
El cambio climático ha intensificado las sequías y lluvias extremas en el Corredor Seco de Centroamérica, afectando la agricultura de subsistencia y provocando inseguridad alimentaria que impulsa la migración de miles de personas.
El cambio climático ha intensificado las sequías y lluvias extremas en el Corredor Seco de Centroamérica, afectando la agricultura de subsistencia y provocando inseguridad alimentaria que impulsa la migración de miles de personas.