Tres años después de la emergencia mundial provocada a raíz de la pandemia por Covid-19 los niños y adolescentes continúan presentando las secuelas generadas en materia de salud mental.
A través de un estudio realizado por la Fundación Dr. Guillermo Manuel Ungo (FUNDAUNGO), se determinó que el 28% de la población estudiantil presenta algún tipo de depresión o signos de ansiedad, tras experimentar el confinamiento por pandemia.
El estudio denominado “¿Y si no estoy bien?”, presenta un análisis de la salud mental poscovid-19 en la niñez y la adolescencia salvadoreñas, la presentación de los resultados estuvo a cargo del Coordinador de Programas de la Fundación para la Educación Superior, David López.
Según las investigaciones presentadas los principales detonantes de esta crisis estarían relacionados a los problemas económicos y problemas en casa que crearon un ecosistema de constante estrés para los menores.
El coordinador de programas de la FES, puntualizó que actualmente “en el tema de salud mental existen menos datos disponibles para conocer la prevalencia de situaciones o padecimientos de salud mental, será más difícil incluso estimar cual ha sido el impacto de la pandemia y la salud mental”.
López argumentó que ya existía una fuerte estigmatización alrededor de la salud mental y que durante pandemia fue considerada la cuarta crisis. De acuerdo a los datos de el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), había un incremento del 25% de los trastornos comunes como la depresión y la ansiedad, solo en el primer año de la pandemia.
“Uno y dos años se estaban perdiendo en términos de educación. En América Latina el 75% de los estudiantes estaban siguiendo la educación en línea. En El Salvador que sucedió más de 200 días de cierre de escuelas desde marzo de 2020 hasta febrero de 2021, que se retorno a las escuelas de manera hibrida”, en este periodo se habrían perdido 1.7 años de escolaridad.
El proceso de readaptación de los estudiantes a las escuelas se ve marcado por los trastornos antes mencionados debido a que generan una pérdida del interés de los estudiantes en las actividades académicas.