Entre más adultos mayores tenga un país y menos jóvenes trabajando, mayores son los desafíos que enfrentará para pagar las pensiones.
Un artículo divulgado por Bloomberg destaca que, en promedio, el 60% de los adultos mayores de 65 años en la región no recibe una pensión contributiva y que entre los desafíos para cumplir con ese derecho están la sostenibilidad financiera y el cambio demográfico.
El medio consultó a Juan Carlos Arbeláez Mesa, socio de Impuestos y servicios legales de la firma Crowe Co. S.A.S., quien explicó que actualmente los sistemas de pensiones están bajo presión debido a diversos factores.
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“Uno de los principales desafíos es el envejecimiento de la población, lo que significa que hay un número cada vez mayor de personas que necesitan recibir beneficios de pensión, mientras que la fuerza laboral activa, que financia esos beneficios, se está reduciendo. Esto crea un desequilibrio entre el número de cotizantes y el número de beneficiarios”, argumentó el experto.
Arbeláez agregó que otro de los desafíos es la sostenibilidad financiera, debido a que en países de la región hay problemas como bajos niveles de cobertura, altas tasas de informalidad laboral y deficiencias en la recaudación de cotizaciones. “Estos factores contribuyen a una financiación insuficiente de los sistemas y, en última instancia, afectan el bienestar económico de las personas de edad avanzada”, acotó.
Alberto Arenas, asesor regional de la Cepal, también citado por Bloomberg, apuntó que hay países que tienen más carga fiscal que otros para financiar las pensiones.
Y, por ejemplo, planteó que los que tienen un grado de compromiso alto de sostenibilidad financiera en América Latina son Argentina y Costa Rica, mientras que en un grado moderado están Uruguay, Colombia, México y El Salvador. Entre tanto, Chile y Perú tienen un grado bajo de sostenibilidad financiera.
De acuerdo a un estudio realizado por la Cepal, publicado en marzo de este año y titulado “Fortalecimiento de los sistemas de pensiones con la seguridad social y la sostenibilidad en el centro”, de Juan Manuel Badilla Espinoza, concluye que “los factores demográficos asociados al envejecimiento de la población, los cambios en las relaciones laborales y la realidad del mercado del trabajo formal y las labores no remuneradas son la base para determinar el funcionamiento del componente contributivo y su capacidad para alcanzar niveles adecuados de suficiencia, cobertura y sostenibilidad financiera”.
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En el caso de El Salvador, la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples 2022 apuntó que un segmento de la población que, por el cambio demográfico, va tomando importancia son los adultos mayores de 60 años y más para 2022 ya que representan el 14.2% del total de la población.
“El crecimiento del segmento de población de 60 años y más es un factor de alerta para la planificación de la política pública, en tanto que, en el largo plazo, el envejecimiento de la población demanda más servicios, principalmente, seguridad social, atención sanitaria y políticas o programas de cuido”.
La diferencia de los grupos de edad indica que en el área urbana las personas mayores de 60 años representan el 15.4%, mientras que en el área rural representan el 12.3%.
Dentro de la pirámide poblacional, las mujeres que tienen entre 55 y 59 años eran 172,688, mientras que los hombres eran 126,330.
En tanto, la cifra de mujeres entre 60 y 64 años asciende a 139,811; en los hombres es de 108,727. En el caso de las mujeres con edades entre los 65 y 69 años sumaron 113,602 y los hombres 83,378.
La encuesta refleja que la población adulta mayor con edades entre 70 y 85 años o más suma 187,266 hombres y 265,399 mujeres.
De acuerdo a los datos, la Población en Edad de Trabajar (PET) que tienen 60 años y más representan el 18.8% de la población. Mientras que de la Población Económicamente Activa (PEA), las personas mayores de 60 años representan el 10.6%.
El 68.3% de la población sufre la falta de acceso a seguridad social. Según la encuesta, el 35.6% de las mujeres tiene cobertura de seguridad social y el 64.4% no la tiene; en el caso de los hombres el 35% tiene cobertura y el 54% no la tiene.
“De cada 100 personas ocupadas, 35 están afiliados o cubiertos por algún sistema de seguridad social público o privado”, dice en la encuesta.