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La salud mental del gremio médico y la pandemia

Este artículo está dedicado a mi gremio, pero el dolor no pertenece a determinado sector. En esa lucha vi caer grandes amigas enfermeras cuyos hogares nunca volvieron a ser lo mismo. ¿Y quién dice algo? Nadie. Preferimos callar y seguir la vida cuando hay casas, ya no son hogares que perdieron todo.

Por Ricardo Lara
Médico

Pocas veces se ha rebasado el umbral de tolerancia, de coraje, de amor al prójimo cuando se nos toca hablar de la pandemia, que cual enemigo sigiloso entró a nuestro gremio, llevándose a nuestra mejor gente.


¿Por qué nuestra mejor gente? Cuando hablamos de mejor no se trata de quien haya sido el profesional más exitoso, sino que fueron, son y serán aquellos que dieron el todo por el todo a pesar de las limitantes, de tratar con un enemigo desconocido por completo y sobre todo con un enemigo en casa como fue la indiferencia de las autoridades que, tristemente vieron en el dolor la publicidad; en el médico extenuado, las horas extras a no pagar; en el colega fallecido el engorroso trámite de ver cómo se evitaba no cancelar el seguro de vida.


No ha sido fácil. Todo lo vivido ha dejado una dolorosa huella neuronal de dolor, de recuerdos, de sentir que “Fuimos héroes” cuando todo el set de la película debía importar, debía venderse a un país que olvida todo.

Ahora, vale la pena traer un lastimero comentario de un diputado que llama al gremio médico“mafias médicas”. Gracias a Dios y a Esculapio, nuestra dignidad y honor no la mancilla un político, ni #COVID_19 hincó a un gremio médico que demostró, aparte de capacidad, tener el arrojo, el valor y la vocación por sus pacientes para decir al pueblo salvadoreño “Ni por cerca somos los mismos de siempre, somos llanamente “EL GREMIO MÉDICO”.


No hay farra, no hay alegría; el golpe que recibimos fue contundente pero ¿qué decir de todos los colegas que sufrieron la pérdida de familiares, de amigos dentro del personal de salud ver morir a tantos salvadoreños ? No hay palabras que describan ese inmenso vacío, pero por un momento pienso en ¿cómo estará la salud mental de aquella mujer u hombre que perdió a su esposo o a su esposa en el cumplimiento del deber?


No se vive de diplomas baratos o adornos de mesa; se necesita —y debo ser enfático— se debe cancelar el seguro de vida a todo el personal de salud que perdió a un ser querido en una batalla tan desigual.


Este artículo está dedicado a mi gremio, pero el dolor no pertenece a determinado sector. En esa lucha vi caer grandes amigas enfermeras cuyos hogares nunca volvieron a ser lo mismo. ¿Y quién dice algo? Nadie. Preferimos callar y seguir la vida cuando hay casas, ya no son hogares que perdieron todo.


Debemos entender que en un país tan pobre como el nuestro, cuando se pierde al proveedor, todo se viene abajo y cuando un colega, un compañero perdió la batalla, su esposa no tuvo más remedio que resguardar el huracán en la casa de sus padres, los hijos debieron ser retirados del colegio al que asistían y continuar sus estudios en una escuela pública y todo ese dolor que conlleva perder a un ser amado. Poco tiempo quedó siquiera de pensar en eso. El miedo arrodilló a un país entero que no supo al fin quién era el verdadero enemigo.


Mi vida cambió totalmente, el número de colegas que adolecen de cuadros depresivos, de ansiedad y que perdieron la fe por la vida, por seguir en la lucha diaria son innumerables; tristemente aun el Colegio Médico olvidó a todos los caídos cuando debería una foto de cada uno de ellos estar en un museo con un nombre quizá diferente, algo así como “El Gremio Médico es otro Nivel”.


Pero no pasó así. Todo se fue diluyendo y quizá un común denominador sea el dolor de los seres queridos y compañeros como es el mismo dolor que le arranca el corazón a la madre de una joven desaparecida; ella no pertenece al gremio médico y quizá me salí del tema, pero vuelvo a entrar con el entendimiento de que tan solo una vida que se le arranque a la Patria debe dolernos a todos.


¿Cómo manejará el futuro la viuda de un colega que debe decirle a su hija que su padre fue un “héroe del que nadie se acuerda”?


Héroes para unos, según las intenciones, lacras para otros, según las intenciones. Nada de lo anteriormente escrito o calificativo recibido nos rinde o nos desvirtúa.


Todo el gremio médico seguirá siendo, guste o no guste, la élite de las profesiones. Los cuatro artículos de este mes serán en torno al Día del Médico Salvadoreño, este 14 de julio.

Médico.

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