"¡Yo no he hecho nada, sólo que no nos han pagado nuestro salario. A mí ya ni me fían en la tienda. ¿Por qué nos hacen esto, señores?!”, gritaba desesperada y ahogada en llanto la señora Argentina Ramos de Joma, empleada de la alcaldía de Soyapango, mientras era arrastrada por la soldadesca bukelista, una dramática escena que quedó registrada para la historia en las redes sociales y en las mentes de los salvadoreños. Otros sindicalistas fueron capturados en sus viviendas en el curso de ese día.
A esto se suma el hecho de que los policías destituidos en las últimas semanas no recibieron compensación por su retiro.
Irónicamente, a la par de estos atropellos, el Ministerio de Trabajo ha advertido que las empresas y negocios que no paguen sueldos y aguinaldos a su personal serán “fuertemente sancionadas”, rompiendo la regla de “o todos en el suelo o todos en la cama”; bajo un Orden de Leyes “todos somos iguales” pero obviamente y recordando la novela de George Orwell “Animal Farm”, la Granja de Animales, “todos son iguales pero algunos son más iguales”, lo que les faculta a recetarse visibles y abusivos privilegios.
Las alcaldías de toda la República están en quiebra, no pueden pagar los salarios de sus empleados en la mayoría de casos y a duras penas consiguen recolectar la basura y dar mantenimiento a calles y cementerios.
En La Unión, donde se construirá “un aeropuerto” para recibir y despachar avionetas, fueron los bomberos los enviados a recoger la basura, pues a fin de cuentas esa basura afectaba SU comunidad, SUS vecindarios, SUS familias….
Eventualmente la gente tendrá que tomar en sus manos tareas que en teoría, en cualquier país organizado, le corresponden a entes públicos y/o al gobierno central.
Cuando las municipalidades de la República comenzaron a exigir que se aprobara el FODES, los fondos municipales para realizar obras muy necesarias como lo establece la ley y se viene practicando desde hace muchos años, el régimen de inmediato puso sus ojos en ese dinero, por lo que estableció una entidad, “la DOM”, para recibirlo, pero que en la práctica no hay evidencias de que haga obras de verdadero beneficio público.
Por tal motivo es que en muchos municipios, como en el caso de Soyapango, los empleados no han recibido salario desde hace semanas, además de carecerse de fondos para tareas esenciales.
El régimen ha dejado “colgados de la brocha” a las alcaldías y a sus empleados
Al pasar a CAPRES el dinero del FODES, el que por las señales que se tienen de inmediato se embolsó el régimen, las municipalidades han quedado “colgadas de la brocha”, con muy pocos recursos para atender necesidades colectivas.
A esto se suma la cancelación del programa EDUCO por Sánchez Cerén, uno de sus múltiples desaciertos y que en estos momentos habría contribuido a resolver en alguna medida la grave penuria generada por el saqueo del régimen.
De acuerdo con observadores, las capturas en Soyapango son una advertencia para los sindicalistas y opositores y buscaban intimidar, sin éxito, a los organizadores de la marcha cívica del domingo, mostrando que a la soldadesca “no le temblará la mano” para reprimir, con los medios que sea, a otros salvadoreños, a personas, familias y colectivos que son víctimas del descalabro económico causado por las continuas ocurrencias y despilfarros del bukelismo, del hambre generada y la destrucción de Orden de Leyes perpetrado el 1 de mayo de 2021.
La marcha salió pese a las intimidaciones y retenes, dejándole al bukelismo el mensaje de que “no se puede engañar a toda la gente todo el tiempo…”.