro. Según DW y entidades como el NIAAA y CDC, esto eleva el riesgo de intoxicación, dependencia, daño hepático y enfermedades cardiovasculares. Comprender estas diferencias permite tomar decisiones de autocuidado más conscientes, alejadas de prejuicios, y priorizar el bienestar físico, mental y emocional con base en evidencia científica.
En los últimos años, diversos estudios científicos han confirmado que el alcohol tiene un impacto fisiológico distinto en mujeres y hombres, incluso cuando consumen cantidades similares. Esta diferencia no responde a estereotipos ni a tolerancia, sino a factores biológicos, hormonales y metabólicos. Comprender estas diferencias es un paso clave hacia un autocuidado informado, desde una perspectiva de salud integral.
Desde el primer sorbo: así entra el alcohol al cuerpo
El alcohol empieza a afectar al organismo desde que entra en contacto con la boca. Las papilas gustativas envían señales al cerebro, que reacciona con cambios en el ritmo cardíaco, el flujo sanguíneo y la actividad neuronal. Luego, una parte del alcohol se metaboliza en el estómago y el hígado mediante la enzima alcohol deshidrogenasa (ADH), pero la mayor parte pasa al intestino delgado y de ahí al torrente sanguíneo.
En un estudio citado por DW, donde se administró la misma cantidad de alcohol ajustada por peso corporal a 20 hombres y 23 mujeres, se observó que las mujeres alcanzaron niveles más altos de alcohol en sangre. Esto se explica porque su organismo cuenta con menos ADH, lo que permite que una mayor proporción del alcohol ingerido llegue al sistema circulatorio.
La composición corporal marca la diferencia
Pero no solo la enzima explica esta diferencia. Edward Scotts, investigador de la Universidad Estatal de Luisiana, señala en DW que "tal vez no sea tanto el peso o el tamaño, sino la composición corporal, donde hay mayores diferencias entre sexos". Las mujeres tienden a tener mayor proporción de grasa corporal y menos agua que los hombres. Como el alcohol se diluye mejor en agua que en grasa, esto hace que su concentración en sangre sea más elevada en cuerpos femeninos.
Por su parte, el Instituto Nacional sobre el Abuso de Alcohol y Alcoholismo (NIAAA) de Estados Unidos explica en su sitio oficial que, debido a esta menor proporción de agua corporal, el alcohol permanece más tiempo en el cuerpo de las mujeres, intensificando sus efectos. Esto significa que, incluso con menor cantidad, pueden experimentar intoxicación más rápida, resacas más fuertes y mayor daño a órganos como el hígado o el corazón.
Hormonas y cerebro: una relación compleja
El impacto del alcohol en el cerebro también está mediado por las hormonas sexuales. La neurocientífica Megan Becker, citada en DW, indica que las mujeres muestran una progresión más rápida desde el consumo ocasional hasta la dependencia, un patrón conocido como "telescoping". "Se vuelven adictas más rápido y consumen grandes cantidades en menos tiempo", afirma Becker.

El estradiol, hormona femenina clave durante el ciclo menstrual, potencia la liberación de dopamina, el neurotransmisor asociado al placer. Como el alcohol también estimula la dopamina, su efecto se intensifica durante momentos de alta producción hormonal, como la ovulación. Esta combinación bioquímica puede aumentar el disfrute subjetivo del alcohol, pero también elevar el riesgo de dependencia.
Datos del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) publicados en su sitio web respaldan esta tendencia, indicando que las mujeres desarrollan daños hepáticos como hepatitis alcohólica y cirrosis con menores niveles de consumo y en menos tiempo que los hombres. Además, presentan mayor vulnerabilidad a enfermedades cardíacas relacionadas con el alcohol.
Riesgos a mediano y largo plazo
La exposición prolongada al alcohol incrementa el riesgo de cáncer de mama en mujeres, incluso con consumo moderado, según señala el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) de EE. UU. A esto se suma el daño cerebral: investigaciones citadas por el sitio especializado Tainted Wine muestran que las mujeres experimentan deterioro cognitivo y estructural cerebral más rápidamente que los hombres al beber de forma sostenida.
Reconocer los efectos del alcohol en el cuerpo femenino no implica juzgar, sino tomar decisiones más informadas. Estas son algunas señales de alerta que conviene observar:
- Sentir resaca intensa con poca cantidad de alcohol.
- Cambios en el estado de ánimo al beber.
- Dormir mal después de beber aunque sea poco.
- Aumentar la cantidad de alcohol para sentir el mismo efecto.
- Beber para manejar emociones o reducir ansiedad.
Informarse es cuidarse
Las diferencias entre hombres y mujeres en la manera de procesar el alcohol no son un mito ni un tema de voluntad: están respaldadas por evidencia científica de múltiples instituciones y expertos. Conocer cómo afecta el alcohol al cuerpo femenino permite tomar decisiones que prioricen el bienestar físico, mental y emocional.
Desde el autocuidado consciente hasta la prevención de enfermedades, cada sorbo puede ser una oportunidad para elegir lo que más nos nutre. Y eso empieza por saber cómo funciona nuestro cuerpo y qué necesita para estar bien.
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