Los signos que acompañan el triunfo de Gustavo Petro en las elecciones presidenciales no auguran nada bueno para los colombianos.
Petro, salido del grupo guerrillero M-19 responsable de homicidios y asaltos en los años 80, muy cercano a Maduro y al régimen implantado por Hugo Chávez en Venezuela, se decanta por un sistema muy similar.
De hecho, el primero en regocijarse y felicitarlo ha sido Maduro, que anticipó que “nuevos tiempos se avizoran”, porque “se escuchó la voluntad del pueblo colombiano”, seguramente refiriéndose a los votantes suicidas que no miden las consecuencias de sus decisiones.
Por nuestra parte, haremos una atinada recomendación a los colombianos:
Desde ya comiencen a prepararse para las lipidias, a comer las tripas de los pollos como en Cuba y Corea del Norte, a resignarse que sus niños prematuramente nacidos mueran por falta de incubadoras, a acaparar medicinas ya que eso es una de las faltantes “de rigor” bajo el socialismo, a aperarse de bolsas negras de plástico para cuando la muerte los libere del calvario, bolsas negras o ataúdes de cartón pues de madera no las hay bajo las izquierdas radicales.
Por si no lo saben, se dice que pobres venezolanos recorren las calles en busca de apetitosos basureros y se distribuyen los basureros, sobre todo los más grandes, como abundan en Mejicanos y San Salvador.
En Mejicanos, el alcalde bukeliano no logra recoger toda la basura, por lo que gran parte queda regada en las calles donde la prioridad es de perros y gatos…
Una cosa se puede decir del “mero-mero” socialismo, por ejemplo el chileno, de la variante de Boric y, mucho peor aún, la de Salvador Allende: genera hambre y carestías de toda naturaleza pues eso es una forma muy efectiva de control: poner a la gente en línea, largas colas, para que les den sus míseras raciones, o cortar la comida a los revoltosos los pone muy quietos.
Cuando alguien en Cuba va por la calle, como de seguro es en Venezuela, y ve una aglomeración, se ponen allí, “pues algo están dando, y si no puedo yo usarlo, me sirve para canjearlo”, digamos una blusa de mujer con la que hace cambalache con una señora que tiene un pantalón de hombre que no usa.
El hambre es lo que generó Mao, el fundador del Estado de China, con su política de “el Gran Salto Adelante” y la “Revolución Cultural”, que llevaron a la tumba a cerca de sesenta millones de chinos. Y fueron las hambrunas generadas por Stalin lo que le valió el odio de los ucranianos a los rusos, pues muchos millones murieron a causa de ello, amén de las poblaciones que eran forzadas a dejar sus lugares de origen para establecerse en inhóspitos sitios.
Hambruna es lo que va a generar el criminal de guerra y envenenador Putin al bloquear los envíos de granos de Ucrania al Oriente Medio y África, como lo viene advirtiendo tanto el presidente de Senegal y presidente de la Unión Africana, Macky Sall, como lo condenan las Naciones Unidas.
Fue Santos quien vendió Colombia a la guerrilla
Nuestro país ha sufrido mucho en lo que respecta a su producción agrícola, principalmente por el esquema de “reforma agraria” impuesto a la Junta duartista en 1980 como por las compras de granos del actual régimen a mercaderes de Sinaloa, un lugar por cierto donde se asienta el “cartel de Sinaloa”, que en unión al cartel de Jalisco son los dos grupos más poderosos del narcotráfico en el Hemisferio Norte.
Colombia ha sido el principal aliado de Estados Unidos en la región. Lo que ahora viene es asunto de conjeturas, una faena fabricada por el expresidente Santos, a quien los despistados del Parlamento noruego le concedieron el Premio Nobel de la Paz, como en su momento a Arafat y a Jimmy Carter, el individuo que entregó Irán a enloquecidos…