Santa Ana 29oC   43% H San Salvador 29oC   55% H San Miguel 29oC   55% H Surf City 31oC   63% H
  mapa
EDH

Calendario Mundial 2026 Temporada de Navidad Conciertos en El Salvador Festivales Turismo en El Salvador Noticias

Banner versión desktop Banner versión móvil
El mal olor corporal puede ser una señal de desequilibrios internos, más allá de la higiene o el clima.

Tu cuerpo podría estar enviándote una señal... y se nota en el olor

El olor corporal puede cambiar por razones que van más allá de la higiene. Conocer sus causas te puede ayudar a cuidar mejor tu salud y bienestar.

Avatar del autor

Por Betty Carranza
Publicado el 30 de octubre de 2025

 

TU RESUMEN

El mal olor corporal puede tener causas más profundas que la falta de higiene. Factores como ciertos alimentos (ajo, cebolla, carne roja), cambios hormonales, uso de ropa sintética o condiciones médicas como diabetes o problemas renales pueden alterar el aroma natural del cuerpo. Entender estas señales puede ayudarte a identificar desequilibrios en tu salud. Según fuentes como la Clínica Cleveland, Health y Medical News Today, prestar atención a los olores inusuales y persistentes es clave. Con pequeños cambios en alimentación, higiene y estilo de vida, es posible controlar el olor. Si el cambio es abrupto, se recomienda consultar con un médico.

Escuchar este artículo

El mal olor corporal es un tema que, aunque incómodo, merece atención. Muchas veces pensamos que solo se trata de higiene, pero hay factores menos conocidos que pueden influir en cómo olemos. Desde lo que comemos hasta condiciones médicas específicas, el cuerpo humano puede emitir señales olfativas que revelan mucho sobre nuestra salud.

Según la Clínica Cleveland, el sudor por sí solo no tiene olor. Lo que genera el mal aroma es la interacción entre el sudor y las bacterias presentes en la piel, especialmente en zonas como las axilas, pies e ingle. Pero este proceso natural puede intensificarse o cambiar por varias razones que van más allá de lo evidente.

1. Lo que comés también habla por vos

Algunos alimentos tienen la capacidad de alterar tu olor corporal, y no necesariamente porque sean malos, sino por su composición química. Por ejemplo, las verduras del tipo allium como el ajo y la cebolla, o las crucíferas como el brócoli y la col, contienen compuestos de azufre que, una vez digeridos, se liberan a través de la piel. Así lo explica un artículo de Health Cleveland Clinic.

El consumo frecuente de carne roja también puede influir. Un estudio citado por Allure, una reconocida publicación estadounidense especializada en bienestar, belleza y ciencia del cuerpo, reveló que quienes reducen su ingesta de carne suelen tener un olor corporal más suave. Esto podría deberse al proceso de digestión prolongado que tiene la carne, generando más residuos que el cuerpo elimina a través del sudor.

Otros factores incluyen bebidas como el alcohol, que al metabolizarse se excreta parcialmente por la piel, y comidas con especias intensas como el curry, que pueden dejar un aroma persistente. Incluso alimentos como los espárragos, aunque inocuos, pueden alterar el olor de la orina por compuestos naturales que contienen, según lo indica Southern Living, una revista estadounidense enfocada en estilo de vida.

2. Factores de estilo de vida y del propio cuerpo

Más allá de la alimentación, hay aspectos del estilo de vida y del cuerpo que pueden favorecer el mal olor. Por ejemplo, las glándulas apocrinas, ubicadas en zonas como las axilas y la ingle, secretan un tipo de sudor más propenso a oler mal al mezclarse con bacterias. Así lo detalla Medical News Today, una plataforma de información médica revisada por profesionales de la salud.

Los cambios hormonales también juegan un papel importante. La pubertad, la menstruación, el embarazo o la menopausia pueden modificar la cantidad y el tipo de sudor, alterando el aroma natural del cuerpo. A esto se suma el sobrepeso, que incrementa la sudoración, y el uso de ropa sintética que impide que la piel respire adecuadamente.

Además, el vello corporal puede ser un factor. Cuanto más vello hay, más bacterias pueden acumularse y más tiempo puede permanecer el sudor, intensificando el mal olor. Recortar o depilar el vello en zonas clave puede ser una medida útil para reducir estos efectos.

Pequeños cambios en tu alimentación, vestimenta e hidratación pueden marcar una gran diferencia en cómo huele tu cuerpo.
Pequeños cambios en tu alimentación, vestimenta e hidratación pueden marcar una gran diferencia en cómo huele tu cuerpo. / Shutterstock

3. Señales de alerta: cuando el olor cambia sin razón aparente

Hay momentos en los que el olor corporal cambia de forma abrupta o se vuelve muy fuerte sin que hayas hecho un cambio en tu dieta o rutina. En esos casos, es importante prestar atención, ya que podría ser una señal de alerta.

Un olor frutado en el aliento o el sudor puede estar vinculado a una condición llamada cetoacidosis, que ocurre cuando hay un descontrol en los niveles de glucosa, típico de personas con diabetes. Así lo explica la publicación Health, un sitio web especializado en salud, nutrición y bienestar.

Otro ejemplo es un aroma similar al amoníaco, que puede sugerir problemas renales, ya que los riñones no están eliminando correctamente ciertos desechos. También existe una condición poco común llamada trimetilaminuria, o "síndrome del olor a pescado", donde el cuerpo no puede descomponer un compuesto específico, generando un olor muy fuerte y característico, según lo documenta Better Health Facts, un sitio de divulgación científica sobre salud y fisiología humana.

Te puede interesar: ¿Dormís lo suficiente? Las mujeres necesitan más sueño

Enfermedades hepáticas, infecciones en la piel, o trastornos como la hiperhidrosis (sudoración excesiva) también pueden ser responsables de cambios significativos en el olor corporal. La NHS, entidad sanitaria del Reino Unido, recomienda consultar con un profesional si el mal olor es muy intenso, persistente o viene acompañado de otros síntomas como fatiga, pérdida de peso o cambios en la orina.

Qué podés hacer para manejarlo mejor

La buena noticia es que en la mayoría de los casos, el mal olor corporal puede controlarse con medidas sencillas. Acá te comparto algunas sugerencias útiles:

  • Mantené una higiene constante, enfocándote en zonas donde hay más glándulas sudoríparas.
  • Secate bien luego de ducharte para evitar que la humedad favorezca el crecimiento bacteriano.
  • Usá ropa de algodón u otras fibras naturales que permitan que la piel respire.
  • Probá identificar alimentos que empeoran tu olor y reducí su consumo por unos días para notar la diferencia.
  • Aumentá tu consumo de agua para ayudar al cuerpo a eliminar toxinas de manera más eficiente.
  • Si el problema persiste o cambia sin razón aparente, acudí al médico para descartar alguna condición médica subyacente.

El olor corporal es una manifestación más de cómo funciona tu cuerpo. No se trata solo de desodorante o de cuántas veces te bañás, sino también de lo que comés, tu estilo de vida y tu salud interna. Estar atentos a estos signos puede ayudarnos a prevenir problemas y a vivir con mayor bienestar.

Y si bien hablar de olores puede ser incómodo, es también una forma de conocernos mejor. Porque al final, cuidar nuestro cuerpo incluye también escuchar lo que nos quiere decir, incluso a través del olfato.

💡
¿Qué deseas ver ahora?