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Aferrados a su statu quo a costa del planeta Tierra

Las soluciones tecnoambientales solo son una pieza más del tablero de ajedrez al que juegan las grandes empresas de combustibles fósiles, los grupos de poder y los políticos para conservar su hegemonía económica a costa de los recursos finitos del planeta.

Por Fredy Contreras

“El cambio climático volvió a batir récords por tierra, mar y aire en 2021” es la frase con la que inicia el  Informe sobre el Estado del Clima Mundial 2021, publicado el pasado 18 de mayo por la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

    En los últimos años, y como producto de una falta de compromiso serio por parte de la industria y los principales países emisores de contaminación, el mundo ha estado presenciando numerosas catástrofes medioambientales.

De acuerdo con los investigadores de la Oficina Meteorológica de Reino Unido, existe una probabilidad del 50 % de que la Tierra se caliente por encima de 1.5 °C en los próximos cinco años. Este es un indicador muy alarmante, principalmente debido a que ya son más de 6 años desde que los 55 países, que representan como mínimo el 55 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, ratificaran el Acuerdo de París. Si bien en este se comprometían a unir esfuerzos para que el calentamiento global no superara los 1.5 °C, poco se ha hecho por cambiar esta tendencia.

Como resultado de un compromiso flojo ante una transición hacia las energías renovables, magnates como Bill Gates y Elon Musk han invertido y propuesto soluciones basadas en la geoingeniería. Además, países como Reino Unido, Estados Unidos, Escocia y Noruega están destinando enormes cantidades de dinero para crear tecnologías que ayuden a la captación y almacenamiento de carbono.

Ahora bien, nadie malgasta todo su tiempo y sus recursos solo por ser un buen samaritano. ¿Cuántas veces hemos visto ese amor puritano hacia el prójimo?, más aún, por una causa tan noble como la de salvar al planeta del catastrófico cambio climático. Esos “buenos actos de fe” que se quieren atribuir las grandes potencias y las industrias al brindar soluciones rápidas ante las consecuencias del cambio climático no son más que tácticas de un statu quo fallido para aferrarse al sistema económico imperante.

¿Cuál es la verdadera razón por la que los gobiernos de los países ricos insisten tanto en implementar la geoingeniería? Las verdaderas intenciones no tienen como único fin contrarrestar los efectos del cambio climático debido a su falta de compromiso por reducir las emisiones de carbono, sino que se trata también de aumentar su poder sobre el control del planeta y no estancar el crecimiento exponencial de las industrias. Todo ello a través de la implementación de prácticas legítimas, pero poco éticas, por parte de los gobiernos, quienes ponen a merced de estos grupos todo el aparato estatal aún sobre el bienestar social.

La implementación de esas “soluciones” rápidas no develan más que los fuertes intereses políticos y económicos por parte de los gobiernos frente a la inviabilidad de llegar a un verdadero acuerdo de reducción de emisiones. Está más que claro que no importa anteponer sus intereses a las graves consecuencias ambientales que pueda causar. Lo único relevante es que no toquemos el bolsillo de los financistas que promueven estas tecnologías, que no buscan más que aliviar momentáneamente los síntomas del problema.

La sociedad actual está empezando a sufrir las consecuencias del cambio climático, las alertas cada vez son mayores. El futuro que le espera al planeta luce cada vez más lúgubre, sobre todo para los países pobres. Nos estamos sumergiendo a un escenario post distópico, en el que los recursos de la Tierra se agotan de manera acelerada y la vida es socavada por los intereses desmesurados de los grupos de poder para que la economía de mercado pueda subsistir sobre cualquier obstáculo.

¿Qué clases de seres humanos son esos que aman tanto el poder económico y la riqueza para anteponerla sobre la vida misma? Esos seres humanos que les resulta más aceptable el riesgo de seguir dañando a nuestro planeta antes que alterar al sistema económico dominante son los mismos que proponen soluciones efímeras e inequitativas a través del uso de la geoingeniería, cuya implementación no se trata de una necesidad técnica o científica; sino más bien, la de una élite que se aferra a seguir protegiendo sus riquezas y las de unos cuantos.

Las soluciones tecnoambientales solo son una pieza más del tablero de ajedrez al que juegan las grandes empresas de combustibles fósiles, los grupos de poder y los políticos para conservar su hegemonía económica a costa de los recursos finitos del planeta. Todo indica que parece no importarles las consecuencias sociales y medioambientales que puede causar el tratar de “jugar a ser Dios”, al buscar modificar la naturaleza del clima a nivel global a través de la tecnología. Esto siempre y cuando consigan seguir con el mismo sistema capitalista de producción sin adquirir un compromiso serio de cambiarlo.

Estudiante de Ingeniería de Negocios
Club de Opinión Política Estudiantil (COPE)

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