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Febrero y las clases

”Februum era en latín sacrificio y expiación, y februo era purgar, purificar. De aquí vino a decirse februarius (el tiempo de la purificación), y en castellano, febrero/hebrero”.

Por Carlos Alberto Saz

Febrero es el segundo mes del año, el más corto del calendario, que sólo tiene 28 días en los años comunes, y 29 en los bisiestos.


La voz ‘febrero’ es grave o llana porque su mayor fuerza de voz recae en la penúltima sílaba, en ‘bre’ (fe-bre-ro) y sólo llevan tilde las llanas que terminan en ‘z’, como en cáliz Cádiz, Rodríguez, Henríquez, Fernández, etc.


Derivadas de la palabra ‘febrero’ son, por ejemplo, febrerino y febrerina. Una población que celebre sus fiestas patronales en febrero se denominarán Fiestas Patronales febrerinas (y no ‘febreras’).


Los días, los meses y las estaciones deben escribirse con minúscula inicial: enero, febrero, marzo, abril … septiembre (o setiembre), junio, julio… verano, otoño, invierno (o hibierno).

A menos que esos nombres sean el título de un tema (como en el presente caso), o –naturalmente- que vayan después de punto.


Pues bien, referente al tema, en el libro Origen de las palabras extrafalarias, del lexicólogo y gramático español, doctor José Calles Vales, encontramos la siguiente información acerca de febrero:

"febrero. Voz masculina. Alude al segundo mes del año, el más corto del calendario, con sólo veintiocho días, o veintinueve si da el caso que es año bisiesto.


"En latín se llamaba februarius de donde >febrero, porque es voz semiculta, ya que la forma popular es hebrero, anticuada y prácticamente olvidada. El mes de febrero, como otros tantos, fue nombrado por Numa Pompilio y se dedicó a las purificaciones. Consistían éstas en hacer sacrificios a Plutón (dios de los infiernos), con el ánimo de que los muertos descansaran en paz, y se encendían luminarias en los sepulcros.


"Durante el mes de las purificaciones o purgaciones, no se celebraban matrimonios, ni se utilizaban instrumentos musicales: era un mes considerado nefasto, y por esa razón era el último del calendario romano y lo hicieron más corto.


"Februum era en latín sacrificio y expiación, y februo era purgar, purificar.


"De aquí vino a decirse februarius (el tiempo de la purificación), y en castellano, febrero/hebrero”.

Si los niños están enfermos, nos los mande a la escuela
Sí, no los mande ni a la escuela ni al colegio, esto es si ellos presentan síntomas gripales. Así lo recomienda el Ministerio de Salud Pública.


La recomendación del Minsal dice así: “Las clases en el sector público arrancan el 6 de febrero, y aunque los casos de covid 19 han bajado, el Minsal pide precaución.


“El Ministerio de Salud (Minsal) recomienda a los padres de familia y cuidadores niños no enviar a estudiantes con síntomas gripales a los centros educativos.


“Si la mamá se da cuenta de que su hijo tiene problemas respiratorios, que no lo mande a clases. Estas son cuestiones de información y aprendizaje que nos dejó la pandemia del covid 19, dijo ayer el ministro de Salud, Francisco Alabí, en la entrevista matutina de la radio YSKL.


“Si el maestro detecta a un niño con temperatura o con otra situación similar, pues se debe proceder a retirarlo al hogar y coordinar con el sistema de Salud para que se le haga una visita por parte del primer nivel de atención, expresó Alabí”.}


“Epidemiólogos han considerado, además, que los docentes usen mascarilla”.

Y es que, realmente son los reyes del hogar. El niño merece todo respeto, toda consideración y las atenciones requeridas para que se mantenga sano de cuerpo y espíritu. De cuerpo, en el sentido de que mantenga el aseo de su organismo; y de espíritu, de que practique normas éticas y morales, como el compañerismo, el respeto hacia sí y a los demás; de tal manera que en el mañana sea una persona emocionalmente equilibrada, capaz de aportar lo mejor de sí, a la familia, a la comunidad y a la patria en general.


Y es que, como recomendó el filósofo poeta Juvenal: “Dadle amor a un niño y ganaréis un gran amor”.

Y la insigne maestra y poetisa chilena Gabriela Mistral, que laboró por muchos años en escuelas de ese país, dijo: “Niños, después de muchos años, cuando yo sea un montoncito de polvo, jugad conmigo, con la tierra de mi corazón y de mis huesos. Y ese montoncito, pisadlo a cada instante porque a cada instante me conmovieron los niños, de tristeza y de dolor”.


Y es que “Criemos niños seguros de sí mismos”, dice en su libro el psicólogo, doctor C. James Dobson. Editorial Betania. México, 1996.


Y agrega que “Desde una temprana edad el niño comienza a aprender la importancia social de la belleza física. Los valores de la sociedad en que vive no pasan inadvertidos a sus pequeños oídos, y muchos adultos ni siquiera tratan de ocultar sus prejuicios. Es asombroso ver cuán eficazmente enseñamos a nuestros pequeños hijos a rendir culto a la belleza. Al examinar la literatura tradicional de la infancia, me sorprendió ver cuántas de las historias, incluso las más antiguas, tienen que ver con la belleza física, de una o de otra forma”.

Maestro, sicólogo, gramático.

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