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Sí, existe una política nacional de turismo sostenible

Pero la base del Turismo es la generación de ingresos y que estos ayuden al desarrollo de las comunidades, el turismo debe generar atracción de la inversión y es ahí donde se genera el gran choque entre los defensores del medio ambiente y el sector privado, entra el difícil tema del agua, de la tala indiscriminada, de la vulneración de la Biodiversidad, ¿Dónde está política nacional  equilibra ese choque? La política dice que son los viajeros (o turistas) los que equilibran al orientarse a adquirir  EXPERIENCIAS SOSTENIBLES. Y a visitar localidades donde muestren interés por conservar, proteger y usar eficientemente los recursos y la biodiversidad. Además hace énfasis de que es el turista  es el que debe incidir en cuidar su huella (ambiental) promoviendo el desarrollo local.

Por Carlos Francisco Imendia

En El Salvador, durante el quinquenio de Nayib Bukele, se está queriendo resaltar y promover el turismo haciendo grandes esfuerzos y millonaria inversión en el rubro turístico, principalmente de la zona litoral con Surfcity (en sus distintas fases).


Desde el Río Paz hasta La Unión y el Golfo de Fonseca la extensión de la costa es de 321 kilómetros, denominada también Zona Costero-Marina. Un estudio de la Universidad de El Salvador sobre la problemática de la contaminación de la Zona Costero-Marina enfatiza que afecta la contaminación por agroquímicos, vertidos domésticos e industriales, desechos sólidos principalmente: plástico (106 mil toneladas de plástico al año se desechan en nuestro país). Mareas rojas que causan acumulación de toxinas en moluscos que representan alto riesgo sanitario (causan muertes de personal al año).


Según dicho estudio de la UES, unas mil tortugas marinas han muerto por ingestión de toxinas relacionadas a las microalgas en 2013 y 2017; además resalta la erosión costera, sedimentación de esteros y bahías tala indiscriminada y conversión de manglares en tierras agrícolas (o proyectos ambiciosos), la misma expansión de proyectos turísticos en áreas de reserva natural (como Mizata); también sobresale que dichas zonas cuentan con nulo tratamiento de aguas residuales (alcaldías empobrecidas que no gestionan los desechos sólidos), se han encontrado metales pesados en peces y microplásticos en especies marinas, así como altos niveles de amoniaco en el agua.


Hace un año visité la zona de Los Cóbanos en Sonsonate, donde pude apreciar el coral, tratar de explorar (sin dañar) por ese tipo de playa muy distinto a otros sitios en el país; cuando baja la marea se hacen pozas donde se puede apreciar la explosión de vida marina, colorida y sorprendente, mientras desde el cielo hacen sombra las siluetas de los pelícanos y otras aves marinas. Se puede apreciar una costa limpia, aunque se levantaban las columnas de humo de la zafra, en la planicie sonsonateca, y en efecto, cuando la marea subió pude apreciar botellas plásticas flotando.


La deuda del turismo a la Zona Costero-Marina es evidente. No hay planes concretos, los podemos conocer por el ministerio del Medio Ambiente pero no por el ministerio de Turismo o no existe la comunicación suficiente para acceder a esa información, pero: ¿Existe una POLÍTICA NACIONAL DE TURISMO SOSTENIBLE? La respuesta es sí, nació en 2009, durante la administración de Funes. El hijo del expresidente Duarte, José Napoleón, que era el ministro de Turismo de turno, promovió dicha política. ¿Qué resume? ¿Se está aplicando en la actualidad?


La Política Nacional de Turismo Sostenible está enfocada para promover la implementación de un modelo de gestión turística más eficiente y responsable. Genera menor impacto al medio ambiente, integra a la población local en dinámicas de desarrollo. Retoma los componentes sociales, ambientales y culturales de los destinos. También dicha política resalta la suma de los factores humanos, ambientales, culturales y económicos.


Pero la base del turismo es la generación de ingresos y que estos ayuden al desarrollo de las comunidades. El turismo debe generar atracción de la inversión y es ahí donde se genera el gran choque entre los defensores del medio ambiente y el sector privado. Entra el difícil tema del agua, de la tala indiscriminada, de la vulneración de la biodiversidad, ¿dónde está política nacional equilibra ese choque? La política dice que son los viajeros (o turistas) los que equilibran al orientarse a adquirir EXPERIENCIAS SOSTENIBLES. Y a visitar localidades donde muestren interés por conservar, proteger y usar eficientemente los recursos y la biodiversidad. Además hace énfasis de que es el turista es el que debe incidir en cuidar su huella (ambiental) promoviendo el desarrollo local.


Y qué bonito fuera eso, receptar ese apoyo (económico o tributario) de turistas como los de los cruceros que atracan en Acajutla, para promover acciones como construcción de plantas de tratamiento de aguas residuales o sistemas de alcantarillado, plantas para quebrar y procesar vidrio en el Litoral.


Dicha Política Nacional de Turismo Sostenible está en sintonía con la Organización Mundial de Turismo (OMT), esta organización habla del desarrollo de sistemas SOCIOECOLÓGICOS para la configuración de tres dimensiones centrales o pilares: La económica, lo social y lo ambiental.


Tomando como ejemplo el lago de Coatepeque y su deplorable situación, y saturación, podríamos entender de que dicha política Nacional de Turismo Sostenible lamentablemente no se está aplicando o su alcance es muy limitado. En el caso de dicho lago, la demanda turística es mayor que la capacidad regenerativa de ese paradisiaco lugar, las comunidades aún se mantienen en condición de pobreza.


*Ambientalista y publicista

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Medio Ambiente Opinión Turismo

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