Pasan los años y Juan Ramón Martínez sigue siendo el más grande centrodelantero que ha producido el redondo salvadoreño. Un futbolista que comenzó su carrera como impetuoso hombre de área para después experimentar la metamorfosis de tirarse atrás a la media puntada, derivando en un talentoso número 10.
Aunada a su gran clase futbolística, su cabeceo y a los cañones que tenía en ambas piernas, había desarrollado en alto grado la capacidad de concentración, y su definición frente al arco era tan rápida que muchas veces ni él mismo se daba cuenta de lo que hacía. Además, fue infalible ejecutor de penales, pues le pegaba tan fuerte a la pelota que a los arqueros no les dejaba opción de reaccionar.
Surgió de los torneos de baby fútbol que introdujo en el país el grandioso entrenador argentino Gregorio Bundio, y que se organizaron en San Miguel a finales de la década de los 50 en la cancha de baloncesto del Club Deportivo Águila. Ahí comenzó a dar de qué hablar como goleador implacable, para después, en su adolescencia, ser incorporado al equipo emplumado, donde pronto llegó al estrellato.
Los aficionados lo recuerdan integrando al Águila de Juan Francisco “Cariota” Barraza, Raúl “Pucúl” Bonilla, Lolo Milla, Rudy Sobalbarro, los costarricenses Álvaro Cascante y Walter Pearson, el brasileño Zozimo. Luego, en la Selección nacional haría la gloriosa escalada a las Olimpiadas de México 68 y al Mundial 70. En la ruta a esos Juegos Olímpicos, Mon Martínez se estaba consolidando, pero para el Mundial fue determinante.
En una votación de la Concacaf, está participando una camisa de la Azul y Blanco que ya superó a Estados Unidos y Costa Rica, ahora va para intentar eliminar a México en este torneo
Es que ningún acontecimiento deportivo de la historia de nuestro país ha causado tanto entusiasmo y unión como cuando clasificamos a México 70; era la primera vez que un país centroamericano estaría entre los mejores 16 del mundo. Se inició la ruta contra Surinam y Curazao. Fueron cuatro grupos distribuidos de la siguiente manera: 1): Estados Unidos, Canadá y Bermudas; 2): Costa Rica, Jamaica y Honduras; 3): El Salvador, Surinam y Curazao; 4): Guatemala, Haití y Trinidad y Tobago.
El 1 de diciembre de 1968 derrotamos a Surinam 6-0; abrió el marcador Joel “Cacique” Estrada, aumentó Víctor Manuel Azúcar, luego otro gol del “Cacique” Estrada, Azúcar, “Cariota” Barraza y Mon Martínez se cerraba la cuenta. El 12 de diciembre, ganamos a Curazao por la mínima con gol de José Antonio “Ruso” Quintanilla, y tres días después, se jugó de nuevo en el mismo escenario y volvimos a ganar 2-1 con tantos de Mon Martínez y de “Cariota” Barraza. Con esos seis puntos, ya habíamos clasificado y el partido de vuelta ante Surinam se tomó a la ligera y perdimos 4-1 en Paramaribo. El gol salvadoreño lo hizo Mauricio “Pachín” González.