Joanna, una de las nueve asesinas seriales más crueles que quería matar a nueve hombres

La mujer británica, de 38 años cumplió su sueño: ser famosa y causar terror.

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Joanna admitio haber asesinado a tres hombres, Londres, Gran Bretaña. Foto The Grosby Group

Por N. Hernández

2020-10-07 11:38:08

Joanna Dennehy, de 38 años, está considerada como  una de las nueve asesinas seriales más crueles de Gran Bretaña. Ella cumplió su sueño: ser famosa y causar terror.

Joanna quería matar a nueve hombres, no se sabe por qué escogió la cifra pero aseguró que quería “conseguir fama, bucear en su propia frialdad y divertirse”.

Con cuchillo en mano inició su plan un día de marzo de 2013, pero antes de ser una asesina serial fue una niña amable y dulce. Una niña que lloraba si por error mataba un gusano y luego lo llevaba a su cama para dormir con él. También fue una madre cariñosa con sus dos hijos, actitudes contrarias a la habitual creencia de los expertos en psiquiatría sobre la historia personal de los asesinos violentos.

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Ella nació en 1982 y creció en las afueras de Londres, en Harpenden, una pequeña ciudad de Hertfordshire. Su niñez, en apariencia feliz, transcurrió en una casa grande de cuatro habitaciones con un acogedor jardín.

Su objetivo era asesinar a nueve hombres para lograr fama y temor. Foto The Grosby Group

María, su hermana menor, asegura que Joanna no era nada agresiva y siempre la defendía de quienes la molestaban, pero todo cambió cuando cumplió los 13 años, fue en esa época que empezó a escaparse del colegio, fumar, embriagarse y tomar una actitud de rebeldía contra sus padres.

Kevin y Kathleen eran un poco estrictos, les dedicaban mucho tiempo y esperaban bastante de Joanna por su inteligencia, ellos tampoco entendieron el por qué del cambio repentino de su hija mayor.

Cuando tenía 13 años se escapó de su casa con un joven de 18, tiempo después regresó. Robarles dinero para el consumo de alcohol y drogas se hizo más frecuente.

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A los 15 años empezó un noviazgo con John Treanor, él tenía 20 años y a pesar de la insistencia de su padre en que ella era una menor de edad, John no la dejó. Joanna cumplió 16 años y se fue con él, de 17 estaba embarazada de su hija Shianne, tres años más tarde llegó su segundo hijo. Durante este tiempo abandonó las drogas y el alcohol para dedicar tiempo a sus hijos y cuidar de ellos, pero esto no duró mucho tiempo.

Al poco tiempo de haber tenido a su segundo hijo empezó a salir a fiestas y los excesos llegaron de nuevo, hasta dos botellas de vodka al día. Llegaba a casa ebria y drogada, en estas ocasiones golpeaba a John y lo pateaba.

En 2009 Joanna lo amenazó con una daga de 15 centímetros, John decidió separarse de ella y llevó consigo a sus dos hijos, tenían 10 y 7 años. No volvió a saber nada de ella, hasta que cometió los crímenes y lo buscaron para declarar.

En 2012 estuvo presa por agresión, en el hospital de la ciudad de Peterborough la diagnosticaron con personalidad antisocial. Cuando salió de la cárcel conoció a Kevin Lee, de 48 año, él le alquiló una habitación y le dio trabajo. Él fue una de sus víctimas, pero también tuvieron un romance.

Nunca mostró remordimientos por sus hechos. Foto The Grosby Group

Ella era bella, controladora, sexy y provocativa. Ojos azules, rasgos perfectos, pelo lacio y rubio se complementaban con sus piercings en la lengua y la nariz y con tatuajes por todo su cuerpo. Audaz y entradora sabía camuflar su carácter agresivo. Los hombres no se le resistían.

Su primera víctima fue el polaco Lukasz Slaboszewski, de 31 años. Lo citó en una casa de Welland, en el extremo norte de Peterborough, el 19 de marzo de 2013. Él llegó con promesas de un intenso encuentro sexual, pero apenas traspasó la puerta, ella le atravesó el corazón con un pequeño cuchillo. Luego, arrastró el cadáver y lo metió en el contenedor de basura de la calle. Joanne paró a una adolescente de unos 14 años, que pasaba por allí de casualidad, y sin escrúpulos le mostró el cuerpo de Lukasz.

Joanna quería que su víctima fuera hallada y convertirse en protagonista. Pero eso no ocurrió porque la adolescente, quizá muy asustada, no habló. Frustrada, diez días después, el 29 de marzo, asesinó a su compañero de vivienda, John Chapman, de 56 años. Era un exmarino, veterano de la guerra de Malvinas. Si bien la policía concluyó que lo apuñaló mientras dormía indefenso, Joanna sostuvo lo contrario: dijo que lo acuchilló porque él no salía del baño donde ella estaba. Los psiquiatras interpretaron, durante el juicio, que Joanna necesitaba dar un espectáculo donde él no fuera un pobre hombre vulnerable.

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Luego asesinó a Kevin Lee, le escribió que tendrían sexo sadomasoquista (Kevin le confesó a un amigo que su “novia” le había dicho que quería ponerle un vestido y violarlo). El hombre acudió enseguida a su encuentro. La cita era en aquella casa donde Joanna había asesinado a Lukasz diez días atrás. No tuvo piedad y lo apuñaló cinco veces perforando sus pulmones y su corazón. Kevin fue su tercera víctima. Luego vistió el cuerpo con un sexy vestido negro de lentejuelas.

Para ese momento, Joanna tenía dos cuerpos en dos casas diferentes y para deshacerse de ellos llamó a Gary Stretch, quien también ya estaba fichado por la policía y este sumó a Leslie Layton. Ayudaron a Joanna a mentir a la Policía y dejar los cadáveres en zanjas en un área rural. El cuerpo de Kevin Lee, vestido provocativamente con el traje de mujer, fue dispuesto de una manera muy particular, algo que sugería que todo había sido pensado.

Víctimas de Joanna Dennehy. Foto The Grosby Group

Días después, el 2 de abril le dijo a Gary: “Quiero divertirme, necesito divertirme”.

A pesar que ya estaba siendo buscada por la Policía no le dio temor volver a matar. Llegaron a Heroford y ella escogió al azar a un hombre que paseaba a su perro y lo apuñaló por la espalda. La víctima era Robin Bereza, de 64 años.

Minutos después acuchilló a John Rogers, de 56 años, quien también paseaba a su mascota. Le dio treinta puñaladas y lo dejó segura de que lo había matado. Sin embargo, él y Bereza sobrevivieron.

Los vecinos del lugar reportaron a la policía que una mujer estaba atacando a los transeúntes, las denuncias más los testimonios y videos de las cámaras de vigilancia condujeron a su arresto.

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En los videos de la detención, se la ve coqueteando con los policías que la arrestaron, haciendo bromas y agradeciendo que dijeran que ella era “pequeña”. Les aseguró a los agentes que se sentía halagada y que era un “comentario sexy”. Cuando preguntó por qué estaba siendo arrestada y le respondieron que por “sospechas de intento de asesinato y asesinato”, les espetó sonriendo con total calma: “Podría ser peor”.

El cadáver de Kevin Lee fue encontrado el 30 de marzo y los de Lukasz Slaboszewski y John Chapman fueron hallados después de su detención, el 3 de abril. Tenían heridas de arma blanca en el corazón, el cuello y el torso.

El 28 de febrero de 2014, fue condenada a cadena perpetua por los tres homicidios y los dos intentos de asesinato. Morirá algún día en la prisión HMP Bronzefield, de Surrey, sin posibilidad de libertad condicional.

Asesina serial Joanna Dennehy. Foto The Grosby Group

La foto en la que sostiene un cuchillo, parecido a los que aparecen en el videojuego Final Fantasy, la pinta de cuerpo entero. Entre angelical y demoníaca. Fueron muchos los hombres que sucumbieron ante ese combo fatal.

Al psiquiatra de la prisión, Joanna le confesó algo más: “Maté para ver como me sentiría, para ver si era tan fría como creía serlo. Luego le tomé el gusto, se volvió adictivo”.

Lo concreto es que fue diagnosticada con psicopatía, desorden antisocial, personalidad borderline, parafilia y sadomasoquismo porque reconoció que se excitaba con el dolor ajeno y la humillación.

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Joanna necesitaba sentir y proporcionar dolor cuando tenía sexo. Aseguró que disfrutaba asesinando y que tenía pensado terminar con la vida de nueve hombres más para conseguir más fama que Bonnie y Clyde, la célebre pareja criminal norteamericana de los años treinta. Y dijo sentir una “lujuria sádica de sangre”.

En los años setenta el agente del FBI Robert Ressler popularizó la expresión “asesino en serie” para referirse a todos aquellos homicidas que habían matado a tres o más personas, aunque estos tipos de asesinos están documentados desde el siglo XIX.

El FBI calcula que solo el 1 % de todos los asesinatos que ocurren cada año están perpetrados por un asesino en serie, pero lo excepcional es que quien los cometa sea una mujer.

Joanna Dennehy, con 38 años, está considerada hoy una de las nueve asesinas seriales más crueles de Gran Bretaña. Justamente lo que deseaba.

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