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Leonor Arteaga: “Hemos visto la misma receta de reelección ilegítima en Honduras, Nicaragua, Venezuela”

Leonor Arteaga, abogada salvadoreña y parte de la Fundación para el Debido Proceso, considera que no es una idea original del presidente de la República buscar la reelección a pesar de que la Constitución se lo prohíba.

Por Ricardo Avelar | Sep 19, 2022- 21:57

Leonor Arteaga es abogada salvadoreña y directora de la unidad contra la Impunidad y Graves Violaciones a Derechos Humanos de la Fundación para el Debido Proceso. Foto EDH / Efe

Leonor Arteaga, abogada salvadoreña y directora de la unidad de Impunidad y Graves Violaciones a Derechos Humanos de la Fundación para el Debido Proceso (DPLF por sus siglas en inglés), considera que no es una idea original del presidente de la República buscar la reelección a pesar de que la Constitución se lo prohíba.

Esto, ante el anuncio hecho por Nayib Bukele el pasado 15 de septiembre, cuando dijo que buscará la reelección en febrero de 2024 a pesar de que la Constitución se lo prohíbe abierta y explícitamente.

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Arteaga sostiene que este guión ya se ha visto anteriormente. Asimismo, ve características similares en la retórica y el comportamiento caudillista de Nayib Bukele y la instrumentalización y captura del sistema de justicia. De esto conversó Arteaga con El Diario de Hoy:

¿Cómo interpretas el anuncio de que Nayib Bukele buscará la reelección?

Era un anuncio esperado. Ya el camino se le había venido facilitando por la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema a través de esta decisión que dio hace algunos meses que, sin ningún fundamento legal o más bien en contra de la Constitución, señalaba que la reelección presidencial continua es posible. En realidad esto es abiertamente contrario a lo que dicen los artículos 88 y el 152.1 de nuestra Constitución que establecen que no es posible una reelección sucesiva.

Si la Constitución lo prohíbe tan abiertamente y aún así el presidente lo busca, ¿en qué se convierte?

Se convierte en una reelección ilegítima, inconstitucional y que además va en contra de estándares internacionales. No solo hay una prohibición de la Constitución de El Salvador sino que también la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha sido muy clara en cuanto a que la reelección sucesiva no debería ser posible porque coloca en desventaja al resto de personas que estén en esa misma contienda, es decir a otros candidatos porque es una forma que puede llevar a perpetuarse en el poder.

Pero el presidente lo ha anunciado, pese a estos candados…

Aquí lo importante es que también insistir en que esta no es una idea novedosa de Bukele. Esto se suma a otras estrategias ya muy conocidas por otros dictadores o por otros presidentes que han estado en contra del Estado de Derecho. Hemos visto esta misma receta de reelección ilegítima en Nicaragua, en Honduras, en Venezuela y en su momento en Bolivia, en Ecuador. El presidente Bukele está siguiendo una deriva autoritaria, tomando los malos ejemplos de la región y ya sabemos cómo esa historia termina: muchos de estos presidentes en algún momento han enfrentado la justicia nacional e internacional.

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Si la fórmula seguida en Venezuela en Nicaragua en Honduras es igual o parecida a la que está siguiéndose en El Salvador, ¿se puede comparar los presidentes que en ese momento lo hicieron con el presidente Bukele?

Creo que hay un par de características que cruzan a todos estos presidentes que intentan apoderarse del estado: el primero es que son populistas y habitualmente tienen esta narrativa de ser una especie de Mesías que están a favor del pueblo. Cualquiera que esté entre ellos y el pueblo no es un actor legítimo y esto incluye a la sociedad civil, la prensa, los actores internacionales y otros gobiernos. Esta narrativa de que son el único camino es muy peligrosa porque se esconde la idea del culto a la persona y no la ruta del Estado de derecho y del cumplimiento de las leyes que están para protegernos a todos y todas.

¿Va más allá de la retórica?

Otra característica es que suelen apoyarse mucho en la represión, la idea de la fuerza y el poder absoluto. Esto generalmente implica una alianza muy fuerte con las fuerzas armadas y eso lo hemos visto también en el caso de El Salvador.

Una tercera característica de todos estos presidentes, que también está es muy clara en el caso de Bukele, es un desmantelamiento del sistema de justicia. Por un lado para blindarse y por otro lado, porque de esa manera controlan a la misma población. Es la idea de que la justicia solo va a funcionar para aquellos que disienten del poder.

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La comunidad internacional reaccionó fuertemente, aisló y sancionó a todos esos presidentes que siguieron este mismo camino. ¿Debería actuar diferente ante Nayib Bukele?

Yo creo que esa es la ruta, aunque no estamos hablando de sanciones económicas porque estas, con base en las experiencias de Nicaragua y en su caso de Cuba, mostraron que afectan más a la población que al gobernante o al gobierno.

Pero sí creo que es importante que la comunidad internacional mantenga un escrutinio cercano de lo que está pasando en El Salvador y además de hacer llamados y recomendaciones, también deberían seguir en la línea de sanciones individuales como las que hemos visto de parte de Estados Unidos a través de la lista Engel es de la lista Magnitsky. Creo que veremos más de eso.

Además también debe condicionarse cualquier tipo de préstamo desde organismo financieros internacionales basados en que el gobierno de El Salvador no está respetando los derechos humanos.

¿Puede un presidente reclamar soberanía en algo que es abiertamente una violación en la Constitución?

La idea de soberanía como una forma de controlar a los otros poderes del Estado y de no permitir el la rendición de cuentas tampoco se le ha ocurrido a Bukele. Esto también lo vimos en el caso del presidente Maduro, antes con Chávez y lo hemos visto en muchos otros presidentes, no solo de izquierda. También lo ha usado el presidente Giammattei, en Guatemala. Esta es una idea muy gastada. La soberanía significa que El Salvador debe ser lo suficientemente fuerte como para poder garantizar a todos sus ciudadanos y ciudadanas los servicios necesarios y sus derechos. Esto no lo estamos viendo.

Bukele advirtió en 2013 la importancia de prohibir la reelección

Por el contrario, esto es un discurso contradictorio porque el presidente Bukele y su gobierno le han abierto las puertas a toda la comunidad de Bitcoin y otros actores. Ahí parece que el tema de la soberanía no representa un problema.

¿No es la soberanía el respeto a la Constitución?

El deber que tiene el presidente Bukele de respetar la Constitución no es una afrenta a la soberanía nacional sino lo contrario. Para cumplir con su papel de presidente debería ser el primero en apegarse de manera estricta a la Constitución.

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