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Crisis por agua en Santa Teresa de San Martín tras colapso de pozo

Los habitantes ven con preocupación que el agua ya no sea suficiente para los próximos años. La asociación de la comunidad prevé crisis de no construirse otro pozo para las 1,900 viviendas.

Por Yessica Hompanera | Ago 14, 2023- 07:00

Los habitantes del proyecto Santa Teresa, en San Martín, se organizaron para conseguir agua y sobrevivir la crisis provocada por la falla en la bomba del pozo. Foto EDH/ Yessica Hompanera

Un pozo que se seca y 1,900 familias que sufren por la falta de agua en el proyecto Santa Teresa en el municipio de San Martín.

Durante un mes estas familias pasaron sin agua, luego de que la bomba del único pozo que los abastecía fallara a causa de una descarga eléctrica que dañó su funcionamiento y ante la poca agua que tiene.

Los vecinos explican que el problema siempre fue no tener agua en sus casas debido a la irregularidad del servicio, pero admiten que es mejor tenerla una hora y media cada dos días que no tenerla por varias semanas.

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Esta vez el paro del suministro los obligó a trasladar desde la pipa de agua cántaro tras cántaro hasta sus hogares para abastecerse. Entre ellos se organizaron para contratar ese servicio y pagar hasta $1.25 por barril desde el 11 de julio, fecha en la que dejó de funcionar la bomba del pozo.

David Hernández trata de alcanzar el agua de su barril por el que paga $1.25. Suele comenzar a jalar agua a las 5:00 de la mañana cuando llega la pipa. Foto EDH/ Yessica Hompanera

Allí todos acarrean agua y los más suertudos son aquellos que viven cerca de la calle principal. Hay otros que deben subir por gradas empinadas y cruzar todo el pasaje de hasta 40 casas, como les sucede a los habitantes de los pasajes 25 y 26 en el sector “B” de la urbanización.

Además del esfuerzo físico, las personas deben gastar hasta $30 en cuatro barriles que duran hasta dos semanas, más la compra de agua envasada para beber.

La Asociación explicó que los recientes estudios al pozo demostraron que el fondo está colapsado y que es necesario uno nuevo. Foto EDH/ Yessica Hompanera

No menos de 80 familias tienen que esperar diariamente a que la pipa se estacione, instale una manguera que sube 74 escalones hasta la cúspide donde aguardan con barriles de 210 litros.

“Es bueno para quienes viven abajo y la pipa solo baja la manguera, pero nosotros tenemos que esperar a que suban. Esas gradas son cansadas cuando se cargan cántaros llenos hacia arriba”, contó un vecino del sector.

Ana y Glenda dicen que la escases del agua afecta a los negocios de la zona, como las tortillerías, debido a que la necesitan en la fabricación del alimento. Foto EDH/ Yessica Hompanera

Un pozo se seca

La entidad encargada de la administración del agua en esa localidad es la Asociación Comunal de Agua Potable y Alcantarillado de Santa Teresa (Acapasat), a la cual le deben pagar $6 mensuales por el servicio agua potable.

El pozo está ubicado en el municipio vecino de San Bartolomé Perulapía desde 2008 y su vida útil llegó hasta 2020.

Hugo Rivera, presidente de la Asociación, señaló a El Diario de Hoy que la situación no es tan fácil, ya que están a punto de entrar en crisis porque el pozo se está secando.“Ellos ignoran (los habitantes) que el pozo está colapsado, tiene aún agua para seguir explotando, pero con muchas dificultades. Ya cumplió su vida útil (…). Vamos para el caos con un futuro próximo, ya que ese pozo no va a funcionar”, afirmó.

Los pasajes del sector “B” del proyecto Santa Teresa sufren debido a que deben de cargar los cántaros cuando no alcanza la manguera. Foto EDH/ Yessica Hompanera

Según la página de Facebook de la Asociación, el pasado 12 de agosto se restituyó el servicio de agua después de un mes de trabajos en la planta del pozo. Rivera explicó que durante los trabajos se reportaron varios daños y reparaciones, como la sustitución de la primera bomba dañada por el alto voltaje, debido a la descarga eléctrica.

Explicó que compraron dos motores más y estos funcionaron un par de horas, pero no fueron suficientes y necesitaron adquirir un tercer motor. A eso se sumaron otros gastos, como reparaciones en el rango de polarización, mantenimiento a los transformadores, instalación de polo a tierra, entre otros, que ascienden hasta $40,000 y que dejaron a la Acapasat sin fondos propios.

A pesar de que el abastecimiento de agua potable es un problema en el que la alcaldía debería intervenir, los habitantes señalan que la comuna no les ha ayudado en su crisis de agua. “No recibimos ayuda de ninguna institución. Hemos buscado ayuda, pero no se logra que nos ayuden”, comentó un vecino.

Las pipas comienzan a circular desde las 5:00 am hasta las 10:00 pm. Foto EDH/ Yessica Hompanera

La alternativa que la Asociación dio a los habitantes es la construcción de otro pozo, pero requiere el pago de $80 por familia.

Sin embargo, el proyecto no ha avanzado por la poca confianza que tienen las familias ante la falta de transparencia de las directivas que han conformado esa asociación. “Hay gente que puede pagarla, pero hay quienes no tienen la capacidad ni de pagar un barril. Esto es triste; si cayera (agua) en nuestras casas uno va a pagar el recibo. Sin el agua no sabría qué haríamos”, dijo Julio Guzmán, habitante de Santa Teresa.

Agua lluvia: pequeña salvación

Debido a la falta de agua potable, los habitantes afirman que cuando observan que se aproxima una tormenta sacan sus recipientes para acaparar agua lluvia y así ocuparla en la limpieza del sanitario, ya que gastan menos agua de la que han comprado para otros usos.

El trabajo de acarrear agua inicia a las 5:00 de la mañana, cuando pasa la primera pipa, hasta las 10:00 de la noche. Foto EDH/ Yessica Hompanera

“Nos abastecemos del agua cuando llueve. Ahí vemos cómo nos abastecemos con barriles, cacerolas y hasta vasos si es posible para poder llenar y tener porque esa agua nos sirve”, continuó Guzmán.

Sin embargo, el invierno no ha sido muy acuoso como en años anteriores, debido al impacto del fenómeno climático.

“Vivimos así a lo que Dios nos ayude y cuando nos manda la lluvia nos toca agarrar. Pero recordemos que esta no es buena para el consumo, entonces necesitamos el agua potable para cocinar y beber. Es otro gasto”, explicó el residente.

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