En 1882 llegaron las primeras locomotoras a El Salvador. La línea férrea contaba con 141 estaciones, desde pequeñas hasta estructuras más grandes, con personal de planta. Foto EDH/ Archivo Uno de los espacios imprescindibles para la reparación de las locomotoras es la "casa redonda" construida por José Cuéllar, era el lugar donde se hacían reposar las locomotoras para las reparaciones menores. La infraestructura era completamente de madera, se observa en la fotografía locomotoras a vapor.
Foto EDH / Jessica OrellanaDesde 1882 se empezó el proyecto de construcción del ferrocaril que debía de llegar desde Sonsonate y Santa Ana hasta San Salvador.
Foto EDH / Jessica OrellanaLos ex trabajadores de la estación posan sobre los rieles, una de las fotografías colocada en el museo del ferrocarril, Sonsonate.
Foto EDH / Jessica OrellanaLos ferrocarriles transportaban gran cantidad de personas. Foto EDH/ Cortesía De acuerdo con una investigación de la universidad Albert Einstein titulada “El valor de la arquitectura ferroviaria”, publicada en 2015, de las 141 se mantienen en pie 18 estaciones, cuatro de estas ahora reviven como museos. Foto EDH/ Archivo Alrededor de 1940, la empresa inglesa puso en marcha una serie de carros - motores que la población llegó a bautizar como "balas" o "balas de plata" por su color plateado. Estos carros inicialmente realizaban el transporte de carga desde Sonsonate hacia Santa Ana y San Salvador. Con el paso del tiempo, fue usado para el transporte de personas, salía una hora antes del tren y recorría unos 60 kilómetros por hora.
Foto EDH / Jessica OrellanaEl ferrocarril se convirtió en el mejor transporte comercial de la época, José Alfredo Romero Mata ofreció 18 años a las bodegas del tren como despachador de productos de exportación, pesador de mercancía y jefe de bodega.
Foto EDH / Jessica OrellanaEste era el inicio de una industria que marcó una fuerte actividad comercial en el país, la que no solo potenció el desarrollo y la economía nacional, sino también transformó la forma de hacer negocios. Foto EDH/ Archivo El ferrocarril nació con la finalidad de conectar los puertos con los puntos de consumo más importantes dentro del territorio salvadoreño. Foto EDH/ Archivo El ferrocaril en Sonsonate fue puesto en marcha por la empresa de capital Ingles Ferrocarriles de El Salvador(FES).
Foto EDH / Jessica OrellanaAugusto Colocho Rojas de 87 años de edad, originario de Acajutla durante 15 años estuvo al mando del famoso tren Bala de plata en la estación ferroviaria de Sonsonate. Ser chófer del carro motor como también se le conocía en 1950 era de prestigio, la bala de plata era transporte de primera clase. Foto EDH / Jessica Orellana La construcción de la primera línea férrea (en Sonsonate) dio paso a la creación de la Sociedad Compañía del Ferrocarril de Acajutla, fue así como el Diario Oficial publicó en 1882 el primer reglamento de los servicios de ferrocarriles. Foto EDH/ Cortesía Estacion de Los Lagartos cuando estaba activa. Foto EDH/ Cortesía Facilitó el transporte de pasajeros y de carga, y potenció importantes acuerdos comerciales, como el primer tratado con Estados Unidos, firmado en 1853, cuando el principal producto de exportación era el café. Foto EDH/ Cortesía A los 17 años de edad entró a trabajar en los talleres de reparación de motores, se desempeñó como ayudante durante tres años. Augusto llegó a la estación porque ser ferrocarrilero es una tradición familiar, su padre desde pequeño le enseñó la pasión por las locomotoras, Augusto padre, laboró durante toda su vida en la estación, Colocho recuerda que fue de los primeros gerentes de la terminal en Acajutla.
Foto EDH / Jessica OrellanaLa Estación La Puerta cuando estaba activa. Foto EDH/ Cortesía Foto EDH/ Cortesía José Antonio Cuéllar a sus 97 años de edad explica que aunque no tuvo un puesto fijo en la estación por ser de la cuadrilla ambulante, volver al museo le despierta emociones encontradas al ver las estructuras de madera que el construyó, tristeza por no poder regresar a trabajar y alegría porque hoy es reconocido el trabajo al cual le dedicaron tanto esfuerzo.
Foto EDH / Jessica OrellanaDon José se encargaba de reparar los puentes, las estaciones y todo lo que llevara madera, su oficio era la carpintería. “Yo me recuerdo todavía de todos los puentes que fui a reparar, yo los anduve arreglando por todos lados, al puente del Ángel le fui a meter durmientes porque esa era mi oficio”, explicó. Un fotografía antigua de José y la cuadrilla que reparaba los puentes.
Foto EDH / Jessica OrellanaCarlos Alberto Sosa, de 79 años fue el último agente o jefe de la estación de Sonsonate, dedicó 40 años de su vida. Ordenaba a cada uno de los maquinistas dirigiendo la ruta y hora de cada salida. "Ese fue mi trabajo los últimos 12 años hasta que dejó de funcionar el tren" aseguró don Carlos.
Foto EDH / Jessica OrellanaEl Chapín Martínez fue maquinista del tren durante más de 30 años en Sonsonate. Con la vista puesta en los rieles, tiraba de la palanca con todas sus fuerzas. El Chapín Martínez, como era conocido en el convoy, trabajó más de tres décadas en las locomotoras. El primer ferrocarril que tripuló era a vapor. A sus 86 años aun hace memoria de lo que un día fue el ferrocarril. Entre los vestigios de la estación reconoce cada departamento en el que trabajó; antes de ser maquinista, fue ayudante y luego fogonero pero desde joven mostró habilidades para manejar. Foto EDH / Jessica Orellana En 1934 el país sufre una tormenta que hizo desbordar ríos, inundando ciudades, pueblos y cultivos. Muchos de los puentes de la compañía inglesa sufrieron daños, al grado de ser necesario construirlos provisionales para continuar con el servicio de carga y pasajeros. En la fotografía se observa a los trabajadores y una grúa de vapor, en la construcción de un puente en 1938.
Foto EDH / Jessica Orellana
MÁS SOBRE ESTE TEMA
KEYWORDS
Accidentes De Ferrocarril Estaciones De Ferrocarril Fotogalerías Líneas De Ferrocarril Museo Del Ferrocarril Tren Y Aeropuerto Del Pacífico Trenes Ver Comentarios