Regaños y privación al teléfono no son causa de suicidio en jóvenes, hay otros factores

Asegurar que un menor de edad murió por suicidio porque le quitaron su teléfono celular, lo regañaron o lo dejó la novia, no es cierto, porque el suicidio es multicausal y debe ser estudiado, algo que en la actualidad no está ocurriendo, reconoció el presidente de la Asociación de Psiquiatras Salvadoreños por la Salud Mental (APSAM), doctor Carlos Acevedo.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) indica que cada cuarenta segundos hay una persona que muere por suicidio a nivel mundial.

Aunque no son cifras oficiales, la cuenta de X, antes Twitter, DesaparecidosSV reporta periódicamente muertes por suicidios a nivel nacional.

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Un seguimiento de casos indica que entre marzo y mayo ocurrieron 23, siendo este último mes (hasta el día 29) que se registraron más muertes por dicha causa. 

Dicha cifra se elevó a 11 el 30 de mayo ya que otra cuenta de noticias de Facebook reportó un caso en Apastepeque y Centros Penales informó que un privado de libertad que trabajaba en el área de construcción del nuevo Hospital Rosales murió por suicidio.

“Tras la caída, aún presentaba signos vitales, aunque con múltiples heridas graves. A partir de ese momento recibió atención médica inmediata y fue trasladado al área de emergencias del hospital. Lastimosamente, luego de 50 minutos de intervención y maniobras de resucitación, falleció”, indicó la dependencia gubernamental sobre el referido suceso.

Este caso es el primero que una institución de gobierno reconoce en el país y corrobora las declaraciones del profesional de la salud: el aumento de los mismos.

Seis de los casos reportados por la referida cuenta de X, durante mayo, se reportaron en el occidente del país: Apaneca, Ahuachapán, Santo Domingo de Guzmán, Juayúa y dos casos en Nahuizalco.

 Los otros casos reportados fueron en Aguilares, San Juan Opico y Dolores, en Cabañas.

De las once muertes por suicidio en mayo, reportadas en diferentes cuentas, ocho fueron adultos y el resto menores.

Las causas

El doctor Acevedo señaló que cuando una persona tiene dichos pensamientos es porque hay un desequilibrio de sustancias de neurotransmisores a nivel de cerebro que hacen que altere su conducta, pensamiento, emociones y albergue este tipo de ideas.

En El Salvador no se conocen datos oficiales; pero, además, hay un subregistro.

Un informe del Observatorio de la Niñez y Adolescencia de la Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz (ORMUSA) indicó que datos del Instituto de Medicina Legal (IML) consignaron que para el año 2020, ocurrieron 56 suicidios cometidos por menores de 19 años.

Un año antes fueron reportados 55 casos.

Además, en otro de los informes, indica que entre enero y septiembre de 2021, el IML reportó 378 muertes por suicidios; de los cuales 27 corresponden a niños, niñas y adolescentes (NNA) de 17 años o menos de edad.

ORMUSA también indicó en su Observatorio que en el 2019, el Ministerio de Salud atendió a 176 NNA por autolesionarse.

Sin embargo, en total, fueron 792 salvadoreños los que presentaron dichas conductas, siendo las personas de 18 a 30 años las que más se autolesionaron, con 356 casos.

Es prevenible

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) indica que en la región de las Américas, cada año, casi 100,000 personas mueren por suicidio y se estima que por cada uno se producen al menos 20 intentos.

Entre 2000 y 2019, la tasa de suicidio en la Región aumentó un 17%, siendo las Américas la única región de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que mostró un aumento durante este período.

Los datos de esta última organización indican que cada año 727,000 personas mueren por suicidio en el mundo; siendo la tercera causa de defunción entre las personas de 15 a 29 años.

“Cuando yo hablo de que me quiero morir, todos se alejan de mí”. 

La frase resuena en el doctor Acevedo por uno de los casos que conoció de cerca; pero principalmente porque el suicidio se puede prevenir a través de intervenciones oportunas.

El profesional recomendó a las personas que no tengan miedo de preguntar directamente a alguien si tiene intención de cometer suicidio ya que es un mito que eso empuja a cometer dicha conducta.

Hay factores de riesgo que las personas deben de considerar para detectar a una persona con intenciones de atentar contra su propia vida.

Entre ellos destaca si tiene problemas de salud mental, antecedentes de conducta suicida o algún familiar con dicha situación. 

Se suma el abuso de sustancias, la depresión e, incluso, algún dolor crónico.

El acceso a medios letales, como medicamentos o armas, estar pasando por alguna crisis emocional por la pérdida de un ser querido, del empleo o sus condiciones económicas, son otros factores que albergan ideas suicidas.

Alejandro, nombre cambiado, contó que hace muchos años tuvo dichos pensamientos. 

En algún momento se lo contó a su compañera de vida; pero no le creyó, pensó que era un chantaje.

“En una ocasión iba en la parte trasera de un camión y me dieron deseos de tirarme. En mi mente, incluso, me vi tirado en la carretera. No fue la única vez; pero me resistí, fui tentado a hacerlo”, contó el hombre que reside en Ahuachapán.

No sabe por qué tuvo dichas intenciones, hace más de cuatro años. El ahuachapaneco contó que en su familia se registran antecedentes de personas fallecidas por suicidio.

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Atención a las personas

El doctor Acevedo señaló que los suicidios son prevenibles y que, precisamente, “eso es lo triste,  que alguien pierda la vida porque nadie se dio cuenta” a pesar de que dichas ideas surjan en el núcleo familiar y las escuelas.

Mensajes como “que no vale la pena vivir”, “para qué vivir”, “esta vida no sirve”,  y “me quiero morir” o “me voy a matar”, deben alertar a las personas a prevenir un caso, que están ocurriendo en personas en edades productivas.

“No darle importancia a cualquier expresión suicida es un error. Porque muchas veces dice, ‘no, este no se mata, este está manipulando’. Mucho cuidado. En su ideología, cualquier expresión suicida, aunque nosotros estemos pensando que eso no va a pasar, no se puede tener la certeza de que no suceda”, reflexionó el presidente de la APSAM.

Pero así como hay factores de riesgo hay de protección que se deben de fomentar, como las habilidades personales, cómo aprender a resolver los problemas de la vida, incentivar la autoestima, pertenecer a una red de apoyo social, unir vínculos familiares y tener hábitos de vida saludable, como la práctica de ejercicio, para “no solo pasar prendido en un teléfono”.

Fomentar el acceso a los servicios de salud y de programas de prevención en las escuelas son otras factores de protección porque el galeno señaló que el suicidio es multicausal, entre ellas, biológicas, genéticas, sociales, personales, estresores y de crisis.

Todo ello genera una presión de sustancias neurotransmisoras que hacen que las personas no puedan concentrarse, no duerman bien y sientan ideas suicidas porque el cerebro “es lo más preciado que tenemos y es lo que controla absolutamente toda nuestra conducta”.

Para atender todas esas situaciones hay medicamentos y terapias.

“Hay que dar siempre el mensaje de esperanza de que la vida vale la pena. Uno de los mitos es que cuando alguien piensa suicidarse es una cuestión de debilidad moral o de debilidad psíquica o que es alguien que no puede salir adelante y que no tiene voluntad. Esto no es cuestión de voluntad. Porque cuando alguien está con una idea suicida, es porque, en el 80%, hay personas que están deprimidas”, indicó el galeno.