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¡Gracias por todo, Dr. Roberto Cerritos!

El Salvador está de luto. No hay forma de pagar tan inmensa labor a un médico que su vida fue entregada al servicio del necesitado, que creyó en él y no se amilanó a pesar de las adversidades.

Por Ricardo Lara
Médico

El Salvador ha perdido a uno de sus soldados más gloriosos, que dieron su vida, su tiempo, sus conocimientos, su alma a sus hermanos salvadoreños.


Lo digo porque lo conocí personalmente. Un hombre que se entregó en cuerpo y alma a atender, a servir, a educar a miles de pacientes diabéticos como dar todos sus conocimientos a cientos de médicos que tuvieron en el Maestro Dr. Roberto Cerritos a una luz que deja generaciones de excelentes médicos endocrinólogos.


Hablar del Dr. Cerritos es hablar de un titán, un pionero que hizo de la diabetes mellitus algo conocido para muchísimas personas que, hace décadas, apenas conocían tan terrible síndrome. Fue él quien llevó a cada familia salvadoreña que tenía algún paciente con tal dolencia, el alivio oportuno, hacer de una enfermedad desconocida y rodeada de mitos y tabúes, algo del diario vivir.


Vale la pena resaltar que fue la población más pobre la que resultó favorecida con tan indescriptible obra esculpida por un artista de la medicina como lo fue, lo es y lo será el Dr. Roberto Cerritos.


No hay palabras que llenen el vacío que deja este David, que desde un campo de batalla adversa como lo es un país pobre, se convirtió en un Goliat haciendo accesible medicamentos que para una persona de escasos recursos, era un imposible su adquisición.


Es el Dr. Roberto Cerritos quien con su visión funda A.S.A.D.I. y deja un inmenso legado donde el paciente diabético tenía otro hogar, personal de la más alta calidad humana, proveer insulina a todo aquel que la necesitara, proveer dignidad al enfermo, brindar educación a sus alumnos. La verdad es que nos quedamos cortos con toda la obra que A.S.A.D.I. realiza día con día. Fundar A.S.A.D.I. es entregarse en cuerpo y alma a sus pacientes.


El Salvador está de luto. No hay forma de pagar tan inmensa labor a un médico que su vida fue entregada al servicio del necesitado, que creyó en él y no se amilanó a pesar de las adversidades.


Lamentablemente me pregunto ¿qué hace un país para con esta gente que vienen al mundo solo a dar lo mejor de sí? ¿Cumplió el Juramento de Hipócrates el Dr. Roberto Cerritos? ¡De sobra! Es más, él es un juramento, un hombre al que El Salvador le debe tantísimo y no veo la forma de poder retribuir un poco apenas de lo tanto que el dio.


El país hizo un antes y un después cuando el Dr. Roberto Cerritos decide darle un giro al timón de la salud de El Salvador y se enfoca en hacer de la diabetes mellitus una enfermedad para que la gente supiera cómo tratarla, las medidas preventivas, una educación continua, una fuente donde la medicina siempre estuviera disponible, sabedores de que la insulina no siempre fue un medicamento de fácil acceso.


El país ha pasado por trabas en que todo escaseaba; sin embargo, este guerrero no se dio por vencido, decidió darle un rostro de bondad y atención a una enfermedad para muchos desconocida. Así, poco a poco, es el paciente que adolece de tal síndrome el único ganador.


Pocas veces se ha visto tan grande interés en que una enfermedad “rara” sea posible manejarla y tenemos pacientes educados, que conocen de la mejor manera qué es la diabetes mellitus.


El Salvador ha tenido excelentes médicos; sin embargo, la visión de servir al paciente más necesitado no es para todos. Es aquí donde esos hombres se crecen, entre más peldaños se deban subir o liberar tantas cerraduras, más fuerzas toman, nada los detiene y vale la pena reconocer la grandeza del Dr. Roberto Cerritos en la historia de la medicina del país, sin olvidar la parte humana de aquel hombre sencillo y accesible que deja un legado difícil de imitar.


Médico.

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Diabetes Medicina Opinión

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