Nacido en San Vicente en 1916, don Carlos Ramírez Solórzano es un ilustre ciudadano de Santa Tecla, en La Libertad. Foto EDH / Jessica Orellana 
Durante 75 años estuvo casado con su esposa “Lucita”, quien murió a los 102 años. Foto EDH / Jessica Orellana 
En 1963 fundó la imprenta San Martín, ubicada sobre calle Ciriaco López y la 7a. avenida Norte, en Santa Tecla, lugar donde a la fecha sigue atendiendo a sus clientes con la misma pasión de hace seis décadas. Foto EDH / Jessica Orellana 
A sus 106 años, don Carlos asegura que siente las fuerzas para seguir trabajando, razón que le ha permitido una vida plena, cargada de grandes satisfacciones. Foto EDH / Jessica Orellana 
Don Carlos fundó la imprenta San Martín en 1963 y por ella han pasado varios empleados a los que ha tenido que enseñarles a trabajar. Foto EDH / Jessica Orellana 
Todos los días a las 8:00 de la mañana llega a este lugar, a un costado de la centenaria casa que guarda los momentos más memorables de su vida. Ahí disfrutó junto a su esposa Aída Luz Valiente y sus cuatro hijos, los 75 años de matrimonio. Foto EDH / Jessica Orellana 
Al hablar sobre “el secreto” para llegar a su edad, dice que es heredado de familia, pero también confiesa que lo mantiene vivo el “amor sincero”. Aún después de la muerte de su esposa le mueve el corazón. Foto EDH / Jessica Orellana 
Una de las cosas que más ha disfrutado en la vida es viajar. Recuerda como si fuera ayer los viajes por Egipto o por Europa junto a su amada esposa y lo mucho que leía sobre cada destino que estaba por visitar. “He estado en muchos lugares. Eso me ha dado el material para superarme”, añade. Foto EDH / Jessica Orellana 
En la imprenta se encarga de presupuestar y corregir las órdenes de trabajo. A los 90 años compró su primera computadora. Ahora tiene su propia página de Facebook, su correo electrónico y recibe pedidos vía WhatsApp. Foto EDH / Jessica Orellana 
Pese a su avanzada edad, don Carlos toma solo dos tipos de medicinas. Foto EDH / Jessica Orellana 
Don Carlos descansa en su habitación, tras realizar sus ocho horas laborales. Foto EDH / Jessica Orellana 
Facturas, créditos fiscales y otros documentos se imprimen en el negocio de don Carlos. Foto EDH / Jessica Orellana 
Por muchos años la imprenta ha marcado la proyección gráfica de decenas de empresas y profesionales. Foto EDH / Jessica Orellana 
La imprenta San Martín continúa su trabajo desde 1963 desde que fue fundada. Foto EDH / Jessica Orellana 
Don Carlos y su hija disfrutan de una conversación. Foto EDH / Jessica Orellana
"Quiero seguir trabajando": A los 106 años, Carlos sigue trabajando en su imprenta
Don Carlos Solórzano se encarga de presupuestar y corregir las órdenes de trabajo en la imprenta para lo que también hace uso de la tecnología y asegura que aún se siente con fuerzas para atender su negocio.