“No queremos dinero, queremos casa”, dicen cinco familias de Apopa que siguen en un albergue seis meses después

Seis meses después del paso de la tormenta Amanda, familia de las colonia La Ermita y Moreno, de Apopa, siguen albergadas en un centro educativo

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Kenia Juárez posa en los vestigios de su casa donde vivió por 10 años junto con sus hijos. Algunas partes de la casa ya están inundadas de vegetación producto de la humedad y el descuido. Foto EDH/ Yessica Hompanera

Por Yessica Hompanera

2020-11-18 9:35:45

Seis meses después de sobrevivir a la tormenta Amanda, cinco familias siguen albergadas en las aulas del Instituto Nacional de Apopa (INA), a la espera de que las autoridades comunales y gubernamentales respondan ante la falta de viviendas que dejaron las torrenciales lluvias entre la noche del 31 mayo y la madrugada del 1 de junio pasado.

Kenia Juárez, de 31 años de edad, repasa las fechas en las que puso un pie en el instituto junto con sus cuatro hijos.

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Era el día 2 de junio. Se acomodaron entre colchonetas y las pocas pertenencias que lograron sacar de su casa, minutos antes que la mitad de esta se desplomara hacia el fondo del barranco que da al río de la colonia La Ermita Quinta Etapa en ese mismo municipio.

Así como ella, otras 27 familias llegaron con la esperanza de estar el menor tiempo posible y regresar a su lugar.

Con el paso de las semanas, las personas refugiadas se marcharon.

Este es el patio de Juana el cual se desplomó la madrugada del 1 junio con la tormenta Amanda. Foto EDH/ Yessica Hompanera

Y fue difícil para Kenia observar cómo algunos de sus vecinos regresaban a sus viviendas, mientras que ella se quedaba al igual que otras cuatro familias porque no tenían a dónde regresar.

“Algunos se fueron porque su casa no estaban en zona de riesgo. Nosotras nos podemos, ya que hay como una cárcava debajo de la vivienda”, comenta con preocupación. Ellas es una comerciante de Apopa que durante 10 años alquiló a la orilla del río.

Ante la necesidad de buscar soluciones las cinco familias se organizaron y crearon una especie de célula para encontrar y exigir a la comuna una solución al problema de las viviendas antes de que las autoridades del instituto exigieran las instalaciones.

El Comité Municipal de Protección Civil, liderado por Zenayda Alas, sirvió como conexión entre los afectados, el Concejo Municipal y el alcalde, Santiago Zelaya.

Foto EDH/ Yessica Hompanera

La primera carta que enviaron fue el 2 de julio del 2020, un mes después de su llegada al albergue.

En ella le sugirieron al Concejo, como principal opción, la firma de un convenio entre la comunica y el Fondo Social para la Vivienda (FSV) para adquirir una casa para cada familia.

Las otras propuestas eran la compra de materiales para aquellos que aún podían recuperar sus casas o ayudarlos con el alquiler durante un año.

Sin embargo, la primer propuesta fue rechazada por parte del pleno de forma inmediata, así lo afirmó Alas en una llamada telefónica hecha por El Diario de Hoy.

La mayoría de las personas que quedan se han dedicado toda su vida al comercio informal y de lo sobrante de las ganancias lo utilizaban para el pago de deudas y saldar el alquiler de la vivienda. Comentan que por sus bajos ingresos no ha logrado ser beneficiaras de optar por una casa que al final podría ser suya.

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Kenia, como representantes de los albergados, explica que ante el silencio de los concejales le enviaron otra nueva petición el 19 de octubre, que hasta el momento, aseguran no tener respuesta.

El alcalde Zelaya, quien gobierna bajo la bandera de Arena, informó a las familias que toda la decisión estaba en manos del Consejo Plural y que serían los encargados de tomar la decisión.

“Nos dirigimos a ustedes y no recibimos ninguna respuesta clara, ni favorable para nuestra problemática”, rezaba la carta que enviaron los afectados.

Al no obtener ninguna respuesta por el gobierno local decidieron enviar una carta, entre agosto y noviembre, al presidente de la República, Nayib Bukele; al titular de Protección Civil, Mario Durán y a la ministras de Vivienda, Michelle Sol.

“Hasta el momento no tenemos respuesta”, aseguran las familias.

Poco a poco las sugerencias ante el Concejo y Zelaya se agotaron. La única opción que era favorable era el pago de vivienda durante un año, pero que tampoco dio fruto.

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“Nosotros hemos buscado lugares donde poder estar. Pero tenemos hijos adolescentes y no podemos irnos a una colonia conflictiva porque corremos el riego de que les pase algo. Buscamos en el casco urbano y es muy caro. No nos alcanza”, dice Kenia.

Alas se reunió con las familias del albergue y les informó que, debido al poco dinero que tenía la comuna, la única salida que daban era el pago único de $300 y desalojar el instituto.

“¿Por qué esperaron cinco meses para darnos solo $300. Con eso no vamos a pagar ni dos meses de alquiler”, comentó.

Alas explicó que el Ministerio de Hacienda realizó un desembolso a la alcaldía de Apopa por un monto de $678 millones los cuales estarían enfocados a tres unidades presupuestarias: Atención para la emergencia por la pandemia de COVID-19, la tormenta Amanda y Cristóbal. Este monto $30,000 eran para beneficiar solamente a 100 familias afectadas por los estragos de estos dos fenómenos climáticos.

Las aulas deben permanecer limpias para evitar cualquier brote de enfermedades. Esta es una actividad donde participan todos los miembros de la familia. Foto EDH/ Yessica Hompanera

“Nos molesta porque dicen que es por falta de recursos, pero sabemos que eso no es así. Confiábamos en ellos y ahora nos dejan sin esperanzas”, dice Kenia al saber que las opciones para acceder a una vivienda no serán las que esperaba.

Juana Parada, vecina de Kenia, vive con sus dos hijas en el albergue. Y dice sentirse abandonada por las autoridades, ya han pasado seis meses y no se resuelve la situación.

“Nosotros no queremos dinero, necesitamos casas. Mis hijas no podían dormir tranquilas cuando escuchaban el río a fuera de la casa. El paredón que da a mi casa se derrumbó por completo”, señala. Ella decidió regresar a su casa en la colonia La Ermita Quinta Etapa dos días antes de decretar la emergencia por el huracán Eta.

“La alcaldía no está en la disposición de ayudarnos”, señala.

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Este es el mismo sentimiento tiene Mirna Díaz, ocupante de una de las aulas de INA, y que también llegó el 2 de junio junto con su esposo y sus hijos.

A ellos solo les queda las paredes de una casa en la colonia Moreno, a medio kilómetro de La Ermita, por la que pagaron alquiler durante 8 años.

Ella se dedica a la venta de joyería de acero inoxidable, mientras que su esposo tomaba fotografías en centros escolares unas cuantas veces al año. Diariamente sus ingresos iban desde los $10 a los $20, ahora estos se han reducido a la mitad. Sentada dentro del salón muestra su preocupación de no tener dónde ir y las presiones del desalojo del instituto.

“Hemos estado abandonados, aquí sobrevivimos por sus propios medios. Supuestamente nos darán $300, pero siento que es una excusa para no ayudarnos por completo. No sabemos qué hacer. Es bien injusto porque lo que queremos es que nos saquen de aquí a un lugar más seguro. Vamos a agarrar ese dinero aunque sea una nada”, dice con un tono de resignación.

La representante del comité municipal de Protección Civil dijo que un vez se haga entrega del dinero acordado por la comuna, estas familias tendrán que desalojar el centro escolar, algo que preocupa a los residentes del lugar. La única pregunta que se hacen es: “¿dónde ir si las casas están destruidas?”

 

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