El Salvador y Costa Rica lideran la digitalización de certificados de vacunación en las Américas
El Salvador y Costa Rica son los primeros en América en emitir certificados digitales de fiebre amarilla bajo estándares de la OMS, marcando un avance regional.
Por
Evelyn Alas
Publicado el 22 de noviembre de 2025
El Salvador y Costa Rica se convirtieron en pioneros en las Américas al emitir certificados digitales de vacunación contra la fiebre amarilla según estándares de la OMS. Este avance forma parte de la Ruta Panamericana de Salud Digital, impulsada por el BID y la OPS, que busca modernizar los sistemas de salud en la región. La iniciativa facilita la movilidad internacional, mejora la seguridad sanitaria y reduce trámites innecesarios. Aunque el certificado en papel sigue vigente en algunos países, la digitalización representa un paso clave hacia sistemas de salud más conectados, seguros y eficientes en América Latina y el Caribe.
La adopción de certificados digitales de vacunación para la fiebre amarilla en la región posiciona a los países de Centroamérica como pioneros en salud digital, gracias al esfuerzo conjunto entre gobiernos, instituciones multilaterales y estándares internacionales. Este avance ofrece una herramienta clave para la conectividad sanitaria, la protección pública y la movilidad internacional segura.
Un hito regional en salud digital
Los gobiernos de El Salvador y Costa Rica han logrado emitir certificados de vacunación digital contra la fiebre amarilla conforme a los estándares de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a través de su Red Global de Certificación en Salud Digital (GDHCN). Con este logro, las Américas se convierten en la primera región del mundo en emitir este tipo de documentos bajo estándares internacionales, una acción que conecta innovación tecnológica con salud pública.
Actualmente, algunos países siguen exigiendo el certificado internacional en papel para el ingreso de viajeros, por lo que ambos formatos —digital y físico— se mantendrán en paralelo. Esta transición garantiza la continuidad operativa mientras se amplía el reconocimiento del nuevo sistema digital a nivel global.
Este avance se enmarca en un proceso más amplio de transformación digital impulsado por la Ruta Panamericana de Salud Digital (PH4H), una iniciativa del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que busca fortalecer los sistemas de salud en América Latina y el Caribe mediante tecnologías interoperables y seguras.
Oportunidades para emprendedores, la diáspora y el ecosistema tech
Para emprendedores salvadoreños, así como para inversionistas y empresas interesadas en el mercado regional de salud digital, este avance abre un abanico de posibilidades. Desde el desarrollo de plataformas de verificación hasta soluciones de ciberseguridad, identidad digital o integración de sistemas de salud, se presentan nuevas oportunidades en un sector con creciente apoyo institucional.
La diáspora salvadoreña también podría beneficiarse directamente. Quienes viajan con frecuencia a países con requisitos sanitarios pueden contar con un respaldo digital más confiable, menos propenso a extravíos o fraudes. Además, la implementación de certificados digitales puede facilitar el acceso a servicios médicos en la región, evitando trámites redundantes o vacunaciones innecesarias.
Los certificados digitales también mejoran la imagen internacional del país, al mostrar que El Salvador está alineado con estándares internacionales de salud y tecnología. Esto puede atraer inversión extranjera directa y generar oportunidades en sectores complementarios como turismo médico, educación en salud digital, o servicios tercerizados para sistemas de información en salud.

Cómo se alcanzó este avance
El Salvador y Costa Rica lograron este hito gracias a una combinación de voluntad política, cooperación técnica y fortalecimiento institucional. A través de programas como las conectatones nacionales y regionales, el apoyo técnico de la Red de América Latina y el Caribe para la Salud Digital (RACSEL), y la coordinación con la OPS y el BID, se fortalecieron las capacidades locales para emitir certificados digitales conforme al Reglamento Sanitario Internacional (RSI 2005).
Las recientes enmiendas al RSI, vigentes desde septiembre de 2024, permiten que certificados como los de fiebre amarilla —y en algunos casos, polio— puedan ser emitidos digitalmente, garantizando autenticidad, protección de datos y validez internacional. Este cambio normativo fue clave para que los países miembros de la Red GDHCN comenzaran a crear “dominios de confianza” que les permiten reconocer mutuamente sus certificados.
El evento “Ruta Panamericana de Salud Digital: Impulsando la innovación y la conexión de las Américas”, realizado en San Salvador, sirvió como espacio para formalizar la incorporación de doce países a este dominio de confianza regional, consolidando una red que avanza hacia la interoperabilidad y el reconocimiento transfronterizo de certificados sanitarios.
El Gobierno de Japón también ha jugado un rol estratégico, convirtiéndose en el primer donante oficial de la Ruta Panamericana, con una contribución de $5 millones destinados a proyectos de transformación digital en salud pública en América Latina y el Caribe.
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Beneficios inmediatos y retos pendientes
Los certificados digitales ofrecen múltiples ventajas:
- Mejoran la eficiencia del sistema sanitario al evitar duplicación de vacunas y reducir gastos innecesarios.
- Aumentan la seguridad pública al permitir acceso a información sanitaria confiable en tiempo real.
- Previenen fraudes mediante tecnologías de validación, reduciendo el uso de certificados falsificados.
- Promueven una movilidad internacional más fluida y segura para viajeros frecuentes, personal diplomático o trabajadores de organizaciones internacionales.
A pesar de estos avances, todavía existen desafíos. La mayoría de los países emisores debe mantener una doble operatividad (formato digital y físico) hasta que haya un consenso global. También es necesario reforzar la protección de datos personales, garantizar el acceso equitativo a estas herramientas en zonas rurales o con baja conectividad, y capacitar a personal médico y administrativo en el uso de plataformas digitales.
Además, la interoperabilidad total requiere que los sistemas nacionales se ajusten a marcos técnicos compartidos, lo cual implica inversiones sostenidas en infraestructura, normativas actualizadas y una visión de largo plazo. Sin embargo, con el respaldo de organismos multilaterales y el compromiso creciente de los gobiernos, el camino hacia una salud más conectada en América Latina y el Caribe ya está en marcha.
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