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Baja cobertura de vacunación tiene en riesgo a El Salvador ante posible rebrote de enfermedades

Según datos de la Organización Pamericana de la Salud (OPS) de los últimos cinco años, el sistema de salud de El Salvador tuvo una fuerte reducción en 2020 y 2021 en la cobertura de inmunización contra sarampión, tosferina, poliomielitis, rubéola, tétano y otros males.

Por Carlos López Vides | Oct 02, 2022- 22:30

Desde julio, Salud lanzó una campaña de vacunación a nivel nacional. Según Lara, no será suficiente para cubrir la brecha vacunal. Foto EDH/ Archivo

En boxeo, “bajar la guardia” es cuando el peleador descuida su postura defensiva y permite que su oponente tenga más oportunidad de golpearle y mandarlo noqueado a la lona. Es exactamente eso lo que ha ocurrido con la vacunación en El Salvador: su sistema de salud bajó la guardia en la cobertura contra enfermedades que son prevenibles si se aplica dosis en edades tempranas, por lo que ahora hay más personas con defensas bajas, ante enfermedades al acecho de golpearlas con un contagio.

Para que esa guardia defensiva no baje, la recomendación internacional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es que se debe vacunar al 95% de la población meta de cada país para cada una de estas enfermedades (como la poliomielitis, sarampión, tuberculosis, tosferina, paperas, etc.).

El problema es que, según reportes de la OMS y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el guante defensivo llamado vacunas bajó, y mucho, en El Salvador.

Como puede observarse en las tablas, en el lapso de los últimos cinco años ha habido una deficiente aplicación de inmunizaciones contra estas enfermedades, lejos del 95% deseado.

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Puede verse el detalle en las tablas, pero en resumen esta es la situación vacunal para 2021: solo 79% de cobertura para las dosis contra poliomielitis; 71% de vacuna contra sarampión, paperas y rubéola (vacuna MMR); 79% de la vacuna DTP (difteria, tosferina y paperas); y solo 78% para la vacuna contra la tuberculosis (llamada BCG).

La única vacuna que está al nivel adecuado en cobertura es la PVC para prevenir enfermedades del neumococo (vías respiratorias), que para 2021 tuvo 94%.

Esta “guardia baja” en vacunas implica un enorme riesgo para la población del país, explica el doctor Ricardo Lara, especialista en salud pública, a pesar de que el sistema de salud lleva años de no registrar casos por estas patologías.

“El riesgo es la cantidad de personas no vacunadas. El hecho que no tengamos en el territorio nacional ninguna de estas enfermedades, no nos hace excentos a estar ante un alto factor de riesgo, desde el punto de vista salud pública, de que en un momento determinado nos llegue un brote”, comenta Lara .

Si bien estas enfermedades no estarían circulando comunitariamente entre la población, hay peligro en que “alguien venga desde el exterior con el virus en fase de vacunación y lo traiga a El Salvador”, añade el médico.

Iván Solano Leiva, doctor especializado en infectología, explica que el confinamiento obligatorio de 2020 por la pandemia de covid-19, en donde hubo restricción de movilidad y otros factores, impactó directamente en las coberturas vacunales, como puede notarse en las tablas.

Y si bien “en 2021 prácticamente en todas las vacunas se ha tenido una recuperación, todavía no es suficiente y está muy por debajo de lo recomendado”, esa guardia alta de arriba del 95% que recomienda la OMS, para no permitir un guantazo de estas enfermedades.

Esta preocupación de la OMS está justificada en casos concretos de países que han tenido rebrotes de estas enfermedades que ya parecían controladas.

En EE. UU., por ejemplo, ha habido casos de sarampión y poliomielitis; de esta última enfermedad, el condado de Nueva York decretó un estado de emergencia sanitario a inicios de septiembre, ante diversos reportes de contagios.

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El Salvador también ha vivido rebrotes recientes de este tipo, incluso antes de la pandemia por covid-19, como una epidemia de parotiditis (paperas, inflamación de ganglios) ocurrida en 2019, con casi 2,000 casos registrados para septiembre de ese año.

Números que crecen

Lara añade otro ingrediente a este preocupante panorama: la población meta que no fue vacunada oportunamente se va acumulando, por lo que la cifra de personas que no están protegidas contra estas enfermedades aumenta cada año, y así crece también el riesgo de reemergencias ante ellas.

“En los últimos cinco años, que son los que se analizan siempre como corredor endémico, cada año el porcentaje de la población no vacunada se va sumando como población de riesgo, lo que a la vuelta de los cinco años se convierte en un porcentaje bastante, bastante grande, que no se recupera”, argumenta el especialista en salubridad pública.

El doctor Lara reconoce que ha habido esfuerzos del Ministerio de Salud en la contratación de enfermeras y personal para impulsar la vacunación; pero considera que dichos esfuerzos se están desarrollando de manera desordenada, sin una estrategia clara, donde se apunta a querer cerrar una brecha de cuatro años en solo uno o dos meses, reflexiona.

“En vacunación, están gastando una millonada a lo loco, vacunando a diestra y siniestra. Da sentimiento que hay gente que está en el programa de vacunación, que tiene experiencia; pero quizá tienen falta de valor, de hacer ver que las coberturas, para llevarlas a niveles útiles, con el rezago que hay de los cuatro años atrás, no se logra en un mes. Es imposible”, remata Lara.

Para el infectólogo Solano Leiva, no es suficiente con la tibia información que está comunicando el Gobierno en cuanto a la brecha de vacunación en el país.

“Esas campañas, si se están haciendo, deben ser masivas, y de alcance para toda la población. No basta solo en redes sociales, donde hemos visto mensajes de prevención contra la viruela símica en Twitter, pero no toda la población tiene Twitter. Hay que utilizar campaña en radio, televisión, redes sociales”, explica Solano Leiva.

Así mismo, recomienda al Minsal el “utilizar los equipos locales de salud, para diseñar campañas de vacunación, donde las vacunas sean llevadas a la población a través de los promotores de salud de una forma más intensa.

No esperar a que la gente se llegue a vacunar a la unidad de salud, sino ir a buscarles, para fortalecer y subir esos niveles de cobertura. Es importante la vacunación casa por casa, ocupar estrategias que acerquen las vacunas a la población”.

Mientras estas campañas y estrategias no ocurran, el guante defensivo de El Salvador seguirá estando con “guardia baja” frente a estas enfermedades, las cuales son 100% prevenibles si la vacuna y sus respectivos refuerzos son aplicados en las edades y períodos adecuados.

Si no es así… la polio, la tosferina, el tétanos, las paperas, la tuberculosis y la difteria, entre otras, alistan sus guantes para causar el mayor daño posible entre la mal protegida población salvadoreña.

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