El cáncer de mama en El Salvador: muchas palabras, pocas acciones

El cáncer de mama es el cáncer más frecuente en El Salvador (más de 1858 casos) causando más de 557 muertes al año. Una de cada 8 mujeres padecerá la enfermedad en algún momento de su vida.

En el ISSS durante 2022 atendimos 576 casos nuevos entre las edades de 23 y 96 años; el 68% entre los 40 a 69 años con la mayor incidencia a los 52; el 16% son de 39 años o menos y el 16% de 70 años o más; el 90% de casos llega en estadios avanzados de la enfermedad. Es más frecuente cuando existen mutaciones heredofamiliares de los genes BRCA u otros que controlan el desarrollo del cáncer de mama, ovario o colon y cuando las personas han recibido radiación en el tórax antes de los 30 años (más de 20% de riesgo); aquellas que tienen historia personal de cáncer de mama previo o tienen parientes en primero o segundo grado de consanguinidad con cáncer de mama especialmente si lo han padecido antes de los 40 años o son hombres (15-20% de riesgo) y se relaciona con tabaquismo, uso abusivo del alcohol, obesidad, sedentarismo, menarquia antes de los 12 años, menopausia después de los 55, primer parto después de los 30 y uso prolongado de terapia estrogénica (riesgo menor al 15%).

El 75% de casos son del tipo esporádico o sea no existen factores de riesgo de tipo hereditario. El cáncer de mama es un problema grave de salud pública en todo el mundo y la clave del control de la enfermedad es un programa poblacional organizado para la detección temprana y el tratamiento adecuado tanto de la enfermedad inicial como avanzada.

En 1960 se inicia el uso de la mamografía analógica (con película similar a la fotográfica) y durante 40 años demostró que es un método de tamizaje sencillo, barato, accesible e ideal para la detección temprana del cáncer cuando el tumor no se palpa ni existe ningún síntoma (tumores menores de 1 cm) disminuyendo la mortalidad hasta en un 40% y disminuyendo el diagnóstico de enfermedad avanzada hasta en un 25%.

Desde el año 2000 se utiliza la mamografía digital que facilita el acceso rápido a las imágenes, al diagnóstico asistido por computadora y un mejor almacenamiento, transmisión y recuperación de las mismas, con una sensibilidad del 75-90%, especificidad del 90-95% y con una mínima irradiación a la mama. Sensibilidad es la capacidad para detectar los casos con cáncer y especificidad la capacidad para detectar los casos sanos.

En general se acepta hacer mamografía de tamizaje anual en toda mujer de 40 a 69 años con riesgo bajo y continuar cada año después de esa edad siempre que la esperanza de vida sea mayor a 5 años; en mujeres con riesgo intermedio o alto, el médico aconsejará el intervalo de tiempo más conveniente para realizar la mamografía. En programas poblacionales debe tamizarse un mínimo del 70% de mujeres en riesgo. En el Salvador, debido a que el 16% de los casos aparecen en mujeres menores de 40 años, talvez sea conveniente iniciar el tamizaje a los 35 años.

En 2022 la Universidad de Guadalajara publicó un estudio sobre los programas de control del cáncer de mama en Latinoamérica y encontró que la gran mayoría de países, incluyendo El Salvador han intentado generar políticas públicas y programas para la prevención y control del cáncer de mama pero ha faltado la evaluación de los resultados para analizar la efectividad e impacto en el control de la enfermedad y en la mortalidad.

En el ISSS durante 2022 se realizaron 36,132 mamografías de tamizaje que son el 10.29% de las 351,149 mujeres derechohabientes entre 40 y 69 años. Si el MINSAL decidiera tamizar el 70% de las 958,136 salvadoreñas entre 40 y 69 años, tendría que realizar 670,695 mamografías anuales a un costo de $17.50 c/u, invirtiendo $11,737,162.50 para detectar alrededor de 884 casos tempranos; deberá tener o contratar suficientes mamógrafos y radiólogos y adecuar el sistema de salud para dar debida atención a estos casos tempranos y a los casos avanzados que se diagnostiquen; desarrollar un centro oncológico con todo lo necesario para ofrecer el tratamiento quirúrgico, quimioterapia, radioterapia, etc.; organizar un programa de alfabetización oncológica que se inicie en la escuela primaria y continúe en los centros de trabajo para concientizar a nuestras mujeres sobre la grave responsabilidad que significa el autocuido en beneficio personal y de su familia que les permitirá ser puntuales cuando sean llamadas para realizar su mamografía; fundar la escuela de recursos humanos en oncología, sin la cual es imposible avanzar hacia una verdadera atención oncológica de calidad; un registro de cáncer para evaluar el impacto y efectividad del programa y organizar la participación ciudadana y comunitaria para derribar las barreras sociales que eternizan la inequidad en el acceso a la atención….

Todo este sueño ha sido plasmado en la Ley para la Prevención, Control y Atención de los Pacientes con Cáncer y su reglamento sancionados por el Presidente Bukele en mayo de 2021 y 2022 y en los Lineamientos técnicos para la prevención y control del cáncer cervicouterino y de mama del MINSAL en julio 2022, pero el pueblo salvadoreño continúa esperando que esto se haga realidad…

Desde 1988 se celebra el 19 de octubre el día internacional del cáncer de mama y probablemente veremos en las noches de octubre iluminarse de rosa el monumento a la constitución, el monumento a El Salvador del Mundo o el palacio nacional….vistamos con orgullo el listón rosa cerca del corazón porque simboliza el compromiso del gobierno, de la sociedad y de cada uno de nosotros para participar activamente en la concienciación sobre el diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado del problema del cáncer de mama en El Salvador.

Cirujano Oncólogo