Héroes desvanecidos: salamandras en el ámbar de los siglos
Aunque la práctica de las letras y humanidades es placentera de muchas maneras, es especialmente fructífera porque excluye todas los fastidios que surgen de la diferencia de tiempo y lugar y atrae amigos unos a la presencia de otros y anula la casualidad en que asuntos que valen la pena conocerlos no se experimenta. Las artes hubieran perecido, las leyes hubieran desaparecido y la fe y todos los deberes religiosos de cualquier índole hubieran sido rotos y hasta la elocuencia misma hubiera decaído, salvo que la compasión divina hubiera otorgado a los mortales el uso de las letras como remedio para las enfermedades humanas. Juan de Salisbury. Policráticus (1159)