Dormir más y ver menos pantallas mejora la salud mental infantil
Un estudio sugiere que reemplazar 30 minutos de pantallas por 30 minutos de sueño mejora la salud emocional y el comportamiento de niños y niñas.
Por
EFE
Publicado el 22 de octubre de 2025
Un estudio publicado en la *World Journal of Pediatrics* y difundido por **EFE** revela que reemplazar 30 minutos de pantallas por 30 minutos de sueño mejora la salud mental infantil. La investigación, realizada por el Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBEROBN) y la Universitat Rovira i Virgili (URV), analizó a más de 1,400 niños de 3 a 6 años. Los resultados muestran que dormir más reduce los problemas emocionales y de conducta asociados al exceso de pantallas. Los expertos recomiendan limitar el tiempo frente a dispositivos, fomentar rutinas de descanso y priorizar el sueño como parte del bienestar infantil.
Dormir más y usar menos pantallas puede marcar una gran diferencia en la salud mental infantil. Una investigación publicada en la World Journal of Pediatrics y difundida por EFE demuestra que sustituir media hora de exposición a pantallas por media hora de sueño mejora el bienestar emocional y reduce los problemas de conducta en niños y niñas de entre 3 y 6 años.
El trabajo, desarrollado por el Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBEROBN) y el grupo Alimentación, Nutrición, Desarrollo y Salud Mental de la Universitat Rovira i Virgili (URV), forma parte del proyecto CORALS, que desde hace años analiza el impacto de los hábitos cotidianos en el desarrollo de niños y niñas de entre tres y seis años.
Los investigadores observaron que los menores que pasan más de dos horas al día frente a pantallas —televisión, videojuegos, teléfonos o tabletas— presentan con mayor frecuencia problemas emocionales o de conducta, además de dormir peor. En cambio, aquellos que descansan lo suficiente muestran una notable mejora en su bienestar psicológico, incluso si el tiempo de pantalla no se elimina por completo.
El impacto del sueño en la infancia
Dormir es mucho más que descansar: durante el sueño, el cerebro infantil consolida aprendizajes, regula emociones y fortalece el sistema inmunológico. Según el estudio, basta con añadir media hora de sueño diario para que los efectos positivos sean significativos en el estado de ánimo y la conducta.
Nancy Babio, investigadora principal del estudio, subraya que “fomentar rutinas saludables, limitar el tiempo de pantalla y promover un buen descanso infantil son medidas esenciales para favorecer un desarrollo emocional y conductual óptimo”. Sus palabras, recogidas por EFE, reflejan una preocupación creciente en la comunidad científica: los niños y niñas de hoy duermen menos que las generaciones anteriores, y el exceso de pantallas tiene mucho que ver.
Pantallas y emociones: una relación compleja
La investigación, que involucró a 1,420 menores de siete ciudades españolas (entre ellas Barcelona, Reus, Córdoba y Zaragoza), analizó la relación entre el tiempo frente a pantallas, la duración del sueño y las dificultades emocionales mediante la herramienta internacional Strengths and Difficulties Questionnaire (SDQ).
Los resultados fueron claros: cuanto más tiempo pasaban los menores frente a pantallas, más tendencia mostraban a la irritabilidad, la falta de concentración o los cambios bruscos de ánimo. Sin embargo, cuando los niños dormían las horas recomendadas para su edad, esos efectos negativos se reducían.
De hecho, los investigadores recomiendan no solo limitar el uso de dispositivos electrónicos, sino también asegurar que los niños duerman entre 10 y 13 horas diarias, según las pautas internacionales de la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño (AASM). Esto incluye tanto el sueño nocturno como las siestas.
Consejos prácticos para las familias
Los expertos coinciden en que no se trata de eliminar por completo las pantallas, sino de encontrar un equilibrio saludable. Basados en las conclusiones del estudio, estos son algunos consejos útiles para los hogares:

- Establecer una “hora sin pantallas” antes de dormir. La luz azul que emiten los dispositivos puede alterar la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño. Un momento tranquilo, con lectura o música suave, ayuda a preparar al cuerpo para descansar.
- Priorizar la calidad del sueño. No solo importa cuántas horas se duerme, sino cómo. Un dormitorio oscuro, silencioso y sin dispositivos electrónicos es clave para un descanso reparador.
- Dar el ejemplo. Los niños aprenden observando. Si los adultos reducen su propio tiempo frente a pantallas, será más fácil que los pequeños adopten el mismo hábito.
- Fomentar actividades activas y creativas. Jugar al aire libre, dibujar o cocinar juntos puede ser una alternativa divertida y saludable al tiempo frente a pantallas.
- Usar la tecnología con propósito. No todas las pantallas son iguales: elegir contenidos educativos, de calidad y adecuados a la edad puede convertirlas en aliadas del aprendizaje.
Un llamado a la prevención desde la primera infancia
Las coautoras del estudio, Lucía Iglesias-Vázquez y Tany E. Garcidueñas Fimbres, recalcan la importancia de actuar temprano: “Cumplir las recomendaciones de uso de pantallas y garantizar un buen descanso es clave para la salud mental en la infancia”. Según la investigación, cuanto antes se instauren hábitos saludables de sueño y desconexión digital, mayores serán los beneficios a largo plazo.
El proyecto CORALS, que sigue en curso, busca ofrecer una visión más amplia sobre cómo los estilos de vida modernos afectan la salud infantil. Su aporte, difundido por EFE, se suma a una creciente evidencia internacional: el descanso adecuado puede ser tan decisivo como la alimentación o el ejercicio en el bienestar de los más pequeños.
Un mensaje para los padres salvadoreños
Aunque el estudio se desarrolló en España, sus conclusiones son especialmente relevantes en El Salvador y en toda América Latina, donde el acceso a dispositivos móviles ha crecido exponencialmente. Según datos de UNICEF, más del 70 % de los menores en la región usa un teléfono inteligente o tableta de forma regular, muchas veces sin supervisión.
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Por eso, la recomendación de los expertos cobra especial sentido: cada minuto de sueño cuenta. Sustituir media hora de pantallas por media hora de descanso no solo mejora el ánimo y la atención de los niños, sino que fortalece los lazos familiares al recuperar tiempo de calidad sin interrupciones digitales.
Dormir más para vivir mejor
La buena noticia, como destaca el equipo de investigación, es que los cambios no requieren grandes esfuerzos. Ajustar rutinas, apagar los dispositivos un poco antes y promover un ambiente tranquilo puede marcar una diferencia significativa. En palabras de Babio, “dormir bien es una de las inversiones más valiosas que podemos hacer por la salud emocional de nuestros hijos”.
El mensaje de este estudio, difundido por EFE, es simple y esperanzador: a veces, el bienestar infantil se construye con pequeños gestos cotidianos. En este caso, bastan 30 minutos menos de pantallas y 30 minutos más de sueño para que la mente y el corazón de los más pequeños encuentren su mejor equilibrio.
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