Alemania celebra su histórica reunificación como nación

La unificación de las dos Alemanias viene precedida de la caída del Muro de Berlín, el 9 de noviembre de 1989. En un reflexivo discurso, el embajador alemán en el país, llamó a que se ponga atención en los retos que afronta El Salvador.

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Foto EDH / Marcela Moreno

Por Roberto Alas

2019-10-04 4:30:14

La embajada de Alemania en El Salvador celebró el 3 de octubre el Día de la Unidad de Alemania. La fecha es muy significativa en la historia reciente del mundo, ya que marca el día en que Alemania del Este y Alemania Oeste volvieron a ser una sola nación.

La celebración de la Unidad de Alemania también va precedida de una fecha que marcaron nuevos tiempos, como lo fue la Caída del Muro de Berlín, efemérides que el próximo 9 de noviembre se celebrarán 30 años.

En el país, la celebración fue encabezada por el embajador alemán, Bernd Finke, y a la que acudieron representantes de las delegaciones diplomáticas acreditadas en el país, funcionarios del gobierno, diputados de la Asamblea Legislativa, el presidente de la Corte Suprema de Justicia, entre otros invitados especiales.

En un reflexivo discurso, Finke expresó que “los acontecimientos que marcaron una época y que marcaron el final de la Guerra Fría son poco más que un capítulo del libro de historia. La caída del muro de Berlín también tiene algunas lecciones importantes para las generaciones más jóvenes que vale la pena recordar”.

Entre esas lecciones, el diplomática indicó que una de ellas es que el destino de un país no está determinado por la clase política, sino por sus ciudadanos individuales y la población civil, quienes pueden mover el mundo entero. Como uno de los ejemplo se refirió a Greta Thumberg, la joven que con su discurso a favor del cambio climático en las Naciones Unidas movió a miles de personas.

Otro de las lecciones relevantes, expresó el embajador, es que la democracia, los derechos humanos y la libertad, deben de ser defendidos y ganados una y otra vez porque, si bien “el muro de Berlín ha desaparecido, pero en los últimos 30 años hemos construido muros nuevos y diferentes, no solo de acero y hormigón, sino muros en nuestras cabezas”.

Finke explica que esos muros son la intolerancia hacia la libertad de género, redes sociales utilizadas para expresar odio, irrespeto a los derechos humanos, entre otros.

“Es triste que el sueño del nuevo Orden Internacional, el triunfo mundial de la democracia y los derechos humanos soñados tras la caída del Muro de Berlín no se hayan hecho realidad, que el mundo de hoy parece estar en una crisis permanente; pero esto no nos debe llevar a la depresión y al desaliento, sino a un mayor compromiso más humano”, indicó.

Foto EDH / Marcela Moreno

Sus deseos para El Salvador

En el Día de la Unificación de Alemania, Bernd Finke también se refirió a El Salvador expresando tres deseos, los cuales se pueden cumplir bajo una fuerte voluntad política y un compromiso de la sociedad civil.

“Desearía que este hermoso país fuera finalmente salvado, salvado de la violencia, de la corrupción, de la migración y de la desigualdad social”, enfatizó el diplomático.

Esos fenómenos sociales pueden erradicarse, indicó, si la clase política del país, los empresarios, la comunidad internacional, los medios de comunicación, la sociedad civil y las Iglesias se unen.

Su segundo deseo es, dice Finke, la protección a los derechos humanos, en donde esté prohibida la discriminación por motivos de género, orientación y libertad sexual o discapacidad.

Estos derechos no deben limitarse a los muros de las cárceles, las cuales en el país están hacinadas, sino a dejar el miedo a conceder a otras personas sus derechos humanos, los cuales son inalienables, dijo el diplomático.

Finke se refirió, además, a las redes sociales, que en la actualidad tienen su lado oscuro con discursos de odio, estigmas, persecuciones e insultos que se dan en las disputas políticas como en la convivencia interpersonal.

“Espero que nuestras sociedades no se vean sometidas a la tentación populista de convertir las redes sociales en un teatro de guerra, donde la decencia, la veracidad, el respeto a los demás y a los críticos ya no tengan cabida”, pidió el embajador.

Para ello es necesario la empatía y la unidad, además de contribuir a que la paz y la esperanza emanen de cada una de las personas, porque solo así caerán “los muros de acero hormigón de nuestra cabeza” para alcanzar una victoria de la solidaridad sobre el egoísmo, aseguró.