¿Quién vigila a los vigilantes? se preguntaba medio siglo antes de nuestra era Cayo Salustio Crispo (86 a.C- 34 a.C), la interrogante que deben siempre hacer las personas y grupos que defienden la transparencia en la vida pública, que se ocupan del bienestar de los conglomerados.
Salustio acuñó la frase “pan y circo”, aludiendo a los ardides de los que echan mano individuos que buscan el favor de las masas, lo que en las circunstancias por las que pasa nuestro país pueden resumirse así: las cortinas de humo que se montan y la autopropaganda bukeliana; el grave problema que enfrenta la colectividad es la creciente carestía de las tortillas y lo relacionado con la alimentación de la gente, debido primordialmente a la corrupción, al descuido de la agricultura y a los efectos de la “reforma agraria” impuesta a Duarte.
¿Quiénes deben vigilar a los vigilantes? Todos los ciudadanos, cuyas denuncias, críticas y comentarios son esenciales para que el colectivo despierte a las realidades que le rodean, descubran los motivos por los cuales hay un mal servicio de agua mientras se dice que se perforan pozos en terrenos de dudosa propiedad, las razones del impago de la deuda de pensiones, el saqueo de los ahorros de los trabajadores…
Son los ciudadanos quienes están en la responsabilidad “de vigilar a quienes vigilan”, de rastrear dónde van a parar los tributos de productores, comerciantes, de no dejarse marear con los “cánticos de sirenas” que el régimen mantiene con su propaganda, de no dejarse alelar con los payasos para que le saquen la cartera con dinero.
Lo más censurable es el saqueo de los ahorros de los trabajadores por el régimen, que pretende manejar como si fueran su “herencia personal”, que libremente puede manosearse, a lo que se suma el traslado de más y más dineros a CAPRES, justo allí donde opera un “agujero negro” que literalmente se traga cuanto dolarito y centavito se mueve cerca…
Bukelismo sigue con el despojo como lo hicieron “los mismos de siempre”
Para ilustrar lo que está sucediendo con los ahorros de los trabajadores vamos a referirnos a lo que ha ocurrido en los últimos años:
-Primero el gobierno de Saca ideó una maniobra para endosarle a los trabajadores el pago de las pensiones de jubilados del ISSS e INPEP que eran exclusiva obligación del Estado. De esa forma han sacado cerca de $10,000 millones de los ahorros de los trabajadores.
-Por si fuera poco, decidió a pagar el 1 por ciento de interés por ese dinero “prestado”, cuando a los inversionistas internacionales les pagaba hasta el 7 por ciento.
-Por puro berrinche, el gobierno efemelenista cayó en impago en 2017, lo cual repercutió sobre las finanzas y la credibilidad del país.
-La reforma de pensiones de 2018 no ayudó a superar estos despojos, y la más reciente, de 2022, fue un “dulce envenenado” con el que sigue el saqueo y se corre el riesgo que no haya dinero para las próximas generaciones.
Literalmente el régimen está condenando a centenares de miles de salvadoreños a morirse de hambre cuando no puedan continuar trabajando, un acto que expone, al lado de la tortura y el desmantelamiento de los derechos básicos de toda persona en una democracia, la inhumanidad, el desprecio a la vida y el bienestar de otros que caracteriza la dictadura y sus grupos de apoyo.