Así influye tu alimentación diaria en el riesgo de estreñimiento
Un nuevo estudio revela que no solo la fibra, sino todo tu patrón alimentario puede determinar si sufrís o no de estreñimiento crónico. Te explicamos por qué.
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Agencias
Publicado el 06 de diciembre de 2025
Un nuevo estudio revela que el tipo de alimentación diaria influye directamente en el riesgo de estreñimiento crónico. La dieta occidental, rica en procesados, carnes rojas y grasas saturadas, aumenta ese riesgo hasta en un 24 %, mientras que la dieta mediterránea y la basada en plantas lo reducen en un 16 % y 20 %, respectivamente. Estos beneficios van más allá del consumo de fibra e involucran el patrón alimentario completo. Incluir frutas, verduras, legumbres y grasas saludables, así como mantenerse bien hidratado, puede mejorar significativamente la salud digestiva y prevenir molestias intestinales persistentes.
Comer rápido, mal y con poca variedad puede tener un impacto mayor del que pensás. Según una investigación publicada en Gastroenterology y difundida por EatingWell, el tipo de dieta que seguís diariamente puede influir directamente en el riesgo de desarrollar estreñimiento crónico, un problema digestivo que afecta a millones de personas en el mundo.
Este hallazgo es relevante para quienes buscan mejorar su bienestar a través de la alimentación, ya que evidencia que no basta con sumar fibra: el patrón alimentario completo —es decir, el estilo general de tu dieta— juega un papel clave en la salud intestinal.
¿Qué tipo de dieta aumenta el riesgo de estreñimiento?
El estudio, que analizó los hábitos de casi 96,000 adultos en Estados Unidos durante tres décadas, encontró una relación directa entre el consumo de alimentos procesados, carnes rojas, lácteos altos en grasa y sal con un mayor riesgo de estreñimiento crónico.
Este tipo de dieta, conocida como “dieta occidental”, mostró un aumento del 22 % en el riesgo de estreñimiento. También se identificó una asociación negativa con patrones alimentarios inflamatorios, que incluyen alimentos que estimulan procesos inflamatorios internos.
En contraste, quienes seguían una dieta mediterránea o basada en plantas presentaron un riesgo significativamente menor: 16 % y 20 % menos, respectivamente, incluso después de considerar la cantidad de fibra ingerida. Es decir, no es solo lo que comés, sino cómo estructurás tu alimentación en general.

Claves para mejorar tu salud digestiva desde hoy
Para quienes presentan molestias frecuentes o buscan prevenir el estreñimiento, los especialistas recomiendan priorizar alimentos de origen vegetal en cada comida. Esto incluye legumbres, vegetales de hoja verde, frutos secos, cereales integrales y grasas saludables como el aceite de oliva.
Platos simples como morrones rellenos con batata y porotos negros pueden ayudarte a elevar el consumo de fibra sin recurrir a suplementos. Además, reducir la presencia de carnes procesadas y granos refinados también contribuye a mantener una digestión más eficiente.
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La hidratación diaria sigue siendo fundamental, así como alcanzar el consumo recomendado de fibra (entre 25 y 34 gramos por día, según las Guías Alimentarias de EE. UU.).
Si el problema persiste, la consulta con un nutricionista o dietista registrado es clave para diseñar una dieta adaptada a tus necesidades y evitar deficiencias.
Un enfoque integral, más allá de los remedios rápidos
El mensaje central del estudio es claro: mejorar tu salud intestinal no depende únicamente de comer más fibra o tomar laxantes, sino de adoptar un patrón alimentario más equilibrado y menos inflamatorio. Aunque el estudio tiene limitaciones —como su enfoque en adultos mayores de EE. UU.— sus conclusiones pueden inspirar decisiones más conscientes para una vida diaria más saludable.
El cambio empieza por el plato. Y vos tenés el control.
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