Recientemente, el canciller ucraniano, Dmytro Kuleba, dijo a un grupo de periodistas de varios países latinoamericanos que es urgente, para efectos de ganar la guerra, el acceso a armamento y equipo militar avanzado.
Por ello, resaltó que uno de los principales esfuerzos de la cartera que dirige, el Ministerio de Asuntos Exteriores, es el de gestionar no solo apoyo financiero para su país, sino también armamento, municiones y vehículos militares.
Estas gestiones han dado resultado: alrededor de diez países se han comprometido a enviar tanques para apoyar el frente de guerra, además de equipo antimisiles y otros aparatos tecnológicos que puedan apoyar su resistencia.
Sin embargo, esto aún es insuficiente para poner el destino de la guerra en sus manos, explicó Kuleba. Por ello, enfatizó que es importante seguir dotando de herramientas a los ucranianos para ganar esta guerra y explicó que esta guerra no solo atañe a su país, sino a todos los que creen que en el mundo hay reglas y que no aceptan la idea de que una nación grande pueda invadir a su antojo a sus vecinos más pequeños.
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“Si no tenemos armas y Rusia sí, Rusia ganará”, resumió el ministro ucraniano de exteriores.
Mensaje a los que se resisten
Para Dmytro Kuleba, es entendible que algunos países lo piensen más de una vez antes de comprometerse a enviar armamento.
Sin embargo, le parece inaceptable el argumento esgrimido por algunos, quienes justifican su reticencia a enviar armas en que buscan la paz y quieren evitar escalar el conflicto.
“Los que dicen que no apoyarán a Ucrania con armas porque incrementará la guerra, dicen en realidad que no quieren que Ucrania luche”, afirmó Kuleba.
Y recalcó: “cuando dices que no envías armas porque quieres paz, eso no significa que los países que sí mandan armas no quieren paz. Ellos también quieren paz”.
El canciller subrayó que el país que más paz quiere en estos momentos es precisamente el suyo, Ucrania. Y es precisamente por eso que urgen al mundo el armamento, para terminar de una vez por todas una invasión que no solo amenaza a sus Fuerzas Armadas, sino a sus ciudades, a sus civiles y a su misma existencia como nación.
“Queremos paz, lo que no queremos es ser destruidos como país, ver a nuestras ciudades por los suelos, a nuestros hijos y mujeres violados y asesinados y sepultados en fosas masivas con las manos atadas. Para evitar que pase, necesitamos armas”, dijo.
Y concluyó: “La narrativa de no enviar armas porque quieres la paz no aguanta el filtro de la realidad. Si no la envías está bien, es una decisión soberana, pero no cubras esta decisión pragmática con la palabra ‘paz’”.
No es solo Rusia
Kuleba ha dedicado muchos esfuerzos a dialogar con su pares de Europa, de Norteamérica y, más recientemente de Latinoamérica. A ellos les ha pedido que, si no pueden enviar armas, al menos sean claros y contundentes en sus condenas a esta invasión.
La neutralidad, añadió Kuleba, tampoco aporta al conflicto porque termina validando que un país poderoso como Rusia invada a otros.
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“Si un país no condena la agresión rusa a Ucrania, este país abre el camino a otros agresores y otros que quieran solucionar problemas por la fuerza y no respetan el derecho internacional”, explicó el diplomático.
Asimismo, explicó que esta guerra “no es un ataque solo a Ucrania, sino a las reglas básicas en que se basa el mundo: un vecino no puede atacar a otro. Si eres más fuerte, no tienes derecho a atacarlo. Si tienes diferencias, deberías resolverlas por la diplomacia”.
Por ello, enfatizó que, a un año de atrocidades, si un país no condena esto abiertamente, “este país quiere vivir en un mundo sin reglas donde la fuerza resuelve los problemas”.