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Carta al State Department en Washington: El arte de fingir ignorancia

En el caso de El Salvador, todo indica que en Washington llegaron a la conclusión de que la batalla está perdida. Ya ni siquiera mencionan el pequeño pero incómodo asuntito de la reelección presidencial inconstitucional. Pero a diferencia de Nicaragua, concluyeron que con el gobierno de El Salvador, por muy corrupto y antidemocrático que sea, vale la pena llegar a un modos vivendi -por el bien de la estabilidad de la región. Estabilidad para Estados Unidos significa que se controle la migración y el narcotráfico. Punto.

Por Paolo Luers
Periodista

Qué gran faena de capacidad investigativa y audacia política: El State Department de los Estados Unidos, en años de arduo trabajo de inteligencia, descubrió que la banda de Mauricio Funes, que gobernó El Salvador entre 2009 y 2014, fue corrupta. Ante el eminente peligro de que estos personeros constituyen para la democracia y las arcas del Estado salvadoreño, y audazmente desafiando su poder, pusieron a Funes y sus cómplices en la versión 2023 de su Lista Engel. Agregaron un extra delicado en la lista: Descubrieron que el ex presidente Sánchez Cerén, del cual ya no se tenía noticias durante años, sigue vivo. Con este extra queda concluida la lista de los funcionarios corruptos y antidemocráticos en El Salvador que presenta Washington. Ya no había tiempo -¿o interés?- para investigar a quienes hoy en día están corrompiendo la política y socavando el Estado de Derecho en El Salvador. Por ejemplo, el presidente de la Asamblea Legislativa, los hermanos del presidente, los ministros de Seguridad, Gobernación y Defensa, el Director de la PNC, el carcelero de Bukele...?

Si hasta en el 2023 lograron descubrir que Mauricio Funes, quien hace 10 años fue recibido con honores en la Casa Blanca, fue un corrupto, no podemos esperar que los pobres investigadores del State Department puedan resolver la cantidad astronómica de los casos actuales de violaciones de los Derechos Humanos, de detenciones arbitrarias, de tortura y de enriquecimiento ilícito. Tal vez sus nombres aparezcan en la versión 2033 de la lista Engel...   

Siempre nos quisimos convencer de que la lista Engel, o sea la exhibición pública de los corruptos y antidemocráticos, es un instrumento valioso de la política de Estados Unidos hacía Centroamérica. Sólo que ahora nos queda por adivinar cuál es su política y cuáles intereses persigue. Esto, luego de estudiar la nueva lista Engel, resulta aún más complicado de lo usual.

En Nicaragua es menos complicado. Hacia esta dictadura no hay política estadounidense, igual podrían decir en su lista Engel: Incluye a todos los funcionarios de Daniel Ortega, por corrupción y por antidemocrático. Punto.

El caso de Guatemala es interesante. La nueva lista Engel golpea una mafia judicial que en estos precisos momentos atenta contra la libertad de prensa y las elecciones libres en Guatemala. Mi colega Ricardo Avelar, luego de constatar esto, agrega: “Pero en El Salvador los jueces (agrego: los fiscales, los mandos policiales, etc.) que han encarcelado a miles sin prueba, duermen tranquilos”. ¿El gobierno de El Salvador va a interpretar este fenómeno como certificación, por parte del gobierno de Estados Unidos, de su régimen de excepción permanente? Por supuesto.

Entonces, se podría tratar de contestar la pregunta del millón: ¿Cuál es la política estadounidense hacia Centroamérica? Parece que han llegado a la conclusión que en Guatemala todavía vale la pena castigar a los malos y a incentivar a los buenos, porque aun no está perdida la batalla por la democracia y contra la corrupción. Bien para los amigos guatemaltecos.

Mientras tanto, a Nicaragua lo consideran caso perdido –y también no tan relevante para los intereses de Estados Unidos. Se puede hacer como si no existiera. Mal para los amigos nicaragüenses que siguen peleando por recuperar la libertad.

En el caso de El Salvador, todo indica que en Washington llegaron a la conclusión de que la batalla está perdida. Ya ni siquiera mencionan el pequeño pero incómodo asuntito de la reelección presidencial inconstitucional. Pero a diferencia de Nicaragua, concluyeron que con el gobierno de El Salvador, por muy corrupto y antidemocrático que sea, vale la pena llegar a un modos vivendi -por el bien de la estabilidad de la región. Estabilidad para Estados Unidos significa que se controle la migración y el narcotráfico. Punto. Una vez dada por perdida la noble batalla por la democracia en El Salvador, no vale la pena que este tema siga obstruyendo posibles acuerdos sobre migración y narcotráfico.

La consigna es: “Cut your losses and deal with the really important issues – Asume tus pérdidas y enfrenta los asuntos realmente importantes”. Sólo que las pérdidas no son de ustedes, sino nuestras – y que para nosotros los “asuntos importantes” son los derechos humanos y el Estado de Derecho.

Así que felicidades al State Department, manejan bien el arte de fingir ignorancia.

Saludos,

Paolo Lüers

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Corrupción Política Lista Engel Opinión

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