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MOJE de Ilobasco empodera a juventud en riesgo y crea emprendedores

MOJE nació en el seno de una parroquia de Ilobasco y, a más de dos décadas, ha rescatado a miles y sigue empoderando a la juventud más vulnerable con un exitoso modelo de negocios

Por R. Mixco | Oct 30, 2023- 06:00

En Colombia, existe la Fundación Acción Interna, organización que convencida de lo vital que son las segundas oportunidades, trabaja con privados de libertad y personas que se esfuerzan por reinsertarse a la sociedad.

En El Salvador, enclavada en la zona paracentral del país, funciona desde hace casi 25 años la Asociación Moje.

Esta es una iniciativa de desarrollo humano y económico comprometida con la juventud en situación de riesgo. Sí, surgió como un proyecto para combatir el fenómeno de las pandillas en Ilobasco, Cabañas, a finales de los 90. Pero con el paso del tiempo, extendió más los brazos para brindar segundas y primeras oportunidades a la juventud más vulnerable de todo el departamento.

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En pocos días, esta organización concebida en el seno de un movimiento religioso de la parroquia El Calvario, lanzará su marca Mojemade, que aglomera más de 40 emprendimientos de productos artesanales con calidad de exportación.

Y para conocer más de esta asociación que hoy lidera un coworking en la Capital de las Artesanías, conversamos con la mente maestra detrás de Moje, Salvador Hernández, director ejecutivo del programa.

Salvador Hernandez director ejecutivo de la Asociacion Moje de Ilobasco
Salvador Hernández, director ejecutivo de la Asociación Moje de Ilobasco. Foto: EDH / Yessica Hompanera

¿Cómo surge Moje y en qué consiste?
Moje surge como una respuesta a la necesidad de intervenir en el contexto juvenil, especialmente en el problema de la violencia que estaba enfrentando Ilobasco allá por el 1999, que era un índice muy alto para esta ciudad. Entonces, decidimos hacer algo, intervenir y ayudar a los jóvenes en sus procesos de inserción. Esto lo hicimos inicialmente desde la parroquia, entre un grupo de gente que estaba involucrada en la parroquia, pero posteriormente y dada la magnitud del proyecto decidimos conformar una organización legalmente constituida en una ong en 1999 y obtuvimos la personería jurídica en el 2000. El próximo año vamos a tener 25 de haber nacido como organización.

¿De qué forma funciona, cómo atraen a los jóvenes y qué tipo de acompañamiento les ofrecen?
Nuestro trabajo es fundamentalmente a través de un proceso de inserción sociolaboral. Esa es la principal apuesta de nuestro programa, aunque tenemos otro tipo de dinámicas como el de industrias culturales creativas, el de cultura de paz, pero el trabajo que más nos representa es el de inserción laboral con jóvenes.

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Esto lo hemos hechos creando una escuela de emprendedores que permite una inserción exitosa de estos al mercado. Con ellos hemos implementado una metodología como asociación, en el que nuestro proceso es “una comunidad, un producto”, “un producto, mi futuro”. De esta forma, en cada comunidad establecemos una empresa, esta empresa fabrica productos competitivos y estos productos son los que al final van a permitir que estos jóvenes se puedan reinsertar, a través de los ingresos que van a generar con sus productos.

Nosotros pensamos en cómo podía ser una alternativa para prevenir la violencia y también frenar la migración en el campo -como estamos focalizados en zonas rurales-, entonces analizamos la situación, la realidad, y vimos que uno de los principales problemas eran los bajos ingresos. Los jóvenes solo tenías tres oportunidades: si tienen terreno es expandir los cultivos tradicionales que no les deja nada; si tienen algún familiar en los EE. UU., la alternativa es salir del país; y la tercera vía es la diversificación de la producción que es a lo que nosotros le estamos apostando.

Emprendimiento 1000 Jarrones en el Coworking Moje Center de Ilobasco
Emprendimiento 1000 Jarrones en el Coworking Moje Center de Ilobasco. Foto: EDH / Yessica Hompanera

CAZA DE TESOROS

De esta forma, Moje comenzó a crear empresas en las comunidades más vulnerables de Ilobasco. En un principio, buscando aquellos “tesoros que estén en la comunidad, para crear como un arraigo” en los jóvenes y estimular el deseo de quedarse en el lugar al que pertenecen.

Así, han surgido empresas como la de los vinos Santa Cruz, que pertenece a la comunidad Santa Cruz la Milagrosa. “Ya ellos tienen sus vinos, su producción y se sienten identificados”, explica el también especialista en mercadeo.

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De esta forma, focalizaron dos nichos de mercado fundamentales, “que eso es lo más importante para generar éxito”. Uno es revalorizar los productos para poder venderlos en el mercado con mayor poder adquisitivo, “que es una tendencia a nivel mundial ahora y es una gran oportunidad para el sector artesanal”. El segundo, es vender en volumen, lo que permite pensar en productos que se puedan fabricar en cantidad, siempre con el valor de “hecho a mano”.

Actualmente, Moje tiene en sus instalaciones centrales o Coworking MOJE Center —ubicadas al final de la 4° avenida norte y pasaje El Campo, No. 1, Ilobasco— el laboratorio experimental, en el que se produjeron 22,000 ladrillos para una empresa que construye unos apartamentos de lujo en San Blas. “Se gana menos, pero en el volumen se obtienen mejores ingresos”, explica Hernández. “Un joven que está produciendo esos ladrillos está ganando más que el salario mínimo”, añade.

Emprenidmiento de mimbre Incalli impulsado por la Asociacion Moje en Ilobasco
Emprenidmiento de mimbre Incalli impulsado por la Asociación Moje en Ilobasco. Foto: EDH / Yessica Hompanera

Hay que destacar que Moje no solo apoya a las comunidades a crear un producto, también lo hace en la creación de una marca, en cuyo proceso los jóvenes aportan ideas, contribuyen al diseño de esta y son acompañados por todo un equipo de profesionales que les asesora en la imagen y comercialización de su emprendimiento. Ellos tienen que involucrarse en todo el proceso para que se sientan empresarios, tal y como lo enfatiza Hernández.

Posteriormente, también se les facilitan los conocimientos creativos y técnicos que les permitan elevar su producto a otra categoría y competir en un mercado más amplio. Así, “ellos pasan de un producto básico de su proceso de aprendizaje a un producto con diseño”.

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¿Cómo obtienen el capital semilla?
Durante la capacitación (inicial) se compran materiales, pequeños equipos y todo eso queda en la comunidad. Nada retorna a la asociación. Todo queda en la comunidad y se forma una empresa colectiva. Ese es el primer capital semilla. Una de las consignas de nuestra metodología es aprender bien, entonces todo producto que se hace durante el aprendizaje es comercializado. Acá no es: “mirá probemos”. No, tiene que ser un producto que sea vendible en su fase inicial y eso al venderlo se transforma en dinero y ese dinero es capital semilla también. Esa es la forma de no desperdiciar nada, sino utilizar todos los recursos que se les han dado inicialmente y eso les sirva a ellos para impulsarse.

¿Ustedes cuentan con apoyo internacional?
Sí, gracias a Dios. La escuela de emprendedores la apoyan dos organismos de cooperación que son ISEF de Austria y TDH de Suiza. Y ya el proceso de comercialización lo está apoyando la Social Capital Foundation de los Países Bajos.

Emprendimeinto Magic Blue impulsado por Moje en Ilobasco
Emprendimeinto Magic Blue impulsado por Moje en Ilobasco. Este se dedica a confeccionar ropa teñida con añil. Foto: EDH / Yessica Hompanera

¿Y ellos le dan seguimiento a toda la dinámica que se desarrolla en Moje?
Sí. Conocen, visitan in situ todo lo que se va desarrollando, les compran (producto) también a los productores. Hay una relación bien cercana y eso es importante, para conocer las inquietudes de los jóvenes. Por eso en los proyectos, tratamos de realizar consultan con ellos, preguntándoles qué quisieran. Por ejemplo, algo que han demandado muchísimo, en los emprendimientos que han sido exitosos como Magic Blue, ha sido el manejo de redes sociales. Por ello, en este momento se trabaja en la creación de un laboratorio de innovación y comunicaciones que favorezcan que los jóvenes aprendan más de la tecnología. Hemos estado investigando, porque nos gusta conocer las nuevas tendencias, que hay una tendencia bien fuerte de tecnoartesanos.

Los productos de los artesanos aglomerados en Mojemade ya se venden en países como Estados Unidos, Países Bajos, Italia, Francia, entre otros. Se agrupan en dos grandes categorías: artesanías y decoración. Vinos, velas, empaques, joyería, ropa, mimbres y fruta deshidratada, entre otras opciones; y gracias al laboratorio, se proyectan nuevas apuestas y se trabaja en artículos solicitados por ciertos clientes.

CONTÁCTALOS

-Teléfono: 2384 4770

-Correo electrónico: asociamoje@gmail.com

-Facebook: Asociación Moje

-Dirección: Final 4° avenida norte y pasaje El Campo No. 11, barrio San Miguel, Ilobasco.

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