En la Asamblea Legislativa hay 8 partidos políticos representados y en el Tribunal Supremo Electoral hay diez movimientos políticos en formación. Pero eso no significa, a juicio de dos politólogos, que los electores salvadoreños vayan a votar de forma fragmentada.
“De momento no es escenario para El Salvador. Pensar en fragmentación, al menos en esta elección, no va a ser la vía. Tal vez después de 2024, ante un posible descontento de la ciudadanía pueda que sí tengamos más fragmentado el poder político, pero ahora no lo veo así”, reflexionó Eduardo Escobar.
En el Tribunal Supremo Electoral se encuentra en inscripción Movimiento País, que dice representar a la diáspora y además Fuerza Solidaria, un movimiento fundado por exareneros y exGANA afines al presidente Bukele.
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“Parece difícil que estos partidos nuevos puedan tener éxito, puede parecer un intento de mostrar pluralismo en la competencia electoral más que pensar que son competidores reales”, sopesó el director de Acción Ciudadana.
Álvaro Artiga, politólogo, lo ve más o menos de forma similar.
“Pueden aparecer otros partidos que no sean satélites, pero no sabemos cuál va a ser la suerte electoral de ellos. Puede ser que ni siquiera alcancen el mínimo de votación y desaparezcan, es decir que sean intentos fallidos como ya ha habido”, dijo el experto.
Por eso mismo no ve que vaya a haber fragmentación.
“El Salvador su proceso de transformación pareciera acercarse más a lo que tenía México en la era del PRI. Un partido grande con una serie de partidos pequeños que le servían para generar la impresión de que había competencia electoral. Hablo de la época autoritaria de México, que viene a cambiar hasta 1988 la última elección de Salinas de Gortari la última que ellos ganan. Después viene el proceso de transformación de ellos”, consideró Artiga.
Tanto le recuerda a la época del PRI que incluso afirma que ese ejemplo no es nada alentador en materia democrática.
“Los nuevos electores no están vinculados con el origen de esos partidos que es la guerra. Y por eso mismo es que la tendencia sea a un sistema mexicano de partido hegemónico en al cual las elecciones que ganaba el PRI no eran competitivas. Pueda que aquí lleguemos a un esquema viciado en la medida en que compita el actual presidente. De entrada, hay un problema de constitucionalidad de esa elección, aunque la Sala actual haya dicho que no puede prohibirse que él sea candidato”, afirmó Artiga en torno a la posibilidad de competir por la reelección que dio la Sala afín a Bukele.
Es posible que en un futuro, El Salvador llegue a un sistema de partidos fragmentados, que nadie alcance la mayoría para formar gobierno.
“La gente le va retirando el apoyo a los partidos y además hay nuevos electores, la gente más joven que no se siente vinculada con partidos de épocas que ellos no vivieron y no se sienten identificados y buscan otras opciones. Costa Rica está en un proceso de fragmentación de su sistema de partidos. No sabemos a qué le puede llevar”, concluyó Artiga.