Editoriales Por Carmen Maron | 10-09-2024
Nuestro país lleva el nombre de El Salvador. Aunque legalmente seamos un país laico, no podemos negar el profundo significado espiritual que ese nombre ha jugado en nuestra complicada historia. Puedo dar fe de que en esta bendita tierra hay muchos hombres y mujeres santos -religiosos y laicos, católicos y evangélicos- que buscan mejorar la vida de los salvadoreños más necesitados. Si lo analizamos, hacer lo que dice el Evangelio- vestir al desnudo, alimentar al hambriento, dar de beber al sediento- es efectivamente hacer Patria. Y en este momento es lo que nuestro país necesita: que nos esforcemos por cambiar nuestro metro cuadrado.