Ucrania y China: ¿un diálogo histórico?

Ucrania y la República Popular de China han, por fin, establecido un contacto. Por iniciativa de Kiev, una llamada telefónica se realizó entre los presidentes Xi Xinping y Volodimir Zelenski el 26 de abril pasado. El presidente ucraniano declaró haber llevado a cabo una entrevista "larga y significativa" con su homólogo, con quien pudo conversar por primera vez desde el principio del conflicto entre Ucrania y Rusia, el 24 de febrero del año pasado.
Varios puntos en principio surgieron:

-Xi Jinping afirmó que "China ha siempre estado del lado de la paz" y llamando a "la negociación". Agregó que "el diálogo y la negociación" constituyen la "única salida" al conflicto, según la televisión de estado china, CCTV.

-China mandará una delegación a Ucrania con el fin de buscar "un arreglo político" al conflicto. Un representante especial del gobierno chino tendrá la responsabilidad de llevar a cabo intercambios "con todas las partes" hacia un reglamento político de la crisis ucraniana.

-Por su parte, Kiev nombró de inmediato un embajador en China : Pavlo Riabikine, que ha sido ministro de las industrias estratégicas, ocupará este cargo que estaba libre desde febrero de 2021.

Moscú reaccionó afirmando "tomar acta" de la voluntad de China "de esforzarse en poner en marcha un proceso de negociación" entre Rusia e Ucrania, reprochando por lo tanto a Kiev por "rechazar cualquier iniciativa sensata en favor de un reglamento político y diplomático". Por su parte, el presidente francés Emmanuel Macron, que estuvo en China en el transcurso de este abril, reafirmó "favorecer cualquier dialogo (…) susceptible de contribuir en una resolución del conflicto".

La conversación entre los presidentes de Ucrania y de China sucede después de varios eventos internacionales que ubicaron bajo la lupa internacional a China: las visitas que efectuaron durante abril los presidentes de Francia, Emmanuel Macron, y de Brasil, Luis Inacio Lula da Silva, pusieron en relieve temáticas que llevan tanto sobre la relación con Europa y de manera general "el Occidente", como con los BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica). Pero obviamente fueron las declaraciones del embajador de China en Francia, Lu Shaye, las que obligaron a Beijing a subrayar su posición sobre aspectos de principio en materia de derecho internacional.

El embajador de China en Francia, durante una entrevista frente al periodista Darius Rochebin, en un canal nacional francés de televisión, LCI, puso en tela de juicio la soberanía de los países que salieron de la ex-URSS, afirmando que "no tienen el estatus de país soberano en el derecho internacional porque no existe ningún acuerdo internacional para concretizar este mismo estatus".

La cancillería francesa lo recibió pocos días después, llamándole a "hacer un uso de la palabra pública que sea conforme con las posiciones oficiales de su país". Beijing, frente a la polémica que surgió, tomó su distancia con su embajador, considerado y conocido como un "halcón" de la diplomacia china.

La portavoz de la cancillería china, Mao Ning, declaró el lunes pasado que "China respeta el estatus de estado soberano de las Repúblicas" que surgieron después de la disolución de la URSS en 1991. "China respeta la soberanía, la independencia y la integridad territorial de todos los países y sostienen los objetivos y principios de a Carta de las Naciones Unidas", agregó la portavoz. Es decir, las declaraciones del embajador chino en Francia pusieron a su propio país en una posición embarazosa y, en varios aspectos, contradictoria.

París, pocos días después de la visita de Macron, reafirmó en un comunicado oficial que Ucrania había sido reconocida internacionalmente "en sus fronteras, incluyendo Crimea, en 1991, por la totalidad de la comunidad internacional, incluyendo China, a la caída de la URSS, como nuevo Estado miembro de las Naciones Unidas", haciendo recordar que la anexión de Crimea por Rusia en 1994, "es ilegal según el derecho internacional". Ha sido tenso el medio ambiente internacional después de dichas declaraciones, pero habrán creado una necesidad de demostrar una "buena voluntad" de parte de China, revelándose en la conversación entre los presidentes Xi y Zelenski.

Permitió, por cierto, recordar la posición de Beijing "sobre el reglamento político de la crisis ucraniana", haciendo recordar "el plan de paz" en 12 puntos presentado el 24 de febrero pasado. El documento se opone al uso del arma nuclear y llama a respetar la integridad territorial de "todos los países". Por cierto, estos últimos meses, las relaciones bilaterales entre China y Rusia se reforzaron. El presidente chino estuvo en Moscú el 21 de marzo pasado en una cumbre bilateral durante la cual Vladimir Putin afirmó que la iniciativa china sobre Ucrania "podía servir de base a un reglamento pacifico del conflicto".

El hecho de que Kiev y Beijing, desde hace pocos días, hayan iniciado un principio de diálogo, lleva una dimensión histórica, pero también sumamente política. ¿Será el principio de un proceso gradual y progresivo con el objetivo de lograr una salida de crisis ? La respuesta de Moscú pone en duda esta perspectiva. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, declaró que "Rusia estaba dispuesta a saludar todo lo que permite acercarse del fin del conflicto". Por lo tanto, esta realidad no debe obstaculizar la capacidad de Moscú de alcanzar sus propios objetivos y "llegar a la realización por Rusia, de los objetivos que se ha definido". Mientras, Ucrania anuncia finalizar la preparación de una contraofensiva mientras los combates siguen en el este del país. Las próximas semanas se perfilan como sumamente importantes.
Politólogo francés y especialistas en temas internacionales.