Cómo el perfeccionismo extremo puede dañar una relación de pareja
El deseo de que todo salga perfecto puede volverse una trampa emocional. Especialistas explican cómo detectar el perfeccionismo en la pareja y manejarlo.
Por
Karla Rodas
Publicado el 03 de noviembre de 2025
El perfeccionismo, cuando se vuelve extremo, puede deteriorar las relaciones de pareja al generar frustración, distancia y conflictos constantes. Especialistas citados por Infobae y Psicología y Mente explican que esta exigencia excesiva puede provenir de la infancia y manifestarse en distintos perfiles: quienes se imponen metas inalcanzables, buscan aprobación social o critican los errores ajenos. Estas actitudes desgastan la convivencia y afectan la autoestima del otro. Los expertos recomiendan acudir a terapia individual o de pareja para aprender a aceptar las diferencias, flexibilizar expectativas y reemplazar la perfección por metas más realistas y vínculos más sanos.
El perfeccionismo, a menudo visto como una virtud, puede transformarse en una carga silenciosa dentro de las relaciones de pareja. Según especialistas consultados por Infobae y el sitio Psicología y Mente, cuando la exigencia personal se vuelve extrema, genera frustración, distancia y un desgaste emocional que amenaza la estabilidad del vínculo.
El psiquiatra y doctor en Psicología Juan Eduardo Tesone, de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), comparó este rasgo con “una pesada mochila” que acompaña a quien busca alcanzar lo inalcanzable. “El desfasaje entre una meta irreal y lo realmente logrado estará siempre un paso por debajo de la exigencia, con la consiguiente frustración y duelo permanente”, explicó en diálogo con Infobae.
Tesone advirtió que esa exigencia desmedida no se limita al individuo. “Dirigida hacia sí mismo y hacia el otro, agota a la persona y a su pareja, generando conflictos por motivos que no se justifican y limando poco a poco todo vínculo”, añadió.
Desde una mirada terapéutica, el especialista subrayó que superar este patrón implica revisar las raíces de la autoexigencia: “Abordar esta problemática requiere una psicoterapia, de preferencia psicoanalítica, que pueda desanudar la exigencia desmedida tejida desde la infancia y abrir una nueva perspectiva sobre sí mismo y sobre el otro”.
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Las múltiples caras del perfeccionismo amoroso
El psicólogo Eduardo Drucaroff, también de APA, explicó a Infobae que la convivencia con una persona perfeccionista puede ser un desafío constante. “Quien persigue la perfección muchas veces cree, de buena fe, que con sus señalamientos constantes está ayudando a mejorar la relación o la familia, pero termina generando un ambiente de crítica y tensión”, señaló.
Por su parte, la psicóloga Valeria Wittner destacó que el perfeccionismo no se manifiesta solo en grandes decisiones, sino también en lo cotidiano: “Las personas con este rasgo esperan alcanzar la perfección en todo lo que hacen, incluso en los detalles mínimos. Eso genera frustración, miedo a cometer errores y una convivencia marcada por la falta de espontaneidad”.
La especialista Rosalía Álvarez coincidió en que el problema va más allá de la simple exigencia: “Solemos referirnos con perfeccionismo a personas con ciertos rasgos obsesivos, a quienes les resulta difícil aceptar que el otro es distinto, que piensa o actúa diferente”, afirmó a Infobae. Según Álvarez, esa dificultad conduce a “peleas continuas y críticas sistemáticas que terminan creando un entorno caótico de pareja”.

Tipos de perfeccionistas y sus efectos en el vínculo
El portal especializado Psicología y Mente clasifica varios perfiles de perfeccionistas con impacto directo en la vida amorosa.
Uno de ellos es quien se propone metas inalcanzables, un perfil marcado por la frustración y la autocrítica constante. “Les cuesta aceptar sus límites y entender que todos somos humanos. Esa rigidez emocional puede derivar en ansiedad, depresión o comportamientos obsesivos”, explica el artículo.
Otro tipo común es el que busca reconocimiento social, obsesionado con ser aceptado y evitar críticas. En estos casos, la necesidad de validación externa consume tiempo y energía que se restan al espacio en pareja.
Finalmente, Psicología y Mente describe al detector de errores ajenos, el perfil más conflictivo dentro de una relación. Esta persona no tolera los fallos del otro, usa la crítica o el sarcasmo y convierte la convivencia en un terreno hostil. “Es una actitud tóxica que puede deteriorar la autoestima y generar dinámicas de maltrato emocional”, advierte el sitio.
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Cómo abordar el perfeccionismo sin romper la relación
Todos los especialistas consultados coinciden en que buscar ayuda profesional es clave cuando el perfeccionismo se vuelve una fuente permanente de conflicto. Drucaroff recomienda acudir a terapia de pareja para trabajar en la comunicación y la tolerancia al error, mientras que Wittner subraya la necesidad de evaluar cuán rígidas son las expectativas del perfeccionista: “Si la rigidez es extrema, la terapia individual puede ser más efectiva que la de pareja”.
Desde una mirada práctica, Psicología y Mente propone dos pasos iniciales: analizar los efectos del perfeccionismo en la relación y reflexionar qué aporta realmente ese rasgo al vínculo. Este ejercicio permite tomar conciencia de las conductas que generan tensión y aprender a frenarlas.
En palabras de Tesone, “un poco de exigencia puede ser estimulante, pero demasiada aplasta tanto a la persona como a sus vínculos amorosos”. La clave está en transformar el ideal de perfección en una búsqueda más humana y flexible, donde los errores no sean motivo de ruptura sino parte natural de la convivencia.
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