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La cultura sigue “sumisa y sin grandes ganas de despertar”

La falta de apoyo al gremio artístico, una nula educación cultural y pocos espacios para la difusión de las artes son algunas de las deudas del Ministerio de Cultura a cuatro años de gestión del gobierno de Nayib Bukele.

Por Isaías Serrano, Iliana Colocho y E. Silva | Jun 02, 2023- 05:00

Foto EDH Francisco Rubio

Este 1 de junio se cumplieron cuatro años desde que una nueva gestión asumió el mando del Ministerio de Cultura (MiCultura) para velar por el sector, fortalecer las identidades salvadoreñas, conservar y difundir el patrimonio cultural y, por supuesto, promover las expresiones artísticas.

Sin embargo, esta cartera de Estado, desde el inicio de la nueva gestión, se ha visto involucrada en diferentes sucesos que han dejado al descubierto lo mucho que falta por recorrer cuando se trata de arte y cultura en El Salvador.

La renuncia de Suecy Callejas a su cargo como ministra el 18 de noviembre de 2020, la llega de la pandemia por covid-19, la censura a obra artística de Renacho Melgar en septiembre de 2021, las supuestas arbitrariedades y violaciones a los derechos humanos de los trabajadores en la institución y la falta de apoyo al gremio artístico y cultural son algunos de los acontecimientos que han marcado a MiCultura en estos cuatro años de gestión.

El 1 de mayo de 2023, Día Internacional del Trabajo, el Sindicato de Trabajadores y Trabajadoras del Ministerio de Cultura (SITRASEC) marchó y alzó su voz en las principales calles de San Salvador para dejar al descubierto los abusos de poder en dicha cartera de Estado.

Para ese entonces, Basilio Ayala, secretario de SITRASEC, comentó a este medio de comunicación que no iban a permitir violaciones a los derechos sindicales dentro de la institución por parte del viceministro, Erick Doradea. “Hemos tenido una escaramuza todo el año por parte de este señor, porque es un violador de los derechos laborales”, replicó.

Además, entre tantas exigencias, pidieron asignación de fondos para actividades culturales y artísticas, ya que muchas veces les toca poner recursos propios como vehículos, dinero, tiempo extra y otros materiales.

Sitrasec se suma a marchas del 1 de mayo
El sindicato del Ministerio de Cultura se hizo acompañar de personajes populares durante su recorrido, este Día del Trabajo. Foto: EDH / I. Serrano

“Como sindicato exigimos a la patronal que dejen de exigir a cada trabajador realizar actividades artísticas culturales sin proporcionarles ningún fondo económico para su ejecución. En todo el país las comunidades y pueblo en general nos exigen que realicemos puntos culturales y artísticos en cada Casa de la Cultura, pero sin financiamiento es vergonzoso ejecutar los eventos”, detallaba un comunicado de prensa de SITRASEC.

Esto motiva a preguntarse ¿cuál es el panorama actual del arte y la cultura en el país?, ¿en estos cuatro años del gobierno actual, la cultura ha evolucionado o involucionado?, ¿se les ha dado respuesta a las necesidades que exige el gremio artístico?

Juan Santiago Martínez, curador y crítico de arte independiente, reconoció que en 2021 sí hubo un esfuerzo significativo por parte de las autoridades del gobierno actual por revitalizar la cultura tras intentar volver a la normalidad luego de la pandemia por covid-19; pero para este 2023 su opinión no es la misma.

“Sí hubo un esfuerzo, sí hubo un levantamiento de la cultura en 2021 que fue bastante motivador. Creo que todos, en parte, estábamos bien con las propuestas. Sin embargo, en este año desde el momento que hubo problemas con los Juegos Florales, desde que ha habido una ausencia del ejercicio ministerial para la cultura, creo que todos nos hemos quedado a la espera de qué es lo que está sucediendo”, explicó.

Mientras que para el escritor Mario Zetino, la cultura en El Salvador está en crisis, si se toma en cuenta el panorama mundial.

“De manera amplia, considero necesario tener en cuenta que el mundo entero está inmerso en una crisis cultural, que implica la revisión, la pérdida y el surgimiento de conocimientos, valores y prácticas culturales. Así, en el contexto de la crisis cultural mundial, la cultura en El Salvador está en crisis”, comentó el licenciado en letras.

Los artistas plásticos necesitan espacios

Para un artista salvadoreño que prefirió el anonimato, la oferta cultural sigue siendo la misma de gobiernos anteriores, “salvo algunos apuntalamientos que, como es normal en esta administración, obedecen a necesidades propagandísticas o son resultado de la naturaleza reactiva de este régimen”.

El artista reveló que una de las mayores deudas de esta gestión de MiCultura es “la implementación de políticas públicas que incentiven la creación de música original y la dignificación del trabajo artístico. Y es que, en este último apartado, el silencio público de artistas obedece más al temor a ser vetados que a sentirse bien tratados”.

Según el escritor Zetino, esto no significa que no existan expresiones culturales y artísticas que se estén desarrollando en el país, pero reconoce que falta mucho por hacer.

“Siguen surgiendo y reinventándose para hablarles a las personas, para darles experiencias y significados valiosos y profundos. Eso sí, necesitan de condiciones adecuadas para continuar desarrollándose, y eso en muchos casos falta y vuelve difícil su sostenimiento”, agregó el también investigador en humanidades.

Juan Santiago Martínez concordó con las palabras de Zetino y lamentó que los artistas no tengan espacios adecuados donde exponer sus creaciones y que la mayoría de actividades se concentren en San Salvador y que muy pocas veces se expandan a otros departamentos. Además, aseguró que en el país se necesita de una academia de bellas artes en donde haya una verdadera formación para todos los artistas.

“La cultura es como una planta que al final crece donde puede. Y eso es bueno y malo, porque tenemos exposiciones en restaurantes que eso está bien porque está ayudando a la cultura, pero no debería pasar eso, no debería darse en restaurantes”, indicó.

Santiago explicó que no hay una educación ni formación cultural en el país. No se les da la oportunidad a los nuevos talentos de expresarse a través de su arte en los grandes espacios culturales, por eso, estos recurren a bares y restaurantes para conectar su obra con el público.

Artistas piden implementación de políticas públicas que incentiven la creación de música original y la dignificación del trabajo artístico. Foto EDH/ Archivo

“Lo que todo el mundo dice y lo que todo mundo acusa es que no existe una ayuda real a la cultura de este país, y es evidente… sobre todo a quienes van comenzando. Lo problemático es que, al no haber una ayuda real, aquí en El Salvador no existe una calidad real. Muchos artistas al no tener una educación, al no tener una academia de bellas artes, lógicamente ellos empiezan con sus expresiones artísticas sin tener conocimientos reales de arte, de estética y empiezan a florecer un poco donde pueden”, reveló.

Pero el curador reconoció que esto no es nuevo, que viene desde años atrás. “Desde los años 90 hasta la actualidad ha habido una involución total de la cultura. Ha venido totalmente para bajo, ya no existe la calidad estética que existía en los 90 y 2000”, comentó.

Sentimiento que compartió el escritor Mario Quiñónez: “Todo lo referente a cultura está y se sigue viendo desde la esquina; estamos en pañales aún, y esto es en el buen sentido de la palabra”.

Y en los últimos tiempos considera que se ha mantenido como siempre: “sumisa y sin grandes ganas de despertar”.

“Esta respuesta no es un medidor de culpa”, recalcó, ya que reconoce que “las iniciativas museográficas para público infantil, las apuestas tradicionalistas expositivas, puestas escénicas-teatrales y talleres o encuentros culturales en espacios públicos han resaltado a la luz en estos años”, destacó el autor del libro de cuentos “Níspero-bejuco”, que también ve con buenos ojos las iniciativas de apoyo a los jóvenes escritores salvadoreños.

¿Y la academia?

Para Martínez, “la cultura en El Salvador es muy compleja, es heterogénea y sectorizada”. Sí bien se han registrado algunos avances, aún hay mucho que recorrer. En la actualidad no ve a “una cultura floreciente”.

“Creo que la cultura del país conseguiría ser relevante siempre y cuando exista una motivación para que sea relevante, que se dé apoyo a los artistas, que se dé apertura, que se dé espacios, que exista una educación, una academia”, destacó.

A penas hasta la semana pasada, la Comisión de Hacienda emitió ocho dictámenes con reformas al presupuesto para incorporar o transferir fondos a ministerios, entre ellos el de Cultura, el cual recibirá un refuerzo de $2.7 millones para realizar proyectos de reactivación en el Centro Histórico de San Salvador, así como también para la compra de instrumentos para la Banda El Salvador, que será presentada el 15 de septiembre de este año.

Sin embargo, no cubre a otras entidades que también necesitan de un presupuesto para desarrollar actividades artísticas en otras partes del territorio. Pareciera que el fomento del arte y la cultura solo se concentra en la capital y se deja en el abandono al resto del país, por eso, parte de los expertos reconocen que la cultura es “sectorizada”.

“Siento que, a nivel social, la cultura revela la salud de una sociedad. Si la cultura es pobre, es el reflejo de una sociedad pobre”, culminó Juan Santiago.

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