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Remesas y exportaciones impulsan crecimiento y no políticas de gobierno

La agencia inglesa EMFI también apunta que aunque el gobierno ha aplicado políticas para promover el turismo, lo que estimuló crecimiento en el segundo trimestre fue el consumo público y el impulso del crédito.

Por Katlen Urquilla | Oct 12, 2023- 05:30

Las remesas forman parte importante de la economía de muchas familias salvadoreñas. Foto/ Referencia

Una vez más las cifras no mienten y contrastan con el discurso: la economía salvadoreña sigue impulsada, sobre todo, por las remesas y por las exportaciones, lo que implica que son factores externos y no precisamente las políticas internas los motores económicos del país.

Así lo señala el último informe de la agencia inglesa Emerging Finance (EMFI) sobre cómo se comportó la economía salvadoreña en el segundo trimestre de 2023, la cual va a la cola de los demás países de Centroamérica.

“La economía salvadoreña ha mostrado un crecimiento promedio de 2.1% durante los últimos 20 años, muy por debajo del resto de países centroamericanos”, dice en el documento.

Agrega que durante el primer trimestre del año, la variación del Producto Interno Bruto (PIB) fue de sólo 0.8% en el último año, pero indica que de acuerdo a los datos recientemente publicados por el Banco Central de Reserva (BCR), la economía se aceleró durante el segundo trimestre, creciendo 3% en el mismo período entre 2022 y 2023.

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EMFI destaca qué es lo que incidió en ese impulso económico. “El aumento del consumo privado y público, junto con un menor déficit de la balanza de bienes y servicios, estuvieron detrás de tan buen desempeño”, afirma.

El análisis apunta que en el sector exterior, el déficit de la balanza por cuenta corriente se redujo a $61 millones, frente a los $590 millones del mismo trimestre de 2022, debido principalmente a una caída del 12.2% de las importaciones, sobre todo de productos manufacturados, incluidos los productos intermedios para la industria textil, y también a un descenso del 6% de la factura de importación de petróleo y gas.

“Aunque las exportaciones de bienes disminuyeron un 6.5%, las de servicios crecieron un 4.3% gracias a un repunte del 30% interanual de las llegadas de turistas internacionales, lo que hizo que las exportaciones totales disminuyeran sólo un 2%. Además, las remesas aumentaron un 5.6% interanual, compensando completamente el déficit de la balanza comercial de bienes y servicios”, resume el informe.

De acuerdo con el análisis de la financiera, “el crecimiento de El Salvador sigue dependiendo en gran medida de los componentes externos, principalmente las remesas y la demanda externa de productos y servicios”.

Según los datos, en el segundo trimestre las exportaciones netas contribuyeron en un 3.2% al crecimiento del PIB debido a que la caída de las importaciones fue superior a la de las exportaciones.

¿Cuáles son los motores del crecimiento económico?

EMFI detalla que los motores que han incidido en el crecimiento del 3% que el gobierno anunció recientemente fue impulsado, principalmente, por los sectores de la construcción, los servicios gubernamentales, el suministro de electricidad y las actividades financieras y de seguros, que contribuyeron con el 1.27%, el 0.57%, el 0.5% y el 0.47%, respectivamente.

“El sector de la construcción, que representa en torno al 6% del PIB, ha crecido de forma sostenida en los últimos años gracias al aumento de la inversión, tanto privada como pública, y este año se ha visto favorecido por la bajada de los precios de los materiales, especialmente el cemento y los derivados del petróleo”, indica.

Añade que las actividades financieras y de seguros también han crecido en los últimos años, con un aumento de los préstamos del 7.5% interanual en junio.

EMFI advertía en un informe anterior que el BCR podría recortar las tasas de reservas de liquidez de los bancos locales, es decir los ahorros que deben mantener guardados en caso de retiros masivos, con el objetivo de que le prestaran más dinero al gobierno.

Pero en este análisis apuntan que eso no ha sucedido, pues a finales del mes pasado el BCR mantuvo los mismos niveles de reservas. Sin embargo, la agencia sí señala que “el nivel de las reservas obligatorias sigue siendo bajo, lo que aumenta la vulnerabilidad del sistema financiero”.

La financiera destaca que otros sectores, como las actividades de ocio, el transporte y la hostelería, se vieron impulsados por el turismo. De hecho, menciona que en los primeros seis meses de este año las llegadas de turistas alcanzaron los 1.66 millones, aumentando un 30% respecto al mismo periodo de 2022.

Y cita que según la Organización Mundial del Turismo, El Salvador es el cuarto país con mayor crecimiento en la llegada de turistas a nivel mundial y el primero en la región.

¿Han ayudado las políticas del gobierno de Bukele?

Según la financiera inglesa, se pueden destacar algunas políticas implementadas por el gobierno de Nayib Bukele que habrían ayudado a la economía, pero afirma que eso no ha sido determinante.

En el análisis plantea que si bien el gobierno ha estado promocionando El Salvador como destino turístico, especialmente para la práctica del surf, y acogiendo diversos eventos internacionales, como los Juegos Centroamericanos y del Caribe, los ISA World Surfing Games, y próximamente el Miss Universo, considera que “el turismo aún está lejos de ser uno de los principales impulsores del PIB, representando sólo el 6.7% del PIB en 2022”.

Este argumento contrasta con el discurso de las autoridades del BCR.

“La economía salvadoreña registró un crecimiento de 3% en el segundo trimestre de 2023, gracias al impulso de la construcción y al aumento del turismo local e internacional”, indicó la institución en sus redes sociales a finales de septiembre.

EMFI dice que en realidad en el segundo trimestre de este año los sectores relacionados con el turismo contribuyeron sólo con el 0.3% del crecimiento total del 3%.

El Ministerio de Turismo destaca en su informe de labores de 2022-2023 la ejecución de proyectos de Surf City Foto EDH/ Yessica Hompanera

Para la financiera, las políticas que sí estimularon el crecimiento en mayor medida están relacionadas con el aumento del consumo público y la disminución de las reservas obligatorias, pero considera que “es objeto de debate si un mayor consumo público puede impulsar el crecimiento a largo plazo”.

Agrega que algunos estudios sugieren que el consumo público no afecta al crecimiento y otros proponen que depende de las áreas a las que se destine el gasto, siendo la educación o la salud las que impulsarían el crecimiento a largo plazo. ¿Pero cómo está el país en esas áreas?

El informe apunta que “aunque en El Salvador el gasto en educación ha crecido un 34.6% entre 2019 y 2022, y el gasto en sanidad ha subido un 70% (marcamos esta mejora con un asterisco porque los gastos sanitarios se dispararon para hacer frente a la pandemia), el gasto total ha aumentado un 36.1%, con partidas como los gastos presidenciales disparándose casi un 80% en el mismo periodo”.

Los sectores golpeados

Sin embargo, el análisis plantea que la principal industria del país, es decir el sector manufacturero, se ha visto afectado negativamente por la reducción de la demanda externa, concretamente de Estados Unidos.

“El sector manufacturero, que representaba el 15.5% del PIB en 2022, acumula cinco trimestres consecutivos de caída, disminuyendo un 2.5% en el último trimestre. Por esta razón, los inventarios han estado cayendo, perjudicando el crecimiento del PIB”, dice en el informe.

Pero agrega que en el segundo trimestre de 2023, la disminución fue menor que en los dos trimestres anteriores, cuando registró una caída media del 4.9%.

Del mismo modo, el sector agrícola se vio afectado por las adversas condiciones meteorológicas, cayendo un 0.7% interanual.

Efectos de la canícula en los cultivos. Foto EDH/ Menly González

En vista de los resultados que han tenido todos los sectores entre enero y junio, EMFI hace una actualización de su proyección de crecimiento económico para este año al pasarlo del 1.3% al 2.1%, lo cual está en consonancia con los pronósticos de otros organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) que vaticina un 2.2%.

Sin embargo, afirma que sigue siendo más pesimista que el 2.6% proyectado por el Banco Central.

Para la financiera, existen riesgos a la baja para el próximo año, entre ellos la ralentización económica de EE.UU. y el aumento de los precios del petróleo. “Por lo que creemos que la economía salvadoreña se desacelerará hasta el 1.9%, lo que supone un ajuste de 30 puntos básicos frente a nuestra anterior previsión del 1.6%”, dice el informe.

Y cita que el Banco Mundial publicó recientemente que espera que El Salvador registre el crecimiento más bajo de la región en 2023 y 2024.

La agencia opina que aunque el gobierno de El Salvador no controla condiciones externas que afectan a toda la región, “todos los países centroamericanos con datos disponibles, crecieron más rápido que El Salvador durante los dos primeros trimestres del año”. Y acota: “Parece que los esfuerzos del gobierno salvadoreño no son suficientes para sacar al país de la cola”.

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