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Jóvenes jinetes reciben instrucción personalizada que combina técnica ecuestre y valores como disciplina y constancia.

Equitación en El Salvador, bienestar, conexión y diversión a caballo

Descubrí una experiencia transformadora que fortalece cuerpo, mente y emociones a través del vínculo con el caballo.

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Por Betty Carranza
Publicado el 06 de septiembre de 2025

 

TU RESUMEN

La equitación en El Salvador se consolida como una experiencia integral que va más allá del deporte: fortalece el cuerpo, la mente y las emociones a través de la conexión con el caballo. Centros como Altamira o la Escuela Salvadoreña de Equitación ofrecen clases accesibles para todas las edades, desde principiantes hasta quienes buscan competir. Montar desarrolla equilibrio, fuerza y coordinación, pero también confianza, paciencia y resiliencia. Además, programas de equinoterapia y actividades inmersivas potencian sus beneficios terapéuticos y emocionales. Sin necesidad de tener un caballo propio, cualquiera puede vivir esta experiencia auténtica, transformadora y profundamente enriquecedora.

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En El Salvador, la equitación gana cada vez más terreno, no solo como disciplina deportiva, sino como una experiencia integral que combina equilibrio emocional, fuerza física, desarrollo personal y contacto con la naturaleza. Centros como Altamira Centro Ecuestre, la Escuela Salvadoreña de Equitación y otros en el país ofrecen clases para todas las edades y niveles: desde quienes buscan relajarse, hasta quienes sueñan con competir.

La relación entre jinete y caballo es el eje central de esta práctica. “El caballo es un ser profundamente sensible. Es un animal de presa, y por eso su nivel de percepción y empatía es altísimo. Incluso puede sincronizar su respiración y ritmo cardíaco con el de una persona”, explica Ximena López Figueroa, instructora en Altamira.

Este vínculo explica por qué la equitación se ha convertido en una aliada de la salud mental y emocional. El simple hecho de interactuar con un caballo puede reducir el estrés, aumentar la seguridad personal y apoyar procesos terapéuticos. “Un niño que logra dominar con respeto a un caballo de 1,200 libras desarrolla una autoconfianza que lo acompañará toda la vida”, afirma López.

montar a caballo fortalece músculos y mejora la coordinación, mientras el jinete aprende a comunicarse con su compañero equino.
Montar a caballo fortalece músculos y mejora la coordinación, mientras el jinete aprende a comunicarse con su compañero equino. / Foto Ever Flores

Montar a caballo: una experiencia de vida que va más allá del deporte

¿Nunca te has subido a un caballo? No hay problema. Tanto en Altamira como en la Escuela Salvadoreña de Equitación, la experiencia inicia desde cero: conocer al caballo, aprender a cepillarlo, ensillarlo y, finalmente, montar con seguridad. Las primeras clases se realizan con asistencia y bajo la supervisión directa del instructor.

“Solo necesitás pantalón, botas cerradas y ganas de aprender”, indica Hessel Carranza, del Complejo Ecuestre San Andrés. Los centros proporcionan todo el equipo necesario (casco, chaleco, montura) sin costo adicional. Y lo mejor: los precios son accesibles.

Los niños pueden comenzar desde los 5 años (algunos incluso antes), y los adultos también descubren beneficios únicos. Ya sea como pasatiempo, disciplina o experiencia emocional, montar a caballo ofrece una conexión especial y desafíos personales que enriquecen en cada etapa de la vida.

Experiencia de conexión, libertad y confianza

Aunque parezca que quien hace el esfuerzo es el caballo, el jinete también realiza un trabajo físico exigente. “Montar a caballo puede quemar hasta 600 calorías por sesión, porque el cuerpo está en constante ajuste para mantener el equilibrio, activar el centro de gravedad, dar las señales correctas al animal y acompañar sus movimientos”, señala Ximena López.

Durante una clase se ejercitan varios grupos musculares: abdomen, espalda baja, piernas, glúteos y brazos. También se desarrollan habilidades como coordinación, control postural e independencia de movimientos, ya que muchas veces se requiere actuar con una mano mientras se usa una pierna distinta, o mantener firme el torso mientras el caballo avanza.

Sin embargo, los beneficios van más allá de lo físico. Montar también fortalece la mente y las emociones. “Aprendés a manejar la frustración, el ego, y sobre todo, a levantarte después de una caída”, agrega López. Cada sesión enseña algo nuevo, con un compañero noble que no juzga, pero que exige atención, respeto y constancia. Son lecciones de vida que se aprenden sobre la silla de montar.

Te recomendamos: Equinoterapia en El Salvador: bienestar físico y emocional con caballos

En la Escuela Salvadoreña de Equitación también se imparten clases predeportivas y de equinoterapia, enfocadas en personas con discapacidad, condiciones neurológicas o necesidades motrices.

Las monturas y riendas forman parte del material básico que permite una práctica segura y cómoda de la equitación.
Las monturas y riendas forman parte del material básico que permite una práctica segura y cómoda de la equitación. / Foto Ever Flores

Más que montar: una comunidad que inspira

Además de las clases regulares, algunos centros ofrecen experiencias inmersivas como acampadas, convivencias y programas terapéuticos como el apapacho equino. En este espacio, el caballo se convierte en guía emocional para personas que buscan reconectar consigo mismas y manejar emociones como la ansiedad, el miedo o la tristeza.

Quienes practican equitación desarrollan no solo habilidades físicas como el equilibrio y la coordinación, sino también valores como la paciencia, la responsabilidad y el respeto por la vida animal. “Un buen jinete no solo dirige, también escucha y cuida. El caballo no es una herramienta, es un compañero”, resume López.

Ya sea como pasatiempo, deporte o terapia emocional, la equitación en El Salvador está al alcance de quien quiera vivir una experiencia auténtica y transformadora. No necesitás tener un caballo propio para empezar, solo curiosidad, respeto y el deseo de conectar.

Antes de montar, los jinetes aprenden a cepillar y cuidar al caballo, creando confianza y respeto mutuo.
Antes de montar, los jinetes aprenden a cepillar y cuidar al caballo, creando confianza y respeto mutuo. / Foto Ever Flores

¿Querés probar una clase?

Animate a tomar una clase de prueba. Podés contactar a diferentes centros ecuestres vía redes sociales, agendar una cita y empezar tu camino a caballo. Aquí tienes algunas opciones:

  • Altamira Centro Ecuestre: 7101-0879
  • Escuela Salvadoreña de Equitación: 7988-0816
  • Escuela de Equitación El Rincón de Navarra: 7489-3087
  • Club Ecuestre San Luis: 2228-7952
  • Rancho El Progreso: 7874-0277

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