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Entregan ataúdes sellados para enterrar cuerpos y verdades

Como los grupos de delación o los nefastos “orejas” en los años 70 y 80, una denuncia anónima, la envidia de otro, una disputa por una herencia, puede “resolverse” acusando a alguien de “vínculos con las maras” aunque se trate de una calumnia de la peor especie

Por El Diario de Hoy |

Ataúdes sellados con los restos de sus seres queridos están recibiendo muchas familias en nuestro país, ataúdes que miembros de la soldadesca del régimen vigilan para que no sean abiertos antes de enterrarse.

Pero miembros del Movimiento de Víctimas y Familiares del Régimen declaran que al abrir en algún momento los ataúdes descubren que la muerte no fue por “insuficiencia respiratoria” como se pretende, sino presuntamente a causa de crueles torturas que no sería remoto que pasen por flagelaciones, huesos rotos, órganos destrozados por culatazos o patadas, inequívocas señales de hemorragias internas.

La interrogante que surge en personas cuyo sentido de la compasión es parte de su ser, de aquellos que se conduelen de las miserias y sufrimientos de otros, es más que natural: ¿qué puede justificar la violencia contra seres por definición indefensos, aunque se trate de criminales que hayan causado graves sufrimientos a otros?

Como reitera el régimen regularmente, “muy pocos saldrán de las cárceles”, aun cuando no se haya demostrado su culpabilidad, como fue el caso de las siete mil personas que se dice que fueron liberadas pero que sobre sus cabezas pende una “espada de Damocles” de estar siempre expuestas a ser recapturadas, pues la dictadura no quiere admitir una falla, rechaza rectificar lo que haya que rectificar.

A este horror se suma otro hecho, como el denunciado por la familia del señor a quien capturaron en pleno trabajo de su parcela de tierra: como los grupos de delación o los nefastos “orejas” en los años 70 y 80, una denuncia anónima, la envidia de otro, una disputa por una herencia, puede “resolverse” acusando a alguien de “vínculos con las maras” aunque se trate de una calumnia de la peor especie, pues inescrupulosos se valen de las infames condiciones de las cárceles en este suelo para dirimir rencillas de cualquier naturaleza.

Toda tortura se aplica a indefensos, una perversidad infernal en el país

La tortura en cualquiera de sus variantes es lo que vincula entre sí regímenes como el venezolano con las usuales prácticas de la enloquecida teocracia iraní, cuyo último horror fue matar a palos a una jovencita de dieciséis años por no portar un trapo en su cabeza, lo que está haciendo la soldadesca rusa con civiles y prisioneros de guerra ucranianos, la costumbre de Ortega con la disidencia nicaragüense, la práctica de la banda terrorista Hamas con sus prisioneros.

Torturador “sin límite” fue Iván el Terrible, Zar de Rusia, y en un nicho especial el rumano cuya insondable y satánica perversidad dio lugar a la leyenda de Drácula.

En el Medioevo los tatas curas torturaban a infelices que caían en sus manos para que “confesaran” haber perpetrado algún delito; una vez que el infeliz había “confesado” lo despachaban al otro mundo con nuevos tormentos…

Se cuenta de un museo en España que infructuosamente trataba de identificar la época y nombre de una momia egipcia de su colección, por lo que echando mano del último recurso a disposición entregaron el cuerpo a la Guardia Civil para ver si sus “investigadores” -a base de “interrogatorios científicos”- eran capaces de desentrañar el misterio. Después de un par de semanas el museo recibió un reporte completo con el nombre, edad, procedencia, oficio de la momia.

¿Cómo lograron ustedes resolver el enigma?

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