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“¡Mi madre y yo tuvimos cáncer de mama, ahora estamos superviviendo!”

Emma y Samantha son dos mujeres que se convirtieron en heroínas de su propia vida, lucharon con fuerza y determinación para vencer el cáncer de mama, ahora ambas gritan al unísono: “estamos vivas, no nos morimos”.

Por Kenya Henríquez | Oct 18, 2023- 19:21

Video: EDH


En la vida, siempre hay una fecha o un momento que la mente registra para siempre, puede ser una experiencia que hizo derramar lágrimas de felicidad o quizá un momento que provocó el llanto a consecuencia de algo doloroso, para Samantha Paredes esa fecha fue el jueves 06 de octubre de 2022, cuando recibió el temible diagnóstico de cáncer de seno.

Su viaje en torno a esa enfermedad no comienza ahí, sino en 2018, al escuchar por primera vez que el cáncer de mama tocó la puerta de su familia con un inesperado diagnóstico para su madre.

La mamá de Samantha, Emma de Paredes, se acercaba a los 60 años cuando descubrió en su seno esa enfermedad que le cambiaría la vida. La forma como descubrió su padecimiento comenzó con una charla entre amigas, al comentarles que cada vez que sonreía sentía ganas de orinar, entre bromas y consejos le sugirieron consultar con el médico.

Sin dudarlo, Emma visitó a su doctora pensando que tenía problemas en la vejiga, durante el chequeo todo parecía estar bien, hasta que ella le comentó que “sentía un calorcito” en su mama, en ese instante le ordenó realizarse una mamografía.

“Yo asociaba mis síntomas a la menopausia, pero me preocupé cuando la ginecóloga me dijo que de inmediato me fuera a hacer el examen. Sentí que era la mamografía más dolorosa y más larga que me habían hecho, y resultó que mi diagnóstico era cáncer”, recuerda Emma.

Ella asegura siempre haber cuidado de su salud y de realizarse sus chequeos, sin embargo, resultó que dos mamografías anteriores le habían dado un “falso negativo”, lo que puede suceder cuando el tumor es muy pequeño y no se logra ver en la película de la mamografía debido al fondo blanco que crea un tejido mamario denso.

Con ese diagnóstico devastador, Emma se aferró a la vida y con mucha espiritualidad, ocho días después se sometió a una mastectomía, como parte de su tratamiento también recibió ocho quimioterapias y 17 radioterapias, todo un proceso donde su familia estuvo para recordarle su fortaleza y nunca dejarla sola en esta pelea contra el cáncer, misma que su hija mayor estaba a punto de comenzar.

Samantha tiene presente esa fecha que puso en pausa su ilusión de convertirse en madre, durante dos años no lograban junto a su pareja concebir un bebé, por lo que estaba en constante evaluaciones en clínicas de ginecología y de fertilidad.

Una noche antes de una cita con la ginecóloga para iniciar con un tratamiento hormonal para cumplir su deseo de ser madre, decidió realizarse una autoexploración de sus senos, su corazón comenzó a latir acelerado cuando sintió un bulto en su mama derecha que al tocar le causaba un poco de dolor.

“Anteriormente, siempre haciéndome una autoexploración, yo sentía una bolita que parecía estar más adentro, no estaba dura ni tampoco me dolía, en ese momento yo pensaba que se trataba de la glándula mamaria que se me inflamaba por el periodo”, comenta Samantha.


El día de la consulta de fertilidad, compartió con su médico lo que sentía en su cuerpo. Por medio de un ultrasonido de senos, su doctora comenzó a explorar, sin embargo, la alegría que había en el rostro por una cita que le ayudaría a convertirse en padres, cambió por completo.

“Vi que la doctora se puso pálida y comenzó a tomar captura de las imágenes de cada mama, en la derecha logré ver una bolita como con patitas que halaban como una estrellita, en ese momento solo me recordé de mi mami y esperé a que la doctora me diera una respuesta, pero yo ya presentía que se trataba de un cáncer de mama”, cuenta Samantha.

Ante los resultados del ultrasonido, Samantha se realizó una mamografía y una biopsia para conocer su diagnóstico, “me salió que tenía un cáncer bebé, irónicamente, en lugar de tener un bebé en mi pancita, tenía un cáncer bebé en mi mama derecha”, manifiesta.

La noticia se convirtió en algo que nunca quiso escuchar, para ella y su esposo no era solo preocuparse por el proceso del cáncer, sino que también significaba poner en pausa el deseo de tener un hijo.

Pero no podían dejar pasar el tiempo y se sometió a una cirugía para extraer el cáncer. “Me dijeron que como era pequeño no iba a necesitar quimioterapia, sino que solo radiación, también me determinaron cáncer hormonal y gracias a Dios no me puse la inyección de hormonas en la clínica de fertilidad porque si no el cáncer hubiera crecido a mayor velocidad”, rememora.  


Dúo de heroínas

Cuando se trata del cáncer, no hay elección, hay que luchar con ímpetu para salvar la vida, Samantha y Emma tuvieron que enfrentar el cáncer de seno, y se convirtieron en el apoyo mutuo para vencer al tumor.

“Como madre nunca esperé que una de mis hijas también resultara con cáncer, esa noticia la sentí como un golpe en mi corazón, pero hemos estado juntas, la he comprendido y le he brindado mi apoyo con la experiencia que yo tenía en esta enfermedad”, expresa Emma mientras su hija la observa como si estuviera recordando todo el proceso por el que pasaron.

“Cuando recibí mi diagnóstico pensé mucho en cómo lo enfrentó mi mamá, la fortaleza que ella tuvo y como se agarró de la mano de Dios; ella ya me había dado ese ejemplo, yo podía hacer lo mismo también”, dice Samantha.

Ahora que ambas han vencido el cáncer, Emma asegura que disfruta su segunda oportunidad, “yo no la voy a desaprovechar, me encargaré de amar todo lo que pueda, de estar con mis seres queridos, de disfrutar, divertirme, de aprender y de luchar por las causas que son buenas para la humanidad”.

Mientras que Samantha manifiesta que la vida le dio un giro después del diagnóstico de cáncer de mama, pero ahora, para su sorpresa, asegura que de él sacó mucha gratitud y bendiciones, aprendió a mejorar su ritmo de vida, encontrar la serenidad y la paz, y a darse cuenta “que todo se dará a su propio paso”.

Estas mujeres luchadoras ahora son un ejemplo para otras que están en un proceso de vencer el cáncer de mama, pero también buscan compartir su historia para crear conciencia sobre la importancia de los exámenes de detección, en especial cuando existen factores de riesgo como el historial clínico.


“Ya no estamos sobreviviendo, ahora estamos superviviendo, ¡No nos morimos, estamos vivas!”, exclaman Samantha y Emma mientras se abrazaban.

Mami, si tú no hubieras pasado por este camino antes que yo, quizá no lo hubiera enfrentado igual, me has dado un ejemplo de fortaleza siempre, no tuve miedo y creo que porque habías pasado por ahí y sabía que no iba a estar sola, me enseñaste a llevar el proceso con disciplina, fuiste un ejemplo para mi vida. Fue esperanzador y me dio tranquilidad saber que no estaba sola”.

Samantha Paredes

Hija, nunca hubiera querido que esto te sucediera, pero en esto Dios nos unió más como madre e hija, nos hemos percibido con nuestros sentimientos y nuestra experiencia, ahora juntas logramos salir adelante, una a la par de la otra, esta es una experiencia más en nuestra vida y que gracias a Dios hemos podido decir que somos sobrevivientes y con nuestro ejemplo mandar ese mensaje a otras mamas y a otras hijas”.

Emma de Paredes

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