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OPINIÓN: La conspiración del fraude (III)

Los escrutinios se han llevado a cabo en un ambiente de violencia, amenazas e intimidación por parte de personeros del partido Nuevas Ideas e, incluso, sin “saber quién lo ordenó”, los recintos para conteo de votos en la elección para diputados fueron rodeados, al interior de los mismos, por agentes de la Policía Nacional Civil (PNC), quienes intimidaban a los representantes de partidos políticos de oposición.

Por Enrique Anaya
Abogado constitucionalista

PUESIESQUE…hoy vamos con el tercer capítulo de la serie LA CONSPIRACIÓN DEL FRAUDE, en la cual resumiremos algunos de los “pecados mortales” de la PANTOMIMA DE ESCRUTINIO que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) montó para intentar ocultar el FRAUDE ELECTORAL PLANIFICADO Y ESTRUCTURAL, pero que realidad solo logró dejarlo más evidente, al constatar las múltiples irregularidades, vicios y deficiencias, generalizadas y graves, lo que comprueba que en realidad el falso escrutinio es un COMPLOT DEL BUKELATO.

Conozcamos hoy algunas de las aberraciones sucedidas DESPUÉS de la jornada electoral del 4 de febrero de 2024, en la que destaca la vergonzosa invisibilidad y escandaloso silencio del TSE, al grado que un magistrado titular implícitamente admite que el escrutinio no está bajo control del TSE, sino que lo manejan “otras autoridades”.

Vamos, pues, por orden:

Falta de decisiones legales, oportunas y eficientes del TSE ante crisis del sistema de transmisión, pues ante la imposibilidad de transmisión de las actas correspondientes a la elección de diputados, no fue sino hasta la 2 de la madrugada del 5 de febrero de 2024, que instruyeron, ¡sin ninguna base legal!, a que se levantaran actas a mano y que le tomaran ¡foto! a dichas actas.

Abandono de paquetes electorales en centros de votación, como lo denunció la Junta de Vigilancia Electoral (JVE) en nota del 6 de febrero de 2024, exponiendo que integrantes de la Junta Receptora de Votos (JRV) se retiraron a las 12 de la noche del 4 de febrero de 2024, “abandonando los paquetes electorales”.

Papeletas electorales en centros de votación, como se divulgó en medios de comunicación, al grado que estudiantes de escuelas que sirvieron como centros de votación se encontraron con paquetes electorales.

Rompimiento de cadena de custodia de paquetes electorales, lo que sucedió porque las cajas contentivas de los paquetes electorales ¡no tienen ningún sistema de resguardo medianamente razonable!, como cintas o marchamos de seguridad, sino que son simples cajas de cartón frágil, cerradas con cinta adhesiva de kínder, lo que provocó que existieran cajas medio abiertas, con la cinta rota, sin ninguna garantía de la integridad de los paquetes: es impresionante que el TSE no se ha enterado, en la segunda década del siglo XXI, que existen, por ejemplo, cajas de plástico de tapas con orificios para precintos de seguridad (por ejemplo, que deberían llevar el logo del TSE) o hasta candados.

Traslado oculto de paquetes electorales, como lo expusieron varios medios de comunicación, pues se efectuó, en varios casos, en horas de la noche o de la madrugada, sin informar a los partidos políticos, a pesar de que el artículo 213 del Código Electoral (CE) dispone que el traslado debe hacerse por cada Junta Electoral Departamental (JED), “acompañada de los vigilantes de los partidos políticos”, lo que implica, indefectiblemente, que se le debe avisar con anticipación.

Ausencia de actas en poder del TSE, que es una de las más graves muestras del fraude, pues resulta que el TSE no tiene su copia de las actas, ni tampoco están en el paquete electoral, sino que las mismas estaban en poder del partido político Nuevas Ideas, con lo que, con relación a la elección presidencial, la mayoría de los datos se tomaron de las actas en poder del partido oficialista, al extremo de asumir como válidas fotos de actas levantadas en papel simple: es razonable imposible que el TSE no contara con las actas originales, salvo que, como en este caso, se trató de un plan deliberado, pues el inciso 5º del artículo 209 CE ordena que el acta debe “ser entregada inmediatamente, sin objeción alguna”, por el presidente de la JRV a la persona designada por el TSE en cada centro de votación.

Aceptación de actas sin sello o sin firmas, contradiciendo lo dispuesto en el inciso 4º del artículo 209 CE, que dispone que las actas deben contar con sello y firmas originales.

Actas con inconsistencia entre el número de electores según libro de firmas y número de papeletas utilizadas, esto es, que “hay más votos que electores”, lo que refleja que se marcaron papeletas fueron de la jornada electoral; situación irregular que se confirmó durante el escrutinio de la elección para diputados, pues se detectaron casos en los que aparecían más papeletas utilizadas que firmas en el libro.

Prohibición de calificación de votos por parte del TSE, pues a pesar que el lunes 5 de febrero de 2024, el TSE informó, en cadena nacional, que con relación a la elección para diputados se haría un escrutinio “junta por junta, voto por voto”, poco días después “cambió” de opinión, sin anunciarlo explícitamente, sino que el mamarracho de “Instructivo para el escrutinio final papeleta por papeleta” ordenaron la prohibición de recalificación de votos, incluso, prohibir discutir sobre ello: eso significa que debía aceptarse la calificación de los votos -válidos, impugnados, nulos, papeletas inutilizadas- hecha por la JRV, ¡a pesar que existieran groseros errores!

Cambio arbitrario de reglas para la calificación y conteo de votos, al extremo que durante el escrutinio para la elección de diputados, a través de megáfono se divulgaban órdenes contradictorias e incompatibles con el Código Electoral y el mismo Instructivo emitido por el TSE, lo que generó que cada mesa de conteo hiciera lo que le roncara la gana al empleado del TSE o al digitador.

No hay espacio para seguir contándoles, pero hay muchas más: solo expongo, para terminar, que los escrutinios se han llevado a cabo en un ambiente de violencia, amenazas e intimidación por parte de personeros del partido Nuevas Ideas e, incluso, sin “saber quién lo ordenó”, los recintos para conteo de votos en la elección para diputados fueron rodeados, al interior de los mismos, por agentes de la Policía Nacional Civil (PNC), quienes intimidaban a los representantes de partidos políticos de oposición.

Abogado constitucionalista.

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