Tomás Pineda: “Algunos tuvimos ofertas para jugar en México tras el Mundial”
La Selección Mundialista del 70 atrapó algunas de las miradas del fútbol azteca de aquel momento, entre ellas la del “Flaco”, el prometedor guardameta de los salvadoreños.
La Selección de El Salvador viajó con tres porteros al Mundial de México 70. Uno de ellos fue Tomás Ernesto Pineda Nieto, entonces jugador de Alianza y una de las promesas bajo los tres palos en aquella época del fútbol cuscatleco, ya que apenas tenía 24 años y le quedaba una gran carrera por delante.
Pineda vio todo el Mundial desde el banquillo, pero tiene bien presentes los recuerdos y, sobre todo, la unidad y la camaradería de aquel grupo. Le tocó competir contra otras dos leyendas del arco, Raúl Magaña y Gualberto Fernández, y supo esperar con profesionalismo su momento en la Selección, que indiscutiblemente llegaría a mediados de los años 70.
¿Cómo fue ese proceso de selecciones de 1965 a 1970, en el que varios jugadores como usted participan juntos en varios torneos?
Nosotros veníamos unidos desde el ‘67, en el proceso para ir a las Olimpiadas de México ‘68. El grupo fue casi el mismo, y había gran amistad y unión, era como una familia. Existía un gran respeto. A veces jugábamos en contra en la Primera División y había un respeto y admiración.
¿Cómo vivió sus primeras convocatoria? ¿Le costó adaptarse?
Yo me adapto a todo y traté de hace más amistad con ellos. Conocí en la cancha, entre ellos a “Cariota” Barraza. Fuimos y somos amigos con varios de ellos.
En algún momento sonó para venir a El Salvador, pero nunca se concretó. Ahora, Lillo estará en la Premier League
¿Cómo recuerda el momento en que supo que estaba convocado para la Copa del Mundo?
Estábamos ya concentrados en Los Planes de Renderos y éramos 24 o 22 jugadores. Una noche dieron la lista de los que íbamos a quedar y fue una gran alegría y una gran tensión al mismo tiempo. Ya venía acostumbrado un poquito, y una preselección.
¿Y la altura en algún momento fue un obstáculo para adaptarse a México?
Estábamos en concentrados en Los Planes y nos fueron llevando paulatinamente, así que no sentíamos que estábamos en la altura. Llegamos dos semanas antes del Mundial y teníamos un preparador físico, Sindulfo Aveiro Stark, y don Hernán Carrasco que nos supieron llevar.