La caída del Muro de Berlín ocurrió el 9 de noviembre de 1989, fue construido en el momento más tenso de la guerra fría y permaneció en pie durante 28 años como símbolo de la división y la represión en Europa Oriental y de uno de los momentos más difíciles de las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Soviética.
En un principio fue una alambrada construida mientras Berlín dormía durante las noches del 12 al 13 de agosto de 1961.
“Aquella noche de domingo fueron movilizados 40 mil soldados y policías de la República Democrática Alemana, que se situaron en los pasos de cruce entre los sectores de la antigua capital germana y levantaron las alambradas que aislaron el sector soviético de los occidentales de Berlín.
El muro, llamado “de la vergüenza” en Occidente y “muralla de protección antifascista” en el Este. (…) Tenía 169 kilómetros de cemento y alambradas con dispositivos mortales contra quienes intentaran la fuga. Disponía de 300 torres de vigía, 52 bunkers y 252 caminos para perros, con campos de minas y potentes focos”, publicaba El Diario de Hoy en la edición del 12 de noviembre de 1989.
La caída del Muro de Berlín fue un hecho sin precedentes que marcó la historia, pero durante los años que estuvo en pie, también dejó casos de huidas y víctimas del muro.
El 19 de agosto de 1961 murió Rudolf Urban, quien se considera fue la primera víctima mortal del muro. Intentó cruzar desde la parte del Este a Berlín Occidental, murió al querer bajar con una cuerda desde la ventana de su casa a la acera de la calle Bernauer Str. 44.